Monday, October 31, 2005

Watching the detectives

Todo lo que pude averiguar al momento sobre la boda de Maia Bendersky es que, al retirarse, dos de las invitadas confundieron sus abrigos.

Sunday, October 30, 2005

Costello en Buenos Aires

El interrogante más obvio que puede surgir previo a un show de Elvis Costello, es el de cómo condensar en menos de dos horas un repertorio que va de discos imprescindibles ("Brutal youth", "Almost blue", "My aim is true", "North", "Blood and chocolate") a pequeños grandes discos ("The Juliette letters", "Kojak variety"), pasando por ejercicios correctos y en algún punto tan innecesarios como disfrutables ("Il sogno", "The delivery man", "For the stars"). Inevitable al terminar el espectáculo lamentar que no haya incluido las favoritas más oscuras, como "This sad burlesque" o el cover de Ray Davis ("Days") o el de Dylan ("I threw it all away"). O incluso temas más conocidos como "Veronika" o "I want you" o "Less than zero".

O peor, pesimismo visceral mediante, temer o bien que focalizase en lo más reciente (y menos interesante) de su obra, o intuir que muerto el new wave y convertido en "el tipo de la canción de Notting Hill" (que pasaba -Daniel Hadad en "Después de hora", cuando jugaba al comentario libidinoso para con su locutora luego muerta de cáncer), se decantase por una selección más melódica, que por cierto no es la indicado para un recital de estadio que reclama asco y furia.

Y buenas noticias, a veces la gente que odiamos tiene razón en tildarnos de prejuiciosos. De traje gris, camisa rosada, gorro de lana y lentes oscuros, Costello and the impostors, literalmente "no pararon". Un tema atrás de otro, muchos clásicos, como "Accidents will happen" y "Oliver`s army", entre los que se escondían standards como "Insensatez" (de Antonio Carlos Jobim) o "I feel pretty" (el tema de "West side story" que tiene su mejor versión en la de Annie Roos y Gerry Mulligan, y que en una de Sandler le imponen cantar a Sandler a la hora de controlar su ira contenida). Lo cual confirma a Costello como el enciclopedista al que la erudición importa menos que el placer por la referencia subjetiva. De hecho, el gran momento del show fue cuando agregó a "Alison" un fragmento de "Suspicious minds" (tal vez la mejor canción que jamás grabara el Elvis Prestley de los 70, o sea, la mejor canción del universo).

Y es cierto que el iniciar los bis con "She" (la canción de Charles Aznavour ya mencionado) se pereció una cierta demagogia, redimida gracias a la media hora que siguió la banda y que finalizó con otro cover, "Hold on me" de los Fab Four.

Friday, October 28, 2005

Aeropuerto Internacional George Bush

Por estos días, los spam parecen haber llegado a un acuerdo: adiós momentáneamente al universo donde el viagra convive con la invitación a la obra de teatro infantil que escribió algún conocido, al porno duro con eventos cool de cumbia experimental en el Hotel Bauen (devenido una cooperativa o algo así), a los "after hours" en pubs irlandeses con la gacetilla que anuncia que "Conversaciones con mamá" acaba de ganar un premio en el festival de alguna ciudad en la que hay guerra civil cada nueve meses y bombardeos de la OTAN cada tres, a los adjuntos de una de una persona non-grata que envía con los destinatarios al descubierto el flyer de una fiesta balcánica con un boletín de la UBA en el que se comunica solidaridad para con las lesbianas afroamericanas feministas con síndrome de Tourette de Kirjistián; y bienvenida también momentánea a todos los anuncios e invitaciones a innecesarios boicots para con George Walker Bush, a propósito de su estadía marplatense.

La pregunta básica es, ¿por qué?

Inmediatamente aparecerán sonidos que tienden al vacío, "autoritarismo", "fraude electoral", "política clientelar", "recorte del gasto público en beneficio del interés corporativo", "desequilibro en la distribución de las riquezas", "animosidad para con minorías étnicas", el discurso obsoleto de Bono y Naomi Klein, mientras venden pulseras anti-globalización hechas en algún taller de Indonesia por 0,30 centavos de dólar la jornada.

En este sentido, los intereses que defiende no tanto Bush como cualquier reserva federal en la historia de los Estados Unidos, son bastante claros. ¿Pero los de sus detractores? ¿Acaso no es un discurso de fechada anti-autoritaria y fondo autoritario el boicot a un líder elegido por consenso? ¿O es que en su particular visión de los hechos, nuestros "progres" y trotzkistas se ponen por una vez de acuerdo en que oriente no pervierte valores universales "limpiando" kurdos o estableciendo controles policiales que dejan a un jefe de la checa de Stalin como un escolar que todavía no aprendió a masturbarse?

