Monday, May 30, 2005

Un artículo que escribí como favor a un amigo (que no sé si es tan amigo) y que nunca publicó

De Vladimir Nabokov a Stephen King, pasando por William Thackeray, Arthur Schnitzer, Anthony Burgess y Arthur C. Clark, entre otros, Stanley Kubrick (1928-1999) desarrolló una filmografía en el que el denominador común, además de las bandas sonoras compuestas por músicas preexistentes, parecería radicar en el afán por trabajar en torno a una relación tan tensa como la del cine y la literatura.

Si fue duro para los autores que entonces contaban con vida contemplar la perpetración con que el buen Stan se apropiaba de sus buenas ideas para convertirlas en “sus” buenas ideas, peor aún fue para los guionistas que las hicieron de cómplices en los diversos actos de profanación. Los nombres: Jim “Big” Thompson, Terry Southern, los mencionados Clark y Nabokov, así como Michael Herr y Frederick Raphael, autores a quienes se deben sus respectivas semblanzas Kubrick y Aquí Kubrick.

Originalmente titulada Eyes wide open, en Aquí Kubrick (editada en castellano por Mondadori) Frederick Raphael relata su experiencia como guionista de Ojos bien cerrados, adaptación de Traumnovelle, de Schnitzer, obra que según cuenta fue retirada del mercado al ser comprados todos sus ejemplares por Kubrick, con el fin de realizar algún día una película porno de alto presupuesto.

Así, la competencia de egos entre el genio autodidacta obsesionado por la totalidad del control creativo, y el genio académicamente reconocido y abocado al arte mercenario, subyace en diálogos del tipo “Fred, ¿por casualidad alguna vez hojeaste La guerra de las Galias?”, “¿estás bromeando Stan?, lo leí a los siete años, en latín...”.

Claro que la competencia se va volviendo incómoda a medida que Raphael va reconstruyendo diversas anécdotas en torno a Kubrick y sus guionistas, como el haber puesto a Jim Thompson sólo como colaborador de diálogos adicionales en La patrulla infernal, el incentivar a Terry Southern (guionista de Dr Insólito) a escribir una novela porno que supuestamente filmaría (cosa que nunca sucedió, una vez publicada) o el despedir a Brian Aldwiss mientras elaboraba a partir de un cuento de su propia autoría el que sería el guión de Inteligencia artificial (a propósito de ello, en un artículo el propio Aldwiss se explaya sobre la cuestión: el guión no progresaba, Stan propone que se tomen un tiempo, Aldwiss acepta y se va de vacaciones de donde envía una postal a su jefe. De regreso, Stan le recordó que en el contrato que habían firmado preexistía una cláusula de acuerdo a la cual Aldwiss no podía viajar más allá de una cierta distancia, mientras trabajase para Kubrick, y entonces Stan sonrío, le dijo que había roto su palabra, y prescindió de sus servicios –cuando fue a por Arthur C. Clark para que terminase de escribir Inteligencia artificial, Stan le dijo “Arthur, te doy todo el dinero que quieras para que vuelvas a trabajar conmigo”, a lo que Clark respondió: “Stanley, no existe tal cantidad de dinero en el mundo...”).

Bastante diferente es la visión del genio para Michel Herr en su Kubrick (editado en castellano por Anagrama). Lo que en Raphael es competencia e incluso por momentos descalificación, en Herr (guionista de Nacido para matar) se convierte en una admiración que lejos está de la mera obsecuencia. Junto a Nabokov, quien a pesar de sus diatribas contra el medio cinematográfico, sostenía que Stanley Kubrick era un genio, y que había hecho un gran trabajo con Lolita¸ tal vez sea Herr el único escritor de Kubrick que elige mirar atrás sin ira.

Todo lo contrario a Anthony Burguess, quien en una versión musical de su novela La naranja mecánica¸ agregó un sketche final en el que aparece en escena un hombre muy parecido a Stanley Kubrick, que empieza a dar órdenes hasta que recibe una justa reprimenda de manos de Alex y sus drugos.

Desde esta punto de vista, tal vez después de todo, el vengador de los escritores de Kubrick haya sido no un colega, sino el inefable Marlon Brando (que sin ser un autor profesional, cuenta en su haber con uno de los libros de memorias más conmovedor del siglo pasado): mientras posponían una y otra vez el rodaje de One-eyed Jack, Brando cita a su equipo, Kubrick incluido, y les dice cronómetro en mano que cada uno cuenta con dos minutos para explayarse en torno a lo que creen que son los problemas del proyecto. Kubrick responde: “Marlon, vete a tomar por el culo...”.

Y así fue. Sólo que cuando Stan quiso pedir disculpas, estaba despedido.

Un trabajo práctico que me reprobó Jorge Warley

Al igual que los locales de videojuegos en los ochenta, durante la década siguiente la proliferación de escuelas de periodismo contó con un auge de tal velocidad que convierte a un eyaculador precoz en el más duradero de los amantes.

Desde este punto de vista, varios de aquellos que se criaron ante una pantalla con la máxima “game over”, seguida por el slogan reaganiano “champions don`t use drugs”, se convertirían algunos años más tarde en quienes colaboraron en el aumento de cierta demanda que supuestamente justificó el crecimiento en cantidad de instituciones dedicadas a la comunicación y al periodismo.

¿Lo cual quiere decir que el oficio adoptó una dinámica innovadora, semejante a la de pioneros de la talla de Hearst o Pulitzer?

No necesariamente, considerando que los líderes de opinión continuaron siendo los mismos de siempre, y en el caso de las figuras emergentes se trataron de ejemplos más o menos asociados al mismo modelo.

En todo caso, tal vez el cambio más significativo tal vez se haya dado en la afirmación de una supuesta bipolaridad: la del viejo periodismo llamado “amarrillista”, que busca el golpe de efecto, como antítesis del periodismo llamado “de investigación”.

En este sentido, no es casual que al día de la fecha Mauro Viale, antiguo cronista de deportes y suma cum ladem del sensacionalismo, se defienda ante las acusaciones con la máxima “lo mío es periodismo de investigación”.

Curioso el hecho de que alguien que es considerado por la opinión media como un mero gacetillero, pueda contar con la suficiente agudeza e ironía que resume el comentario. O en todo caso, tal vez la cuestión se reduzca al hecho de que el cinismo de Viale de alguna forma requiere de una perspicacia bastante más vivaz que el mero afán por la denuncia y la indignación moral de los sectores progresistas que constituyen el principal público del periodismo “de investigación”.

Lo dice Alfredo Grieco y Bavio, cuando señala que, mal que nos pese, “la crítica social más divertida está firmada por la derecha”. Es decir, mientras la izquierda y sus variaciones progresistas están siempre pletóricas de buenas intenciones y buenas ideas, el origen de la sátira no es la reflexión sino el prejuicio.

De ahí que cuando pretende ser irónico, el periodismo “de investigación” queda en el tibio sarcasmo, semejante a un ataque situacionista, o a una banalidad non sense, de incorrección política moderada. Busca la mordacidad, pero termina rayando en la mera ingratitud. Resulta vulgar, porque en ningún momento se plantea una guerra contra el cliché, sino que, por el contrario, basa tanto sus acusaciones como sus “mordacidades” en un modelo que podría resumirse en la definición del becario que daba John Maynard Keynes, cuando señalaba que su objetivo era “intuir lo que el pensamiento medio intuye que el pensamiento medio intuirá”.

De pronto, todo se reduce a contemplar a la señora Tatcher como la encarnación del mal, sin siquiera preguntarse (porque lo ignoran, dado que sus lecturas son menos cosmopolitas que ingenuamente pro-latinoamericanistas) por qué intelectuales como Kingsley Amis o Philiph Larkin brindaron su apoyo al régimen (cuando no hay rastros de la organicidad que se convierte en un acto de exhibicionismo en figuras más contemporáneas como la de Anthony Giddens).

En su afán de objetividad, el periodismo “de investigación” converge inexorablemente en el lugar común: Brasil será por siempre un lugar de samba, alegría y lamentable diferencia social, y no la pocilga del infierno que describe Michel Houellebeq, cuando se refiere a las altas temperaturas que no dejan lugar a la reflexión, a lo vacuo de la jovialidad o a las miserables favelas que no constituyen más que un nido de ratas (lo mismo en cuanto a Cuba: mientras el periodismo “de investigación” se limita al comentario de sobremesa, de acuerdo al cual no es que justifiquen la dictadura, “pero en salud y educación son un ejemplo”; para Houellebeq, en su novela Plataforma, el último reducto del socialismo no es más que otro caso donde se ilustra la naturalidad con que el llamado primer mundo literalmente “se coge” al tercero).

De todas formas, si de incoherencias se trata, la más ilustrativa tiene que ver con el desprecio que predica el periodismo “de investigación” a partir de la construcción que hace de la cultura estadounidense. A grandes rasgos, la operación consiste en ocultar todo concepto relativo a la ambigüedad o a la tensión, en pos de un mensaje complaciente donde la culpa es del imperialismo y todos los problemas convergen en una versión for dummies de la diferencia de clases.

Sin mencionar que en su crítica a dicha hipotética cultura “basura” olvidan que toda situación de dominación implica una situación de “resistencia”, motivo por el cual la crítica a la basura sería parte de “la” basura que pretende denunciar.

Sin embargo, siempre queda para el periodismo “de investigación” el argumento a favor de la “honestidad”, como si se tratase de un conocimiento supremo sobre el que todos los seres humanos tienen común acuerdo. A lo que cabría preguntar qué es más honesto: ¿sostener, como Hearst, que la noticia es aquello que se utiliza para llenar las secciones que no fueron cubiertas por la publicidad, o adaptarse a las variaciones entre sí incoherentes del pensamiento medio, de acuerdo al dictado del momento?

Al menos un periódico como Crítica, basado en el comentario faccioso y en el golpe de efecto, dio lugar al primer Borges, sin mencionar que entre crímenes pasionales y comentarios deportivos supo publicar textos de Kipling o Schwob. Autores cuya existencia probablemente desconoce la pequeña burguesía afín al periodismo de “investigación”, que año tras año acude a la Feria del Libro para que el gran demiurgo Ernesto Sábato les firme un ejemplar del Nunca más.

“Izquierda exquisita” y “marixismo rococó” para Tom Wolfe, “bohemios burgueses” para David Brooks, “comunismo caviar” para Frederick Biegveder, parafraseando a Christopher Hitchens en su crítica a Fahrenheit 9-11 , el reduccionismo implícito al periodismo “de investigación” radica básicamente en el hecho de que no da lugar a una visión de los hechos alternativa a la que enuncia. En este sentido, su falsa transparencia resulta una trampa, su objetividad un rejunte de tópicas y su defensa de la honestidad un semi-argumento multiuso que resume la ignorancia de un iletrado.

Entonces, el periodismo “de investigación” se convierte de pronto en un discurso de contenido anti-totalitario, con una estética totalitaria. Paradoja ajena al pensamiento amanerado de los jóvenes que, con la vanidad de un egresado del Nacional Buenos Aires, la candidez de una quinceañera vejada y el asco de una ingenuidad que sólo merece nuestra lástima, mientras escriben sus ejercicios basados en indignaciones tan legítimas como vacuas, y llevan a cabo en un mercado saturado una pasantía en alguna radio comunitaria o en un periódico barrial, sueñan en trabajar algún día junto a alguno de sus “héroes”, y convertirse de esta manera en periodistas “de investigación”.

Nancy

Yimi y el Poyo hicieron juntos el secundario en un colegio de Mataderos. Al principio como que Yimi y el Poyo no tenían nada que ver, hasta que el Poyo empezó a creer que si imitaba a Yimi, y se hacía su amigo, pues empezaría a ganar mujeres con solo sacarlas a bailar rocanroles.

En cuanto el Poyo se enteró de una fiesta a la que no había sido invitado, asistió de todas maneras, y se fue acercando a cuanta mujerzuela había a mano, diciéndole que era amigo de Yimi, que se conocían de varios años, que si querían, él podía conseguirles un ligue con Yimi (para, en el camino, conquistarlas él, o sea el Poyo, claro).

Incluso, frente a las chicas que sólo conocían a Yimi de oídas, el Poyo aseguraba que Yimi era él...

En la fiesta estaba Nancy Duplaá, antes de ser famosa. Estaba ahí a través de una prima suya de Villa Celina, que le había hablado de Yimi.

El asunto es que el Poyo se acerca a Nancy, se presenta como Yimi, y Nancy pregunta: “entonces... ¿Yimi sos vos...?” y la decepción fue tal, que Nancy abandonó la fiesta.

Y cuando Carla Duplaá, la prima de Nancy, va con el chisme al Yimi verdadero, Yimi decide tomar venganza a raíz de haber perdido a Nancy por culpa del Poyo.

Yimi se junta con sus compadres, agarran al Poyo simulando que es su cumpleaños, le hacen una “malteada”, lo cagan discretamente a golpes, y lo lanzan a la pileta...

El padre evangelistas de Yimi obviamente se enteró de lo que habían hecho al Poyo por iniciativa de su hijo. Acto seguido le dio literalmente un sermón, y fue con Yimi a disculparse ante la tía del Poyo (su tutora –entonces tenían dieciséis años).

La Fábrica de Galletas

Cuando Papá Q convirtió a su novia de toda la vida en Mamá Q, también hizo suya la dirección de la Fábrica de Galletas que había fundado la familia de ésta. Fueron épocas felices. La Fábrica de Galletas era una especie de Disneylandia cuyo patio trasero albergaba un jardín con casas de mazapán y techos de caramelo.

Todos los años, en vísperas de navidad, operarios y ejecutivos se reunían para compartir chocolate y malvaviscos.

Hasta que Mamá Q fue gestando un infierno pequeño-burgués...

La ruina empezó por la época en que, con el fin de inyectar dinamismo a la Fábrica de Galletas, Papá Q pensó en comprar la licencia de unos bizcochos llamados “Doña Amparo”. Estaba por cerrar el trato cuando Mamá Q lo obligó a dar un paso atrás. Ése dinero lo necesitaban para la educación de sus hijas, sin mencionar que el proyecto era lo más estúpido que había escuchado...

Poco después Bagley compró la licencia de los “Doña Amparo” y los rebautizó “Pepitos”. Los Q habían perdido un negocio millonario.

Harto de su vida miserable, una noche Papá Q dijo que salía a comprar cigarrillos. Pero subió a su camioneta y manejó 400 kilómetros, durante toda la noche, en dirección al casino hasta entonces más cercano. Apostó los balances de la empresa a “banca”. Salió “banca”. Papá Q dejó los balances, más lo ganado, en “banca”. Volvió a salir “banca”. Una vez más, Papá Q fue a todo por “banca”. Y salió “banca”. Después cambió a “punto” y volvió a salir “banca”...

Papá Q estuvo a poco de suicidarse, pero recordó a sus hijas y no tuvo agallas. Y eligió la peor opción: volver a su casa. Desde entonces, no odia a su familia tanto como se odia a sí mismo por odiar a su familia...