Como protesta, el único objetivo que alcanzan estos comunicados es el de recordar lo sofisticada que se ve Condoliza mientras toca el piano con Yo-Yo Ma al cello, mientras en un acto político de la Argentina el "Rafa" Bielsa acompaña con tres o cuatro acordes de su guitarra criolla otra ingenuidad (tan acorde al contexto) del suma cum ladem catalán de la correción política y las buenas intenciones.

Mientras tanto, el Air-Force One continúa con su despegue del Aeropuerto Internacional George Bush, cito en Houston, Texas.

Thursday, October 27, 2005

El comisario Lobo

Hace poco me enteré que Julie Steiner se operó los senos, con un dinero que cobró por escribir un episodio para una miniserie de televisión.

Raro.

En sus tiempos en el Nacional Buenos Aires, era algo así como el objeto de deseo de los intelectuales y pseudo-intelectuales: el hijo de un historiador devenido en VJ de MTV tuvo un coma alcohólico por el desaire de Julie; un crítico de cine obeso que estaba con Julie esa noche, y que fue abandonado cuando ella acompañó al hospital al hijo del historiador, al día de la fecha habla mierdas de ella, dice que es "una histérica", sólo porque cuando él la invitó a salir ella respondió "qué buena noche para emborracharse", y luego desapareció con el trago que él había comprado; el hijo de otro historiador (hoy convertido en una "loca" cool) dejó por un par de citas con ella su barrio de chicos desgarbados mezcla de Chris Martin y el cantante de Babasónicos; el cachondo del grupo de teatro del Colegio renunció a las nínfulas teñidas de rubio e intentó deflorar a Julie (aunque a tiempo real, como se dice vulgarmente, "no entró").

Lo extraño es que la historia de los senos falsos no llegó por terceros, sino por un mail que envió la propia Julie Steiner, comentando que esa noche saldría al aire el episodio de la miniserie que le sirvió para pagar sus "maravillosas tetas" (sic).

La daban en un canal familiar, raro. Estuve por responderle que a cagar con la maldita serie que ella misma aceptaba que había sido un trabajo mercenario (por más que lo promocionase como si fuera un guión para Stanley Kubrick), que lo único de ese canal familiar que alguna vez despertó en mi persona un sentimiento, no había podido conseguirlo, significando una vacío que todavía perdura: que vuelvan a pasar la serie del comisario Lobo.

alternate/deleted scenes IV

Teresa Carrit había nacido un 21 de diciembre de 1979. Para su cumpleaños número 22, decidió celebrar el día anterior, por la noche.

20 de diciembre de 2001.

No es que hubiese demasiados invitados, pero la mayoría ni siquiera llamó para disculpar la ausencia. Como que había toque de queda, el transporte público no funcionaba, a no demasiadas cuadras del piso de los Carrit (en Santa Fé y Coronel Díaz) los vecinos explotaban su derecho a la portación de armas para defender la garantía constitucional de la propiedad privada (perteneciente a los mismos grupos multinacionales que habían hecho lobby para la incautación de sus cuentas bancarias más bien miserables, pero propiedad privada y derecho constitucional al fin), en unos pocos días Schwarzneger se reiría ante el conductor televisivo Marley diciéndole algo así como "en tu país para cuando aprenden el apellido del nuevo presidente, ya renunció" (a lo que Marley respondió con sonrisa de compromiso que ya teníamos presidente fijo, y que se llamaba Duhalde, y acto seguido Arnie simuló un aplauso con cara de orto).

Frente a los cinco o seis invitados, la señora Carrit echó en cara a su hija que era una fracasada, y que definitivamente las relaciones públicas no eran su mayor talento.

Wednesday, October 26, 2005

Entre amigas

En el secundario, Maia Bendersky formó un grupo de amigas con tres chicas de otra división, a las que había conocido en la clase de gimnasia.

Una de ellas, Cata Pierce. No muy alta, pelo negro, tampoco demasiado dotada, evidentemente excitable considerando que es de las que saludan a cuasi-desconocidos pasando su mano por el pecho, a pesar de que el contexto no sea precisamente de intimidad. Cata Pierce tuvo su primer novio recién a los 17, cuando egresaba del Colegio. No un sujeto demasiado noble: un estudiante de la carrera de oficiales de la armada. Alto, pelo corto, nadie lo quería pero yo hacía buenas migas con él. Recuerdo que alguna vez me contó un episodio muy gracioso, sobre una proyección de "Loco por Mary" en el regimiento de Campo de Mayo. Fue el encargado de deflorar a Cata. Pero tampoco debía ser un amante notable, en tanto que luego de cinco o seis años de noviazgo, rompieron de común acuerdo y ella fue tras la búsqueda del tiempo perdido. Una noche llamó a un amigo cuyo interés por ella se reducía a, en vez de cogérsela y lucir el hecho como un trofeo, no cogérsela y lucir el hecho como un trofeo. Reímos mucho cuando contó la historia: fue a casa de Cata, manoseó sus senos, la masturbó a medias, le pidió algo para beber y regresó a casa.
La libertad sexual de Cata Pierce siguió un par de temporadas, pero luego conoció a alguient rabajando en atención al cliente en Telefónica, y hoy planean su boda.