Esa mujer... entrados los noventa, lo obligó a vender por migajas la Fábrica de Galletas. Una vez que ésta pasó a manos de Bizcochos Alegría, los operarios y ejecutivos dejaron de beber chocolate con malvaviscos para las navidades.

Sin mencionar que un par de años más tarde, Nabisco compró las empresas de Bizcochos Alegría, pagando millones por la Fábrica de Galletas...

Hoy el musgo flota sobre la piscina en la casa de los Q. Algo huele a podrido. Mamá pasa los días retirada en un mundo de escocés sin hielo y reproches. Papá suele ver los patos que se detienen a descansar en la piscina, y se pregunta a dónde emigrarán.

Museo del cinismo - Dramatis Personae II

11) LORENZO
EDAD: 82 AÑOS.
ALTURA: 1,63 m
PESO: 70 kls
SEÑAS PARTICULARES: anciano decrépito con acento hispano.
DATOS BIOGRÁFICOS: admirador confeso del Generalísimo Franco, y revindicador del gobierno de Onganía, Lorenzo atendió a lo largo de más de treinta años el bar ubicado en la misma esquina que el puesto de diarios de Hipólito, a metros del Hotel Paparella. Bubi Tramontina no sólo trabajó para él como mozo, sino que también en una oportunidad lo convenció de hacerse en un remate judicial con cincuenta máquinas de videojuegos que habían pertenecido a Playland.
Entonces, Lorenzo cerró el bar y abrió un local de fichines, a la espera del éxito. Cosa que nunca sucedió. Si hay algo que no perdona a Bubi Tramontina es haber perdido a sus parroquianos, en pos de un grupo de drogatas y maricones que no tienen nada que hacer con sus vidas.

12) JOHNNY TOBAGO
EDAD: 34 AÑOS.
ALTURA: 1,92 m
PESO: 95 kls
SEÑAS PARTICULARES: es negro.
DATOS BIOGRÁFICOS: centroamericano, jugador de básquet amateur vendido a Peñarol de Mar del Plata, en donde fracasa y queda varado. En su país no era más que un pobre diablo, pero en el barrio el hecho de ser negro, y saber en guitarra canciones de Caetano Veloso y bob Marley, lo convierten en un ganador innato. Vende bisutería en la playa, aunque su sueño es abrir un spa y convertirse en su propio jefe.
Entre la gente del barrio, es el que tiene más ligue (por año, setenta y nueve coitos con diecisiete chicas distintas –todas feas y vulgares, obvio).

13) OVA Y 14) AYOS
EDAD: 29 años (Ova), 34 años (Ayos).
ALTURA: 1,85 m (Ova), 1,72 m (Ayos)
PESO: 90 kls de músculos (Ova), 67 kls cintura abispa (Ayos)
SEÑAS PARTICULAES: Ova se parece a Ova Sabatini, y Ayos a Mónica Ayos.
DATOS BIOGRÁFICOS: Ova y Ayos se conocieron en una despedida de solteros. Ova había sido contratado como streaper por las amigas de la novia, y Ayos por los amigos del novio para practicarle la felación que, de acuerdo a los rumores, la novia se negaba a hacerle. Lo que importa es que Ova y Ayos tuvieron amor a primera vista. Por iniciativa de Ova, Ayos dejó la prostitución y se limitó al desnudismo.
Alquilan un chalet en la misma cuadra que el Hotel Paparella, por donde se los ve pasear en su Ford Escort cabriolet, con la capota baja, claro.

15) RAMBERT, 16) CARCEDO Y 17) BASUALDO
EDAD: 46 años (Rambert), 49 años (Carcedo) y 63 años (Basualdo)
ALTURA: 1,74 m (Rambert), 1,82 m (Carcedo) y 1,76 m (Basualdo)
PESO: 77 kls (Rambert), 102 kls (Carcedo) y 87 kls (Basualdo)
SEÑAS PARTICULARES: Rambert tiene cabello negro bastante brilloso y lleva siempre chamarra de cuero; Carcedo es calvo y lee Ámbito financiero; Basualdo es canoso, viste camisas estampadas y fuma 43/70.
DATOS BIOGRÁFICOS: remiseros jodidos

18) FRITZ
EDAD: 75 años
ALTURA: 1,74 m
PESO: 84 kls
SEÑAS PARTICULARES: boina, sonrisa “dibujada”, aire de ancianidad “apacible”.
DATOS BIOGRÁFICOS: Fritz llega a la ciudad después de la guerra. Se supone que por filantropía, abre un Centro de Jubilados. Pero algunos dicen que en realidad lo hizo para atraer perros callejeros a los que tortura en el sótano (donde tiene instalada una cámara de gas), a manera de réquiem para rememorar sus viejos tiempos como SS.

19) DOCTOR BLUES
EDAD: 31 años
ALTURA: 1,69
PESO: 72 kls
SEÑAS PARTICULARES: “chivita”, anteojos oscuros, un aire a Pepe Monje.
DATOS BIOGRÁFICOS: su vida se resume en una disyuntiva: la medicina, carrera elegida por presión de sus padres, y el blues, su verdadero amor. De hecho, sus días se dividen entre la sala de auxilios vecina al Paparella que dirige, y el mismo lobby del Paparella, donde interpreta los viernes por la noche una obra de teatro escrita por Boby Flores, titulada “Blues del showman”. Casi siempre, responde con las mismas frases: “nunca sentí por una nena lo que sentí por primera vez al escuchar al Karpo”; “el blues no empieza a gustarte, uno nace para el blues”; “el blues es tristeza”.
Es un hombre profundo, cuyas guardias médicas le dejan libre sólo una noche a la semana (la del unipersonal).

20) TITI
EDAD: 27 años
ALTURA: 1,76
PESO: 90 kls
SEÑAS PARTICULARES: pantalón blanco del que sobresale una bombacha de Los ositos cariñosos, blusas fluo de tiro, que dejan a la intemperie su sobrepeso.
DATOS BIOGRÁFICOS: Titi tuvo un novio al que amaba, con el que empezaron a ir mal las cosas en su tercer año juntos, cuando ella comenzó a engordar paulatinamente. Un fin de semana largo fueron a la costa. La plaza hotelera estaba a pleno, ergo se vieron obligados a instalarse en el Paparella. Fue por entonces que tuvo una discusión con su novio y él, antes de dejarla, la llamó “gorda fracasada”.
Desde entonces, Titi se prometió a sí misma no abandonar el Paparella hasta volver a su peso normal. Pasaron otros tres años, y aunque ella intenta con tés digestivos, dedos en la garganta y fitness, sigue ahí. “No por mucho”, sostiene.

Sunday, May 29, 2005

Las casas de mazapán (Letra y música: Dr. Blues)

Enamorarse es lo peor
que te puede pasar
te vas poniendo tonto
las cosas empiezan a ir mal

Enamorarse es un crimen
de lesa humanidad
que no se juzga en La Haya,
vive en una casa de mazapán

Llorás con canciones
que hubieras odiado
Reís con películas
que daban igual
Personas idiotas
que no soportabas
de pronto parecen
un tipo genial

Pero nada de nada te importa
viviendo en tus casas de mazapán (bis)

Enamorarse apesta
en cualquier momento
te pueden dejar
Tu inteligencia
cae a un grado cero...
pero nada de nada te importa
viviendo en tus casas de mazapán (bis)

Los mellizos Sabadú

Nacho Cornejo era huérfano. Vivía con una tía abuela dueña de una fonda en un pueblo minero. Un día descubrieron un yacimiento en su propiedad, y como la abuela envejecía más de la cuenta, y era obvio que no iba a estar entre nosotros para encargarse de Nacho, entregó los papeles de la mina a los abogados de una actriz retirada, a cambio de que adoptara a Nacho y se hiciera cargo de su educación.
A los seis años Nacho vio por última vez a su tía y partió a la gran ciudad. Se instaló en el triplex de la actriz retirada, madre soltera de quince niñas vietnamitas a las que había adoptado en un viaje espiritual por Oriente.
Las quince hermanas le hicieron la vida imposible a Nacho Cornejo: lo vestían de mujer, lo llamaban “mariquita”, se complotaban para hacerlo responsable de mezquindades en las que él no había tenido participación.
Desde entonces, Nacho Cornejo tomó una costumbre: encerrarse en el ascensor del edificio y hablarle a las paredes. Hace poco les contó que había conocido a una chica increíble, una Sabadú que tenía un hermano mellizo.
Pero eso es otra historia.

Friday, May 27, 2005

La tienda de sombreros de Regina

Regina Katzelmacher era una escort brasilera de los sesenta. Muy cotizada. En sus mejores años, fue muy feliz. Vivió la gran vida. Hasta que comenzó a envejecer (treinta años es mucho para alguien que vivió siempre de su apariencia).

Entonces, su representante la convence de probar suerte en la Argentina.

Una noche, en Mau Mau, estuvo por cogerse a Sandro... Pero lo rechazó, porque le presentaron a un cantante menos conocido, aunque en creciente ascenso. Prometía ser el nuevo Sandro. Tal vez, incluso más que él. O al menos, eso sintió Regina al escuchar una de sus canciones.

Su nombre... Juan "Corazón" Ramón

Regina puso todas sus fichas en él. Aunque simulaba el orgasmo, llegó a enamorarse... Hasta que un día, descubrió estar embarazada. Pero cuando quiso decíselo, debió posponer la decisión, a raíz de que Juan "Corazón" Ramón tuvo el famoso accidente que lo dejó sin una pierna (y se dio al alcohol y a las mujerzuelas).

Juan "Corazón" Ramón ya no sería nunca lo que alguna vez había prometido. Su fama, cedía ante la del emergente Ramón "Palito" Ortega. "Lástima que esté casado...", pensó Regina a propósito del autor de "La felicidad".

Entonces, Regina decidió esconder en su memoria a Juan "Corazón" Ramón, y criar por sí sola a su hijo. Con los ahorros que pensaba invertir en una finca del Sertao donde pasar sus últimos días, puso un local de venta de sombreros, que mantiene hasta hoy.

Y crío por sí sola a su hijo, Celso Antonini (que es su nombre artístico, en realidad se llama Odoroiso Katzelmacher, pero pocos lo saben).

La vida sexual de los pitufos

El sábado recibí una telefonada de un amigo al que por cuestiones de protección llamaremos Pedro Picapiedra, y en fin, hablando de la vida me confirmó lo del intento de suicidio de... llamémosle... la Pitufina.

El Oso Yoghi, digamos, se encontraba en Inglaterra, no está teniendo el sexo que creía iba a tener, comienza a recordar paulatinamente las noches ardientes y apasionadas en compañía de su amour fou, y voila, escribe a Pedro Picapiedra para pedirle un favor: pasar por casa de mamá Yogi, quien le entregará un ramo de rosas y una caja de bombones de Los Dos Chinos para llevar a la Pitufina en su cumpleaños

Cuando Pedro Picapiedra y su novia van a casa de mamá Yogi, como ésta se encuentra muy molesta debido a la inversión que hizo en el viaje de su hijo (y éste no sólo trabajando de cajero, sino arrastrando el ala a una rubia falsa que dice ser de Ramos Mejía cuando técnicamente su casa está en Ciudadela –nota: no son mis opiniones, como facilitador no soy autoreferente, sólo hago un análisis de discurso), empieza a cantar...

Cuestión que mamá Yogi (llamémosla así, aunque probablemente se ofenda dado que no sólo está divorciada del señor Yogi desde hace un buen tiempo, sino que éste la dejó por una chica veinte años menor, que actualmente lo mantiene –igual, mamá Yogi no es precisamente Shirley Temple, tiene por dos pesos con cincuenta a una hermana que le deja preparadas milanesas y atiende el teléfono) les cuenta a Pedro Picapiedra y a su novia un hipersecreto que no tenía que comentar a nadie...

...como el Oso Yogi se iba el 20 de octubre, el 18 del mismo la Pitufina se "empastilló" creyendo que estaba cometiendo un suicidio, cuando en fin, no se trató de nada que no pudiera ser solucionado con un vulgar lavaje de estómago en algún hospital público vecino tipo el Instituto de Haedo, el Bocalandro o incluso (mon dieu) la salita de Auxilios de Ciudadela (vecina al viejo Cuartel de Artillería, hoy un museo mezcla de parque temático y villa miseria que alquila una parte de sus dominios a un hipermercado del señor don Coto).

Cuestión que con el tiempo el “suicidio” (o mejor dicho el sexo fácil en tiempo de abstinencia) captó la atención del Oso Yogi, que decidió llevársela a Inglaterra, y bien que todos anhelaríamos poner punto final diciendo “y fueron felices...”, pero claro, a tiempo real las cosas suelen contar con un toque de distinción especialmente sádico...

O sea, la Pitufina deja Ciudadela por Kensington Gardens; hay mucho sexo, mucho, aparentemente muy malo al menos para ella, pero en cantidad.... El Oso Yogi definitivamente ignora qué es lo que quiere una chica... cómo hacerla gozar. Es lo que se dice un sujeto completamente egoísta, le interesa nada más que el placer individual.

Y como la Pitufina venía de una mala experiencia en algún punto más o menos análoga (de acuerdo a ella, su ex también era un tosco individualista al que no le interesaba el placer de su compañera), da un ultimátum: “no más sexo...”.

Y en fin... si en “Ojos bien cerrados” Tom y Nicole confirman su infierno pequeño burgués cuando él pregunta qué harán ahora, y ella responde “fuck”, el amor de la Pitufina y el Oso Yogi llegó a su fin cuando él no quiso escucharla y ella no quiso coger.

Ahora que tenemos un final triste, me puedo despedir.

EL PARADOR DE RUTA TRES (Letra y música: Dr. Blues)

EL PARADOR DE RUTA TRES

Para Fedora

Voy por la ruta tres en viaje de negocios
Mi mujer me dejó y se llevó a mis hijos
Mi jefe me grita
El televisor no funciona
Sólo me queda subir a mi coche
y salir en viaje de negocios
Me espera la soledad del campo
donde ninguna radio puedo sintonizar
El pasacassettes no funciona. Silvo
En mi cabeza sobran canciones,
el tiempo transcurre y llego al mismo lugar de siempre
El parador de ruta tres
Alguien me recibe con un abrazo.
La camarera me ofrece el menú
Un grupo de camioneros ven en la tele una pelicula de artes marciales.
Me siento y pido.
Menú del día, pastel de carne
Pediría una habitación y me hecharía una siesta
Pero tengo que hacer
Pago mi cuenta y me despido
Vuelvo a la ruta tres en viaje de negocios

Genealogía de un Yimi

Conozco Villa Celina. Son monoblocks menos maltrechos que los de Fuerte Apache o Piedrabuena, pero venidos a menos al fin. Es cerca del Mercado Central más que de Ezeiza. Es decir, diría que el 98% de los habitantes de Villa Celina trabajan en el Mercado Central. Imagino los conflictos entre Yimi y Antonio, su padre verdulero que odia a los bolivianos que quitan el trabajo al hermano de Yimi

“Te creés gran cosa mirándome con condescendencia, burlándote de las remolachas que pagaron tus estudios...”, dice Antonio a su hijo menor, Yimi.

Antonio es evangelista y votó a Menem en el 89, 95 y 03.