Luego, estaba Sasha Durand. A diferencia del resto, su familia no es que fuese pobre, pero lejos estaba del pasar del alumno promedio del Colegio. De todas maneras, ella se miserabilizaba más, a la vez que intentaba disimular dicho status, exhibiendo su "clase" en la inquietud cultural, haciendo migas con las madres adineradas de sus amigas. Sasha medía poco más de metro y medio. Su cualidad, eran sus senos, que sin llegar a desproporcionados, eran interesantes sobre todo porque entonces todavía no eran víctimas de la ley de gravedad.
A los 15 inició noviazgo formal con un niñato del Colegio, el encargado de deflorarla al poco tiempo, con el que siguió hasta los 18, cuando creyó que podía conseguir algo mejor. Entonces, luego de una aventura proletaria con un murguero de Lanús, conoció a su novio actual, otro niñato del Colegio, estudiante de biología.
Romance ideal: ella representaba para él una mujer más bella de lo que podía conseguir, él representaba para ella buena familia, clase, Belgrano, padre juez. Claro que con el tiempo, él demostró demasiada poca habilidad para hacer dinero, y ella obviamente quería emprender un proyecto... hace poco cortaron definitivamente, pero al mes se reencontraron y decidieron empezar de cero. Ella sigue siendo la única mujer capaz de fijarse en él, aunque él ya no la desea tanto, él sigue siendo el mejor partido que consiguió ella para soñar un futuro lejos de casa, aunque él siga pagando las salidas con dinero que le dan sus padres.

La tercera, Teresa Carrit. Primer novio recién a los 20, aunque se dice que fue deflorada a los 18, no se sabe si por un cubano hijo de diplomáticos, o por un primo estudiante de derecho. Lo cierto es que, siendo su mejor amiga, Sasha Durand le hizo match con el mejor amigo de su novio, un estudiante de Ciencias Políticas de la DiTella. No es que Juan (tal su nombre) estuviera muy entusiasmado por Teresa, de hecho el cortejo se extendía y extendía. Hasta que alguien hizo una broma, escribiendo una carta de amor apócrifa de Juan a Teresa, que para algunos aceleró la gestión. Juan lo negó desde siempre, Teresa admitió que fue así al poco de romper con él. Sí. Rompieron. Según las malas lenguas, aunque sigan mostrándose como los mejores amigos, el problema fue que Juan no pudo hacer carrera más allá de una miserable ayudantía en la DiTella, que le sirve de vez en cuando para ligar alguna niña rica que no tiene mucha idea de nada. Mientras Teresa ganaba becas y concursos internacionales gracias a sus felatio en la Facultad de Derecho, que le ha traido no pocos problemas: el año pasado, le adjudicaron un premio que todos estaban de acuerdo en que merecía otra persona, pero en vez de renunciar y mostrar camaradería con su equipo de investigación (después de todo era un premio simbólico, no se trata de un millón de euros, ni siquiera de mil euros), ganó el odio de los mismos. Sobre todo porque a falta de vida social, supo practicar el juego del amor con tres personas del equipo, generando fricciones (y no porque se trate de una belleza, todo lo contrario, tiene cuerpo de heladera, piernas de maceta, un ojo estrábico).
Hasta no hace mucho, trabajaba como asesora legal para la embajada de Colombia. Narcos, sobre todo, o mejor dicho mulas, ciudadanas colombianas que son interceptadas con cinco pepas de merca en su estómago, y llevadas a la carcel de mujeres de Ezeiza, donde la única salida es el... suicidio.

Las chicas ya no seven demasiado. A veces se cruzan un par de ellas, y se preguntan con cara de orto cómo anda la familia, los novios, el trabajo; pura formalidad.

alternate/deleted scenes III

Un psicoanalista de Maia Bendersky se llamaba de apellido Caballero. Se suicidió (el terpeuta, no Maia).

alternate/deleted scenes II

El último cumpleaños de Maia Bendersky al que fui invitado, era en la casa que actualmente ocupa el doctor Bendersky, junto a su novia treinta años menor y el hijo que tuvieron (la memoria definitivamente juega sucia, ¿no se habían separado? -nada tarscendente, considerando que el doctor Bendersky tiene cuatro hijos de tres madres distintas). El punto es que, acostumbrado a educar mongolides, el inminente marido de Maia pidió que los invitados se dividieran en tres grupos, para organizar juegos del tipo "dígalo con mímica".