La madre de Yimi se llama Claudia y es manzanera. Por las mañanas trabaja de enfermera en el Hospital Posadas, y por las tardes cuida a los nietos que viven con ella, hijos de Alexis, el hermano mayor de Yimi. Alexis tuvo su primer hijo a los dieciséis años con una compañera del culto evangelista seis años mayor que él. Entonces, se instalan en lo de Antonio. Yimi se va a dormir al living, y cede la habitación a su hermano, su esposa y su hija recién nacida. A los nueve meses, tienen la segunda. Y nueve después, otra. Que se enteran que no es del hermano de Yimi (en el hospital, una vecina que va a darse gratis la vacuna para la tercera edad, le comenta a Claudia que vio a su nuera con un mecánico del culto). Cuestión, echan a la cuñada de Yimi del monoblock, cagan a golpes (y expulsan del culto) a su amante, y el hermano de Yimi sigue viviendo con sus tres hijas en casa de sus padres (Alexis trabaja con Antonio en el Mercado Central, aunque su sueño es ser corredor de Turismo Carretera –todo queda en el barrio, y los domingos van al autódromo, lo único que los sigue uniendo a Yimi).

Cuando Alexis tuvo su primer hija, Mónica, la hermana que le sigue, ya se había casado con un policía bonaerense acusado de gatillo fácil, con el que vive en Tablada junto a sus dos hijos. Los domingos siguen tomando parte del culto evangelista. El marido la engaña con putas de sauna de quince pesos a las cuales pide tributo mientras patrulla el conurbano, pero en fin, Jesucristo enseña a perdonar.

Luego sigue Adriana. Toda su vida soñó con ser azafata y trabajar en Ezeiza, pero lo único que encontró fue ser secretaria de un pez gordo del Mercado Central. Hasta que un día, poco antes de que su hermano la hiciese tía, conoce a un hombre que podría ser su padre, que le dice que va a convertirla en modelo. Adriana se pelea con sus padres, y escapa con el señor. Desde entonces, nada se sabe de ella. Algunos, en el barrio, dicen que es parte de una red de tratante de blancas, otros que la mataron para vender sus órganos, otros que fue parte de una red de tratante de blancas y luego la mataron para vender sus órganos.
Hace unos meses un amigo diariero le prestó una porno mexicana a Alexis, y una de las actrices se parecía a Adriana. Alexis puso stop, sacó la cinta de la video y nunca mencionó el asunto a nadie.

Tras repetir tercer año, y terminar quinto con seis previas, Yimi se pone a trabajar con su padre y su hermano en el Mercado Central. No pretende terminar el secundario. Hasta que un día se levanta en 567 (de Liniers) a Monica, no su hermana sino una botas de Barrio Naón (una zona residencial vecina de Villa Celina, del lado de Capital), estudiante de Contabilidad en La Matanza, que le dice que por su bien, tiene que terminar el secundario. Yimi le dice a Antonio que en vez de trabajar quiere estudiar, y en dos años termina el secundario. La botas le dice: “¿ves, bichi? Sos capaz... Yimi lo cree, y se mete en Administración de Empresas en la Universidad de La Matanza. Su novia hija de un industrial que durante la primera de Menem cerró la fábrica y empezó a importar lo que producía, y en la segunda se llenó de créditos que invirtió en porfolios, llevando la fábrica a la ruina, total, los créditos lo habían enriquecido (hoy la fábrica es una de las recuperadas por sus obreros, en la que funciona un comedor infantil y un centro cultural), le consigue una pasantía en una multinacional. Es el final de la fiesta menemista. Yimi es regularizado en la multinacional y comienza a creérse más de lo que es. Se vuelve crónico pero gana dinero. Se cambia a la UADE. Deja a su novia... Ahora sale los sábados a la noche, motivo por el cual dejó el culto los domingos.

Aunque consiguió un crédito hipotecario y compró para la familia un piso en unas Torres de Villa Celina cercanas al acceso de la autopista, en la que la mayoría de sus habitantes son militares retirados, Antonio le dice que es dinero sucio, que Jesús va a castigarlo, que el diablo adopta las formas más seductoras...

Yimi reserva todos los domingo al almuerzo familiar. Previo dirigirse al monoblock, pasa a buscar a su abuela arteriosclerótica. Toda la vida vivió con la familia hasta que empezó a cagarse encima y a encender la llave del gas. Como en el monoblock había chicos chicos (los sobrinos de Yimi), Antonio la puso en un geriátrico del PAMI. El lugar no es muy agradable a la vista, pero pagan sólo cien pesos al mes (y como la anciana cobra ciento cincuenta de pensión, los números cierran).

Un domingo, Yimi cayó con una sorpresa. Una copia pirata en dvd de “La pasión de Cristo” (Mel Gibson, 2004). Luego del postre (que obviamente llevó Yimi) la vio la familia unida en el reproductor que Yimi regaló a sus sobrinos. La copia se veía verdaderamente mal, pero la madre dijo a Yimi: “¿Cuánto la pagaste? ¿Quince pesos...? Claro, es barato... si íbamos todos a verla al cine gastábamos un dineral...”

Yimi para un taxi y se despide de su novia. Ella sube al taxi. Yimi sigue a pie por la avenida de mano única, que en ese preciso instante sufre un nudo de tránsito. Alguien grita su nombre. Unos cartoneros. Viejos amigos del barrio. Le muestran una bolsa con las facturas que, todos los días, las panaderías regalan a los pordioseros antes de cerrar. Uno de los cartoneros invita a Yimi a que se sirva por sí mismo. Acostumbrado, como aprendió en su infancia cuando visitaba a su abuela materna en la provincia de Corrientes, Yimi sabe que, para los más humildes, el rechazar la comida que ofrecen puede resultar una ofensa. Yimi se acerca a la bolsa. Saca una cremona. Entonces, a su lado pasa el taxi con su novia, que observa in fraganti a Yimi comiendo de la basura. Yimi quiso dar una explicación. Pero ella nunca más volvió a responder sus llamados.

Harto de que Yimi acapare siempre la atención, su hermano quiso dar a la familia una verdadera sorpresa. Y sí que lo hizo. Entró a la habitación de sus padres, tomó el dinero que reservaban para festejar la navidad (“tal vez la última de la abuela...”, decía Antonio) y lo jugó a “punto” en el casino de Tigre. Salió “banca”.
Fue una nochebuena más pobre de lo habitual. En vez de pan dulce había galletas de salvado, en vez de sidra había vino en caja, en vez de turrón había Namur; hasta que llegó Yimi vestido de Santa Claus, con regalos y comida para todos.
Esa noche, Antonio se fue a la cama temprano: su hijo que trabajaba religiosamente les había arruinado la navidad, y su hijo con el alma sucia había comprado a la familia ofreciendo sus almas al diablo.

Museo del Cinismo - Dramatis Personae I

1) BUBY TRAMONTINA
EDAD: 40 años
ALTURA: 1,60 m
PESO: 140 kls.
SEÑAS PARTICULARES: bigote anchoa, remera negra, bermudas del mismo color y alpargatas, no tiene definida su sexualidad
DATOS BIOGRÁFICOS: desde que repitió por cuarta vez el segundo año del industrial, harto de su vida miserable, Buby Tramontina ha fracasado en los más diversos oficios.
Vive en los fondos del Hotel Paparella, propiedad de su madre, en una sala de ensayos en la que toca la batería junto a su banda de metal, “Los genitales del Poyo”.
Algunos objetos que habitan el sitio: un flipper de “Arma mortal 3”, una Siambreta, decenas de casetes con canciones grabadas de la radio, varios números de Mecánica Popular, un inodoro portátil que las hace de baño, posters de Peñarol de Mar del Plata, bolsas de Chitos, Raffles y demás comida chatarra, cajas de UGGI´S con la leyenda “decí no a la droga y si a la pizza”, chacinados que cuelgan del techo, motores desarmados, bulones, rulemanes, y demás partes de automotores que nunca termina de arreglar (aunque diga que su pasión es la electromecánica).

2) TICA TRAMONTINA
EDAD: 70 años
ALTURA: 1,67 m
PESO: 54 kls
SEÑAS PARTICULARES: ruleros, camisón, pantuflas, léxico del tipo “cabeza hueca”, “qué cosa de locos”, “pero qué barbaridad”.
DATOS BIOGRÁFICOS: Tica Tramontina atendía una fonda cercana del puerto. Era, como quien dice, “la mujer del pueblo”. Era más fácil cogerse a Tica Tramontina que hacerse una puñeta. Sin embargo, a pesar de no tomar precauciones, nunca había quedado embarazada ni había contraído enfermedad venérea alguna. Hasta que un grupo de feministas la convenció para usase condones cada vez que tuviese relaciones sexuales. Entonces, en su primer coito influido por las feministas, el método fracasó. Y así concibió a su único hijo, Buby Tramontina, de padre desconocido.
Desde entonces, alquila una casa en la que instaló el Hotel Paparella.

3) HIPÓLITO
EDAD: 63 años
ALTURA: 1,70 m
PESO: 80 kls
SEÑAS PARTICULARES: canoso, pantalón blanco, buzo escote en V amarillo, zapatos mocasín.
DATOS BIOGRÁFICOS: desde hace más de cuarenta años, Hipólito atiende el quiosco de diarios ubicado frente al Hotel Paparella. Desde hace cuarenta años, Hipólito se despierta a las tres de la mañana, y una hora más tarde comienza a armar los diarios del día. Desde hace cuarenta años, Hipólito no toma vacaciones, y sus únicos francos son el día del canillita, navidad, año nuevo, y un par de feriados nacionales.
En el 69 estuvo a favor de las razias en universidades, en el 73 adhirió a la Triple A, en el 79 se enorgullecía de una posible guerra con Chile por el conflicto de Beagle, en el 83 puso en el puesto de diarios una foto de Herminio Iglesias.
Escucha Radio 10 y se indigna cada vez que observa, mientras arma los diarios, a jóvenes que regresan de sus juergas cuando él ya está trabajando.
Tica le tiene ganas, pero él prefiere los culos y las tetas de la contratapa de Diario Popular.

4) ANDRÉS
EDAD: 20 años
ALTURA: 1,74 m
PESO: 60 kls
SEÑAS PARTICULARES: remeras de Radiohead y Coldplay. Cool proletario.
DATOS BIOGRÁFICOS: recibido en una escuela de artes de provincias, espera que su abuela cobre unos retroactivos que le adeuda el ANSES, y así poder ir a la gran ciudad a probar suerte. De momento no tiene otra opción que andar con su único amigo, Buby Tramontina. Por quien siente una profunda atracción, dado que Andrés es un homosexual reprimido (de hecho, Hipólito se dirige a él como “ese artista mariquita”).

5) EL “POYO”
EDAD: 36 años
ALTURA: 1,82 m
PESO: 120 kls
SEÑAS PARTICULARES: tiene la piel del color de un churrasco quemado, usa la camisa con los tres botones superiores sin abrochar, y el cabello cortado al ras.
DATOS BIOGRÁFICOS: huérfano de padre y madre, el Poyo fue víctima de varios abusos en un orfanato, hasta ser adoptado por una tía segunda de su madre. Gracias a ella, luego de una vida efímera como alumno crónico universitario, el Poyo consigue su primer trabajo como cadete del buffete de Canal 7. Hasta que lo despiden por querer ingresar en una fiesta a la que no estaba invitado, haciéndose pasar por el gordo “tortero” de Videomatch.
Desempleado, un conocido del canal le ofrece trabajo como actor secundario en un espectáculo de revista que montarían para la temporada marplatense. El Poyo viaja. Se hospeda en el Hotel Paparella. Dice a todo el mundo que es famoso. Todos le creen. El espectáculo de revista nunca se hace. Desde entonces, el Poyo permanece en el Hotel Paparella, dado que su deuda con Tica es tal que, si lo echan, nunca van a cobrarla.
Para que Tica no lo instigue a pagar, el Poyo es amigo de Buby sólo para tener un aliado a la hora de evitar el reclamo de deudas (y de hecho lo seduce con sueños de estrella pop).

6) LARA LAPUTA
EDAD: 23 años
ALTURA: 1,56 m
PESO: 60 kls
SEÑAS PARTICULARES: baja estatura, culo de embarazada.
DATOS BIOGRÁFICOS: sobrina de Hipólito, hija de una familia sin recursos arruinada luego del cierre de SOMISA. Llega a la ciudad con la intención de estudiar peluquería. Sólo que el único trabajo que consigue es como mucama del Hotel Paparella, como favor de Tica a su tío, que alguna vez dio trabajo a Buby Tramontina. Tica obviamente le adeuda varios sueldos, y ante sus quejas su tío le dice que se calle y ponga el hombro. Entonces, para conseguir el dinero necesario para el curso de peluquería, Lara decide prostituirse con los huéspedes del Hotel Paparella.
El único cliente que consigue es el Poyo, que al enterarse que debe pagar le dice:
Poyo: no entiendo qué querés de mí. Primero me tirás onda. No me boludees...
Lara: Te estás haciendo cargo de algo que nunca te dije...
Poyo: ¿Te creés que no me doy cuenta cuando me tiran onda? Te equivocaste. Yo voy de frente. Si me tiran maní, no salto a buscarlo. Pongamos las cartas sobre la mesa
Lo cierto es que el Poyo le debe setenta pesos (del polvo que tuvieron, y de un par más que contrató a posteriori).

7) FASULINO Y FUMAGALI, ILETRADOS DE FLORESTA
EDAD: INDEFINIDA, entre la adolescencia y la treintena.
ALTURA: 1,76 m (Fasulino) – 1,83 m (Fumagali)
PESO: 72 kls (Fasulino) – 73 kls (Fumagali)
SEÑAS PARTICULARES: bermudas, remera de las Madres de Plaza de Mayo y campera de jean (Fasulino); jean desgastado, remera blanca y campera Adidas de Rave (Fumagali).
DATOS BIOGRÁFICOS: naturales del barrio de Floresta, Fasulino y Fumagali se conocen a principios de los noventa, en una prueba para ingresar a las inferiores de All Boys. Inmediatamente fracasan. Entonces, deciden hacerse estrellas de rock. Por esa época todos escuchan 2 minutos, e inspirados por sus influjos arman una banda que toca covers de The Ramones. El proyecto, sin embargo, hace aguas; por lo cual se ven obligados a cambiar de estilo. Son los mediados de los noventa. Fasulino y Fumagali se dejan el flequillo, y comienzan a copiar acordes de Oasis y Blur. Pero la actitud barrial no se acomoda al estilo pop londinense. Entonces se hacen DJs, pero siguen sin mostrar rasgos de talento. Rendidos, devienen dealers. Empresa en la que, una vez más, fracasan, porque ambos deben Contabilidad del tercer año de secundario, ergo carecen de las herramientas para entender que si consumen más de lo que venden del total de su producción, el negocio da pérdidas. Lo cual les genera deudas con su proveedor.
Así, luego de una noche alocada, Fasulino y Fumagali roban los ahorros de la abuela de uno de ellos, escapan a la costa atlántica. Desde entonces, Fumagali y Fasulino pasan sus horas en la puerta del local de videojuegos ubicado en la esquina del Hotel Paparella, vendiendo drogas.
Cuando no están fumando canabis, perecen bajo su influencia.