Pidió que los equipos se pusieran nombre. Yo respondí, "¡¡¡el consultorio del doctor Bendersky!!!"*. Silencio sepulcral seguido de reacción en cadena, un sujeto de otro grupo acota "¡los pacientes del doctor Bendersky!", y Aires, que estaba en el tercer grupo, dice "¡las puertitas del doctor Bendersky!".

Maia no se sintió muy cómoda al respecto.

*Durante su segundo matrimonio, el doctor Bendersky tenía un consultorio en zona norte que facilitaba a su hija para evitar el molesto gasto en amueblada, pero también para llevar a sus propias amantes (siendo un hombre casado). Después de la separación, una amiga de Maia con la que salí me contó que había ido a estudiar al consultorio, y que reparó en el hecho de que todos los objetos del lugar eran dos: dos tazas, dos platos, dos vasos; dijo sin querer "¡pero esto es un piso de soltero!". Y Maia asintió resignada.

alternate/deleted scenes

Julian G. tuvo con Maia Bendersky algo asi como una aventura. Si se puede llamar de esta formaa a un par de cogidas que aparentemente ella no termina de disfrutar, mientras él comienza a percibir sentimientos hasta entonces desconocidos.

Lo cierto es que una tarde, Julian llama a Maia y dice que quiere verla. Maia no sólo responde que duda de que sea una buena idea, sino que incluso desliza una rutina de la que no se entiende demasiado, salvo frases sueltas del tipo "no sos vos, soy yo" o "sos un chico maravilloso, yo estoy muy loca".

Él dice que va para allá. Maia Bendersky improvisa, inventa que está saliendo, que no va a estar en casa, pero mentir no es su talento. Tampoco la logística, es decir, sabiendo que él estaba en viaje, podría haber ido a tomar un café, o a visitar a alguien, o hacerle decir a la mucama que no estaba ahí; pero no. Julian G. llega de los Bendersky, Maia en persona lo hace entrar a la cocina, ya no le preocupa demasiado la delicadeza al hacerle saber que no hay un "vos y yo", sino que de hecho nunca lo hubo, y si no termina de comprender el asunto, lo está corriendo.

Acto seguido, Julian G. empieza a dar patadas a un tacho de basura, al mejor estilo Joe Pesci en "Goodfellows". Debió intervenir el doctor Bendersky a la hora de invitarlo a retirarse, amenazas de llamar a la policía mediante (raro, dado que como psicoanalista ha escrito algunos textos sobre el control social, la estimagtización, el panóptico y el aparato represor -pero... si la amenaza se encuentra dentro de tu casa de la Florida vecina al río, tan perfecta y luminosa que parece salida del remanente del set donde filmaban Alf...).

Tuesday, October 25, 2005

Las bodas de Maia Bendersky

Hace un año, la noche en que despedimos a una amiga en común que partía hacia Alemania para llevar a cabo algún tipo de investigación linguística (en un instituto con pasantes mayoritariamente polacos que en sus ordenadores tenían como fondo de pantalla fotos del Papa Wojtyla), pregunté a Maia Bendersky si me invitaría a su inminente boda. La respuesta fue ambigua, aunque técnicamente dejaba lugar no tanto a un interrogante como al futuro resultado de una suerte de castigo-recompensa.

Sospecho que para Maia Bendersky, siempre fui un poco el personaje del boticario de "Madame Bovary". Alguien que sabe demasiado, muy a su pesar. El único que, aunque no haya estado ahí para verlo, recuerda que apenas ingresó al Nacional Buenos Aires (colegio al que todos preguntan si fui, pero no, no sólo no fui sino que tengo el extraño orgullo de haber reprobado el curso de ingreso), Maia Bendersky ni siquiera contempló la opción de adoptar el carácter obsesivo-compulsivo afín al alumno promedio, decantándose más bien por una obsesión por la indolencia, creyendo en la pureza del amor cuando a los 13 inició una aventura con un sujeto de tercer año que daba clases de gimnasia.