8) JOE PESCI CHILENO
EDAD: 42 años
ALTURA: 1,56 m.
PESO: 60 kls.
SEÑAS PARTICULARES: acento chileno, baja estatura, trajes cruzados de los años setenta, verborragia limitada a insultos y menoscabos. Cuando estalla de furia por motivos insignes, es capaz de romper una nariz con el tubo de un teléfono público.
DATOS BIOGRÁFICOS: nadie sabe nada de su pasado ni de su presente. Se comenta que es chulo, aunque nadie tiene la certeza. Lo cierto es que siempre aparece por las inmediaciones del Hotel Paparella, y con la aridez, la excitación y el mal humor de un adicto a la cocaína, se mete en las conversaciones y busca pelea. Se dice que va calzado.

9) INSPECTOR MIGLIORANZA
EDAD: 43 años.
ALTURA: 1,76 m.
PESO: 80 kls.
SEÑAS PARTICULARES: porte recio, nariz pronunciada, andar seguro, no hay momento en que no esté encendiendo un cigarrillo, parecido físicamente a Daniel Autiel.
DATOS BIOGRÁFICOS: alguna vez policía anti-sistema, Miglioranza fue expulsado del cuerpo, de acuerdo a él por presión de los peces gordos que controlan los desarmaderos y el comercio de autopartes robadas. Su pensión apenas le permite pagar un cuarto en el Hotel Paparella, donde a la vez funciona su despacho de investigador privado.

10) NINO, EL GARY COLEMAN ARGENTINO
EDAD: 37 años.
ALTURA: 1,37.
PESO: 47 kls
SEÑAS PARTICULARES: él en sí mismo (en la calle, todos lo reconocen).
DATOS BIOGRÁFICOS: a fines de los setenta, fue una estrella infantil celebrada por el mismo Jorge Rafael Videla. Lo llamaban “el nuevo Marcote”. Hasta que los productores abusaron del hecho de que fuese enano, y cuando tenía veinte años seguía haciendo de un chico de ocho, y el público comenzó a cansarse. Con la llegada de la democracia fue atacado por la “patota cultural” denunciada por Sergio Velasco Ferrero, y su carrera se vino a pique. En nuestros días, es sereno del estacionamiento ubicado frente al Paparella.

Thursday, May 26, 2005

Test Cosmopolitan - ¿Es tu novio un Yimi?

Test Cosmopolitan: Tu novio es YIMI?

A continuación, marque en cada pregunta la respuesta que considere correcta. Al final del cuestionario podrá encontrar los resultados correspondientes a las opciones elegidas.

1 - En cuanto a ropa interior, a la hora de tener sexo tu chico usa mayoritariamente:
a) Slip
b) Boxer
c) No usa ropa interior
d) Lencería femenina

2 – A tu entender, el domingo ideal para tu chico consistiría en:
a) Juntarse con vos y con sus amigos, en casa, para ver a su equipo de fútbol predilecto.
b) Juntarse sólo con sus amigos, en casa, para ver a su equipo de fútbol predilecto.
c) Llevarte a la cancha, al “tablón”.
d) Quedarse en casa leyendo un buen libro

3 – Tu novio:
a) Tiene auto propio
b) Se lo pide prestado al padre
c) No tiene pero le gustaría tener
d) No tiene ni le interesa tener

(si marca c o d, pase directamente al ítem 5)

4 – La relación de tu chico con su auto, la resumirías:
a) Con él, un domingo, dando manguerazos al vehículo estacionado en la vereda de su hogar, vestido con camisa sin abrochar, hojotas y shorcito.
b) Con él manejando, repitiéndote que en el auto no se come.
c) Con él comienzo arroz durante toda una semana para poder comprar la cera importada que saca brillo a su preciosidad.
d) Con él inclinando los asientos delanteros para que tengan sexo en el auto (y así ahorrar telo).

5 – A la hora de bailar, tu novio prefiere:
a) rock´nd roll
b) electrónica
c) ritmos caribeños
d) dice que los hombres duros no bailan

6 – A la hora de escuchar música tu novio prefiere
a) blues
b) electrónica
c) hits del momento
d) jazz

7 – En la hipotética situación de que vayan al cine a ver “Conversaciones con mamá” (de Santiago Carlos Oves), al final de la película crees que tu novio:
a) Diría con complicidad: “la próxima elijo yo la película...”
b) Diría que le gustó mucho el film, creyendo que así te está complaciendo.
c) Lloraría y diría: “¡Disculpá! ¡¡¡Pero China Zorrilla me mata!!!”
d) Diría: “mirá que tenés un gusto de mierda, empezando por con quién salís”.

8 – La relación de tu novio con el tabaco puede resumirse en que:
a) No le molesta que alguien fume frente a él, pero repite, aunque nadie se lo pregunte, que “el cigarrillo mata”
b) Lo saca que cualquier que esté en su presencia encienda un pitillo.
c) Enciende algún que otro pucho, sobre todo en las situaciones pos coito.
d) Fuma como una chimenea.

9 – En el momento cúlmine del amor, tu novio:
a) Gime como un animal.
b) Te dice preciosidades.
c) Susurra en tu oído vulgaridades.
d) Es indiferente.

10 – Con respecto a sus relaciones anteriores:
a) Menciona de vez en cuando alguna sólo para recordar lo bien que le hizo conocerte.
b) Las menciona con relativa continuidad, para histeriquearte.
c) Menciona especialmente alguna(s) porque dice que no las puede borrar de su memoria.
d) Nunca las menciona porque no es de caballero hacerlo.

11 - Por lo general, tu chico lee:
a) El Olé.
b) Algún best seller durante sus vacaciones.
c) Nada de nada.
d) Clásicos de la cultura occidental.

12 – Si tu chico te dejase por otra, creés que se iría con:
a) Ingrid Grudke
b) Angelina Jolie
c) Una conejita Playboy
d) Gwyneth Paltrow

13 – En el caso de que vos lo dejases, creés que él preferiría que te fueses con:
a) Sebastián Estevanéz
b) Pierce Brossman
c) Su ídolo futbolístico
d) Federico Luppi

14 - En cuanto a su relación con la estética:
a) Tiene una leve “buzarda” cervecera que no le preocupa.
b) Es un obsesivo del gimnasio
c) Está engordando y no le preocupa.
d) Es, per se, desaliñado.

15 – La máxima fantasía sexual de tu chico dirías que es:
a) “Hacerlo” con vos y una amiga tuya especialmente atractiva.
b) Hacerlo sólo con vos durante la cena navideña, en el baño de la casa de sus padres.
c) “Hacerlo” con dos profesionales rentadas para la ocasión.
d) Mirarte mientras lo hacés con otro.

16 – En cuanto a su relación con lenguas extranjeras:
a) Sabe un poco de inglés por el secundario, las películas, las canciones pop, pero es incapaz de entablar una conversación en dicho idioma, ni de leer el “Tristam Shandy” en su lengua original.
b) Habla perfectamente inglés, pero es incapaz de leer el “Tristam Shandy” en su lengua original.
c) No pasa del “iesh, plish, shancs”
d) Habla perfectamente múltiples lenguas y es capaz de leer el “Tristam Shandy” en su lengua original.

17 – A tu entender, la idiosincrasia de tu chico cuadraría con:
a) Brasil, porque es festivo y candoroso.
b) Unión Europea, porque es medido y racional, pero sabe vivir bien.
c) Estados Unidos, porque se deja llevar por las fachadas.
d) Tombuctú, vaya a saber uno por qué.