El asunto no duró demasiado, pero al par de años Maia Bendersky iniciaba otro romance, en esta ocasión con el presidente del Centro de Estudiantes. Creo que le decían "Choclo", a raíz de su acné juvenil. Creo que fue el afortunado que supo deflorarla. La memoria de vez en cuando tiende a jugar trampas. Aunque sí es seguro que en una ocasión, "Choclo" le propuso una doble-date que terminó con él besando a la chica de su mejor amigo, mientras presionaba a Maia Bendersky para que incentivara en la práctica el intercambio. Maia Bendersky dice que optó por retirarse. E inició un tercer romance de colegio secundario, con un compañero de curso llamado Derka o Merka. En un viaje de estudios, sus compañeros de curso cenaban cuando Maia Benderky y Derka llegaron al salón comedor con el cabello húmedo. Todos aplaudieron. Alguien preguntó a Maia qué se sentía. Ella recalcó la importancia de tener a tu lado a alguien que realmente te quiera, la necesidad de amar y de ser amado, la belleza y el goce del sentimiento.

Lo cierto es que Derka tampoco duró. Noviazgo burgués de unos años, pero demasiado jóvenes para amar. Tal vez por eso, el siguiente ligue de Maia Bendersky fue otro egresado del Colegio, apodado "el francés". Un sujeto un par de años mayor, al que quiso abordar luego de romper con "Choclo", consiguiendo un desaire basado en el argumento de que era "demasiado chica". Pero los años trajeron revancha, aunque en esa oportunidad tampoco condujeron a la senda del verdadero amor.

Por entonces, Maia se va de vacaciones con su madre. Una suerte de clon teñido de rubio y con el peso del desgaste. Una mujer engañada por el padre de su hija, que al divorciarse intenta consumar la independencia vendiendo AFJPs (pero los número no cierran, truca algunas cifras y es despedida).

La casa en la que veraneaban, tenía un patio que compartían con dos casas más. Una de ellas, ocupada por un mendocino que tocaba en guitarra canciones de Joaquín Sabina. Inmediatamente nació el amor. Maia envió un mail al francés, en el que le explicaba: "me estoy portando mal". Él no respondió. Mientras tanto, una noche el mendocino le propuso dar un paso adelante, pero ella respondió que la dejara pensar. La noche siguiente Maia Benderseky dijo: "lo que querías preguntarme, creo que quiero...". Pero la respuesta del mendocino fue: "no sé... me parece que no da... mirá si quedamos enganchados...".

Y no hubo sexo, pero decidieron seguir la relación a distancia. El padre de Maia, un psicoanalista de cincuenta años vuelto a casar con la dueña de una tangoteca, le echaba en cara que no tenía dinero para llevar adelante el romance a distancia, con todos sus gastos en llamadas telefónicas y visitas. Lo que no quiso decir que Maia tomase un micro a Chacras de Coria, donde pasó unos días en casa de la familia de su amor. De regreso, contó que la abuela del sujeto le dijo algo así como "te veo y sos otra nieta más...".

Pero de nuevo, el asunto no prosperó. Hubo una historia de amor no correspondido, un militante del PO que hace encuestas para Gallup, y que decía ser amigo de Maia aunque evidentemente sólo quería tirársela (dado que luego delr echazo, desapareció). O tal vez realmente estaba muy enamorado. Creo que hubo un reencuentro con el francés. O con un novio del cbc, que había sido de hecho su profesor de semiología, cátedra Arnoux. Se llama Pablo Ruiz (sí, como el cantante devenido travesti mexicano); ella estaba muy enamorada, pero él la dejó por un puesto de traductor en la sede en Washington del Banco Mundial. Hubo un reencuentro, sí, pero no pasó demasiado. Él hablaba de su piano y de su admiración por Spinetta, ella deseaba que sucediera algo que no iba a suceder ni sucedió.

Fue por esa época que el doctor Bendersky se divorció de la dueña de la tangoteca. Cuernos, una vez más. De él a ella, obvio. Y como la casa no era bien matrimonial, el doctor Bendersky se mudó a una casa que le prestó un amigo arquitecto, ubicada en un barrio privado a madio construir. En Maschwitz. Muy lejos para Maia Bendersky, estudiante de letras cuyo sueño era ser periodista y trabajar en la ONU. De hecho, trasladarse de un punto a otro en algún aspecto aniquilaba tales sueños.

Pero llegó algo así como el príncipe azul. Un estudiante crónico de sociología, militante del centro de estudiantes, que trabajaba para el Gobierno de la Ciudad asistiendo niños mongoloides o algo por el estilo. El punto es que vivía sólo, y que Maia Benderseky necesitaba mudarse de Maschwitz, a pesar de sus magros ingresos (o mejor dicho, de un padre que a diferencia de su futuro suegro, no aportaba para la independencia). Y en fin... de pronto Maia Bendersky iba acompañada de su novio a visitar a su madrina, y mientras estacionaban el auto aparece una turba iracunda, su novio reconoce a un par de "compañeros", le cuentan que se dirigen a hacer un "escrache" en la puerta de la casa del General Viola, y Maia Benderseky ya no se dirigía a lo de su madrina, sino a apoyar una causa noble.