18 – De acuerdo a tu punto de vista, para él una noche perfecta con vos consistiría a grandes rasgos en:
a) Pasarte a buscar por tu casa, ir a comer a un bodegón, tomar una copa juntos y dirigirse a un sitio donde tengan intimidad.
b) Ir a una cena / evento donde socialicen con conocidos que admiren cuan linda pareja son, y luego retirarse a lo obvio cuando comienza la “diversión”.
c) Emborracharse juntos y hacer el amor en forma animal.
d) Evitarte.

19 – Si tuviese que recuperar tu amor, de acuerdo a tu opinión creés que tu chico sería capaz de:
a) Darte una serenata con mariachis.
b) Acudir a amigos en común para que te convenzan de verlo, y entonces pedirte como un caballero una segunda oportunidad.
c) Poner un pasacalle en la puerta de tu casa.
d) Seguir el ejemplo de Fabián Tablado y asesinarte, así dejás de ser un estorbo.

Soluciones:

Mayoría de respuestas A, tu chico es un Yimi innato: carismático, jovial, pendiente de vos en el amor y en la pobreza, en la saluda y en la enfermedad, lo único que le importa es que puedas disfrutar del momento junto a él, y él junto a vos.

Mayoría de respuestas B, tu chico es lo que se dice un Yimi Rico: tiene toda la esencia para ser un Yimi innato, pero temeroso de vérselas en una condición social menos privilegiada (en donde pueda llevar adelante su carácter Yimi con desenvolvimiento), su inseguridad se ve regida por el “qué dirán”.

Mayoría de respuestas C, tu chico es lo que se dice un Yimi Croto: también tiene todas las condiciones para ser un Yimi, pero su inestabilidad económica le produce una estabilidad sentimental con su pareja.

Mayoría de respuestas D, tu chico está muy pero muy lejos de ser cualquier clase de Yimi, y muy pero muy cerca de ser un psicópata. Mejor que se replantee lo que quiere de la vida, o mejor dejarlo.

Qué es exactamente una Botas

BOTAS: imaginen una cruza entre Susanita de Mafalda adulta y una perra excecrable de reality-show y tendrán a una Botas. Vayan a Florida y Lavalle, circa 18 hs, o mejor a cualquier pub irlandés de Barrio Norte, por la misma hora, y cuando vean a una secretaria vestida con su minifalda de cuero y (música del azar) botas hasta la rodilla, pues siéntanse el almirante Cousteau contemplando al único especímen del mundo que queda del Tiburón Jaguar de Sumatra.

Obviamente, qué otra cosa quiere una Botas que un marido que le pueda brindar una extensión de su tarjeta de crédito para comprar Sarkanys, preferiblemente en Patio Bullrich, o Unicenter.

Suelen llamarse Mónica, Yael, Wanda, Gabriela, Karina, Mariel. Nombres que sueñan para sus hijas: Mia, Valentina, María (a secas), si es varón probablemente Romeo o Valentín.

Son definitivamente Botas: Carol Castro, Ingrid Grudke, Nancy Duplaá, Florencia Peña, Teodelina de Carabassa de las Chicas Express, Leticia Brédicce, Dolores Barreiro, las mellizas Marull, las Trillizas de Oro, Jacky Keen, Adriana Varela, Connie Ansalmy, Juana Viale, Cristina Fernández de Kirchner, Pamela David, Patricia Sosa, Susana Giménez.

No son Botas ni por lejos: Lola Berthet, Deborah de Corral, Lilita Carrió, Sandra Mihanovich, Analía Couceyro, Albertina Carri, Lucrecia Martel, Hilda "Chiche" Duhalde, la "Tigresa" Acuña, Gladys Florimonte, Clara Mariño, la novia oriental de Lanny Hangling, Alicia Kirchner, Mariana Brisky, Antonella Costa, la cantante de Entre Ríos, la cantante de Miranda!

Qué es exactamente un Yimi

YIMI: tipificación del joven porteño / bonaerense soltero heterosexual promedio, que en el nivel simbólico podría resumirse con la imagen de él mismo, un domingo a primera hora de la tarde, dando manguerazos a su auto (o al que le presta su padre) en la vereda de su casa, vestido con camisa desabrochada en los tres botones superiores, short ajustado que se asemeja a un hot pant, y hojotas y / o alpargatas.

Las dos grandes pasiones de Yimi son: su chica y su escuadra predilecta de balompié. Sin importar la hora a la que se acueste luego de una salida de sábado, los domingos se levanta cerca del mediodía, con el fin de leer el Deportivo de Clarín, mientras su madre prepara la pasta. Su capacidad en el pensamiento abstracto se reduce al grado cero, considerando que su vida se rige por una pragmática y un sentido común muy rudimentarios.

Ejemplos de Yimis: Pablo Echarri, Nicolás Cabré, Iván Noble, el "Gato" Gaudio, Matías Camisani, Ova Sabattini, Nicolás Pauls, Mariano Martínez, Mariano Closs, Ricardo Darín, Tommy Dunster, Felipe Colombo, Adrián Suar, Marquitos Di Palma, la “banda” de Videomatch en cualquiera de sus ciclos (del Gordo Tortero a Carna, pasando por Henry de Rider, “Lanchita” Vicio, Eduardo Uzni, etcétera –sin olvidar a quienes el ciclo sirvió de instancia de consagración, como Marcelo “Teto” Medina y demás).

No son ni nunca serían Yimis: Gaby Alvarez, Alan Pauls, Juan Cruz Bordeau, Luis Ortega, Martín Kohan, Jorge Lanata, Juan Di Natale, Miguel Rep, Julio Chávez, Alfredo Casero, Diego Bliffield, Tomás Barry, Juan Villegas, Javier Diz, Luciano Caseres, Diego Lerman, Claudio Quinteros, Sebastián Weinraich, Juan Minujín.

A su vez, si se busca rigor, “Yimi” implica diversas subcategorías que no vienen al caso (Yimi Rico, Yimi Letrado, etc) en una primera aproximación al asunto.

Yimis y Botas

Si Marylin Monroe y Joe Dimaggio fueron el matrimonio típico de la Nueva York bohemia del Estado de Bienester, pues Yimi y Botas son el arquetipo de la pareja promedio en la miserable Buenos Aires del nuevo milenio...

¿Quién no cruza un domingo por la tarde, en el centro comercial amigo, a un Yimi junto a su Botas, con sus respectivas caras de orto, dado que ella quiere detenerse frente a las marquesinas de Ricky Sarkany, mientras él la empuja (de la mano, claro) a Falabella, con el fin de comprar un estuche de CDs para el estéreo nuevo del auto de papi?

Entonces, al finalizar el paseo, discusiones en el segundo subsuelo del estacionamiento, todo por algo tan insignificante, pero en fin, Yimi y Botas creen que a través del reproche generan un anticuerpo que resguarda el supuesto amor que se juran...

En el viaje de regreso no se dirigen la palabra. Yimi deja a Botas en su hogar, ella no lo saluda, desliza un reproche, él se pone jodido, ella llora, ¿el fin del amor?

No. Al día siguiente, o incluso esa misma noche, alguno de los dos llama para disculparse... Ambos se inflingen culpas a sí mismos, porque, caramba, resulta que sí se aman (risas).

Y se reestablece el orden inicial, hasta que Yimi dice el miércoles "vamos a ver la última de Jim Carrey", Botas acepta gustosa, y caramba, la última de Jim Carrey no es una comedia, sino un cuento gótico-infantil sobre unos huérfanos que la pasan muy pero muy mal... Y entonces, de nuevo, discusiones en el segundo subsuelo del estacionamiento...

Y así sucesivamente...

Aunque, claro, esto es sólo el inicio...