Pero no faltaban los conflictos. En una ocasión, Maia y su novio pasaron por una casa con jardín, ella le dijo que en algún futuro tal vez vivirían con sus niños en un sitio similar; a lo que él respondió con una perorata anti-burguesa, o algo por el estilo. De hecho, el años pasado, las cosas no parecían estar bien, a pesar del anuncio de la inminente boda. El militante tendía a la depresión. Quería abandonar la gran ciudad y reencontrarse con la naturaleza en Patagonia. Su madre lo sobreprotegía. Hijo único. No estaba produciendo dinero para el fondo de ahorros para la boda.

Hoy llegó mail de un amigo, en el que adjunta dos mensajes. En el primero, un amigo suyo que se estuvo de novio con la ex de otro amigo, acusado por ella de impotente y de no saber qué es lo que quiere una chica, anunciaba que acaba de renunciar a su trabajo en un hostel, que ahora tendrá tiempo para reencontrarse con aquellos a los que no vio últimamente, empezando por este sábado, en el cumpleaños de Julian G; el segundo era la respuesta de una de las mejores amigas del secundario de Maia Biendersky, explicando que esperaba ver pronto a todos, y que este sábado no podrá asistir al cumpleaños de Julian G, porque "se casa Maia (¿se acuerdan de Maia?)".

El boticario espera ansioso el momento en que el infierno pequeño-burgués llega a su fin con la ingesta de veneno.

Monday, October 24, 2005

El mejor comienzo que leo en AÑOS

"El contexto lo es todo. Disfrázame y verás. Soy un voceador de feria, un subastador, un artista de performances del centro de la ciudad, un experto en lenguas ignotas, un senador borracho de maniobras dilatorias. Tengo el síndrome de Tourette. Mis labios no paran, aunque sobre todo susurro y murmuro como si leyera en voz alta mientras mi nuez sube y baja y el músculo de la mandíbula late como un corazoncito escondido bajo la mejilla pero sin emitir ningún sonido; las palabras se me escapan en silencio, meros fantasmas de sí mismas, cáscaras vacías de aliento y tono".
(Jonathan Lethem, "Huérfanos de Brooklyn")

Botas Cool

Alguien comentaba los otros días que la autora favorita de Julieta Prandi es Clarice Lispector. Raro, no porque Juli sea modelo, sino porque (al menos por los indicios que se pueden reconstruir a partir de sus declaraciones públicas) no parece alguien que pueda pasar ya no de los libros de aeropuerto, sino de los de supermercado (no los saldos, sino los anaqueles que ofrecen a precio de mercado materiales de Osho, Bucay, Cohelo y gran elenco -Buenos Aires debe ser la única ciudad del mundo en donde a metros del stand de chacinados, entre el pasillo de los artículos de cotillón y el de la "winery", hay un cajón desordenado con libros de Simone Weill y Jean Guitton a cuatro con noventa y nueve).

En el último número de la revista trimestral española ClubCultura, en una sección con celebridades que van de shopping, Natalia Verbeke (que no sólo es argentina, sino que nació en Caballito), hace compras muy botas como una edición del Kamasutra y la primer temporada en DVD de "Six feets under" (o mejor dicho, de un control remoto universal que viene de regalo con la primer temporada en DVD de "Six feets under"), más un par de discos de... ¿Luis Miguel? ¿Calamaro? ¿Chichi Peralta? ¿Babasónicos?

Nope. ¡¡¡Anthony and the Johnsons y Eels!!!

Y de nuevo, no se trata de que la haga más o menos inteligente, sólo que no parece demasiado sofisticada como para dejar a sospecha tal gusto. O será que en la Buenos Aires del nuevo milenio estamos más acostumbrados al caso inverso a la botas que quiere ser cool; o sea, la cool que se imposta de tal manera que quiere disimular que en esencia su predisposición es la de una vulgar botas.

Las botas que quieren ser cool son tan grasas como la chica de Floricienta pero les gustaría ser alguna figura trágica y glamourosa como Marlene Dietrich. Casos: Dolores Fonzi, Celeste Cid, Julieta Ortega, Julieta Cardinalli, Romina Ricci, la estudiante promedio de cine, periodismo o comunicación.

Las cool que en esencia son botas exhiben una supuesta inteligencia que creen comparable a la de Victoria Ocampo, pero que deja baches en los que emerge la inteligencia de Victoria Beckham. Casos: la cantante embarazada de Miranda!, Carolina Fal, Belén Blanco, Antonella Costa, la estudiante promedio de letras, artes y teatro.

Friday, October 21, 2005

Recuerdos televisivos I

Siguiendo con los libros escritos por celebridades locales, en torno a este suceso surge un fenómeno casi invisible, en parte porque aborda un género muerto, en parte porque no ha dejado registro. Aquellos que alguna vez sintonizaron "Grandes valores del tango", aquel programa conducido por Silvio Soldán en el que un estudio que parecía construido con el remanente de un programa de entretenimientos de la RAI de hace seis temporadas, albergaba shows de música ciudadana con humoristas del interior del país y secretarias que traspasaban el extremo del cliché de la rubia descerebrada; tal vez recuerden el anunciado momento de la glosa.

Ejemplo: Silvio Soldán dice que la orquesta de Héctor Varela interpretará el tango "Sur", pero antes un recitador (que no recuerdo bien si era o no el cantor de la orquesta) disparaba toda una perorata en verso sobre lo que significaba el tango en cuestión, durando el doble o el triple que la ejecución de la orquesta.

Aunque si la memoria no me juega una trampa, "Grandes valores del tango" no difundía clásicos, sino canciones escritas por su conductor. En ese caso, sin saberlo, la glosa alcanzaba niveles de megalomanía ciertamente atroces.

En fin. Va letra de Soldán, de una milonga titulada "Azúcar, pimienta y sal".

La quiero porque ella es así,
con su corazón de grillo
le gusta lo mismo que a mí,
el café y el cigarrillo,
sentarse a la mesa de un bar
o sin plata caminar...
Así... como es...
rebelde y angelical!
Así... como es...
azúcar, pimienta y sal

La quiero así... con su cara de muñeca
La quiero así... con su cabecita hueca
La quiero así... con sus sueños de papel...
Y aunque siempre está en la luna
no la cambio por ninguna
yo la siento como el sol en la piel.
Soy feliz a mi manera
y me gusta que me quiera
así como es...

La quiero difícil como es
con su mundo diferente
que importa su mundo al revés
si se cambia fácilmente
tampoco lo que hablen de mí
porque yo la quiero así
así, así, rebelde y angelical
así, así, azúcar, pimienta y sal

La quiero así... con su cara de muñeca
La quiero así... con su cabecita hueca
La quiero así... con sus sueños de papel...
Y aunque siempre esta en la luna
no la cambio por ninguna
yo la siento como el sol en la piel.
Soy feliz a mi manera
y me gusta que me quiera
así como es...
Soy feliz a mi manera
y me gusta que me quiera
así como es...
Soy feliz a mi manera
y me gusta que me quiera
así como es...

así como es, rebelde y angelical...
así como es, rebelde y angelical...
Azúcar, pimienta y sal
Azúcar, pimienta y sal
Azúcar, pimienta y sal

Resultados

Una encuesta realizada por el Daily Mirror arrojó que las mujeres para casarse son:

1) Jennifer Anniston
2) Halle Berry
3) Gwyneth Paltrow
4) Sienna Miller

Mi lista:

1) Asia Argento
2) Scarlet Johanson
3) Aimee Mann
4) Olivia Williams (o mejor dicho, su Miss Cross en la gloriosa "Rushmore")

Thursday, October 20, 2005

Libros de celebridades locales

A propósito del libro de fotografías de Celeste Cid, me vinieron a la memoria algunos títulos que llevan la firma de celebridades locales. No porque el hecho encierre un gesto de "qué cool que soy, me río de los poemas de Julieta Prandi o de Silvio Soldán", sino porque más allá de los resultados dispares, parecen no tanto operaciones de mercadotecnia como emisiones intervenidas hacia la medianoche por ondas provenientes de "la dimensión desconocida".

Caso "El día que John Lennon visitó la argentina", nouvelle de Juan Alberto Badía, con prólogo de Alan Pauls cuando evidentemente o no era tan cool, o cuando no recibía cheques de Imagen-Satelital con los cuales liquidar deudas. La trama parte de un hecho aparentemente real, que es una entrevista con Lennon que le cancelan a Badía, seguida de una carta que el locutor y animador le envía a su beatle preferido describiéndole las ilusiones que se había hecho. Hasta que (oh), una medianoche en que Sui Generis toca en un programa radial, que no casualmente conduce Badía, Juan Alberto ve a un sujeto que observa asombrado a Nito Mestre tocando la guitarra (¿o era a Charly García?), a quien vuelve a cruzarse cuando termina la emisión, y se presenta: es Lennon, en una visita por 24 horas en la Argentina, de encubierto, conmovido por la carta de su fan y dispuesto a hacer realidad sus ilusiones compartiendo una jornada. Acto seguido Badía lo lleva a la cancha de River, se toman el Sarmiento y pasean por el Ramos Mejía natal del locutor, ven un ensayo de Almendra y Lennon queda fascinado ante la genialidad del rock nacional, y llega la inevitable despedida en Ezeiza, seguida de una semblanza en la que Badía se refiere a Mark David Chapman sin nombrarlo (y si mal no recuerdo, también a los desaparecidos de la última dictadura militar).
Entretanto hay una subtrama de enredos, como Badía desaparece con Lennon y el pacto es que no puede contar a nadie de la visita, su esposa (la de Badía, no Yoko) cree que lo engaña con otra mujer. Recuerdo una escena en que Marisa Badía interroga a su hermano al respecto. Hay un personaje secundario llamado Dardo Ferrari, como el CEO del sello AVH que tenía un programa en Canal 7 durante el menemismo, que se llamaba "Contacto visual".

Otro que no se puede no recordar es "Misión argentina en Chile", de Juan Bautista "Tata" Yofre. Ex-director de la SIDE, por la época en que se separó de la madre de sus hijos, la ex chica Olmedo, Adriana Brodsky, el "Tata" salió en tapa de Caras con su nueva novia, afirmando: "ahora con mi nueva mujer puedo hablar de literatura hasta que amanece...". El resultado es este ensayo en el que analiza los diarios y la correspondencia del embajador argentino en Chile durante el efímero gobierno de la Unión Popular (cameo mediante de Henry Kisinger).

Hay también un libro donde Jorge Porcel describe el descubrimiento de su amor por Dios. Siempre estoy por comprarlo, pero al final desisto porque en el índice onomástico no aparecen indiciones de De Palma, Pacino, Penn, Viggo Mortensen, John Leguizamo, Luis Guzmán ni de ninguno de los integrantes de "Carlito`s way". De hecho no hay índice onomástico.

Otra gente necesita nuestro dinero

Preguntándome si gastar o no gastar 70 pesos en el volúmen de Taschen dedicado a la Filmografía Completa de Stanley Kubrick (las fotos del genio en pose de jerarca nazi me decían que sí; el hecho de que sea día 20 y que todavía no haya comprado el regalado de cumpleaños de mi madre me decía que no; descubrir que el libro contiene casi todas las pocas entrevistas dadas por Stan me decía que sí; la cantidad de libros acumulados que todavía esperan lectura más un par de novedades que me están trayendo de España este sábado -que costaron lo suyo- me decían que no; la sonrisa de Peter Sellers y el escote de Sue Lyndon me decían que sí; el hecho de que el libro no es un incunable y que seguirá estando cuando cobre un dinero la semana que viene me decían que no); encontré en la mesa un libro de fotos de Celeste Cid.

Sí, sí, la chica esta de las telenovelas que tuvo un hijo con un cantor que formaba un dúo con un hijo se Spinetta o algo así. Una suerte de adolescente andrógina que sale en revistas del domingo paseando por Palermo Soho, afirmando que no es una celebridad y demás sentencias que no pueden importar demasiado a nadie.

Hablando de sentencias, una de las fotos del libro es un papel que dice algo así como: "alquilar películas de David Lynch y verlas desnuda en la cama, comiendo chocolote". Ah. Mirá.

Post-scrittum: al final no compré el libro sobre Kubrick, al recordar que en una tienda cerca de casa hay un saldo de revistas Mojo y Q, probable remanente de la fiesta menemista. Otra gente necesita nuestro dinero.

Wednesday, October 19, 2005

Definiciones

Malas noticias: tu jefe te dice que hay que entrevistar al director de "Elsa y Fred".

Más malas noticias: la jefa de prensa a cargo de la película ofrece hacer la entrevista al día siguiente, o en una fecha posterior al cierre, ergo no hay tiempo para enviar un reemplazo que se encargue del trabajo sucio.

Peores noticias: darte cuenta de que arreglaste la entrevista para el mismo día y horario en que tenías la privada de la última de Cronenberg (tenías...).

Tragedia: creyendo que te hace más profesional, de pronto estás en el multicine amigo sacando una entrada para "Elsa y Fred", acto seguido aclarando a la chica (no demasiado atractiva) de caja, que se trata de trabajo. Y la chica no demasiado atractiva ríe, y utiliza un nos inclusivo para hablar de la (poca) fe en el cine nacional. Y será paranoia pero te da miedo (recordándote hasta cierto punto el coqueteo de tus amigos yimis con las playeras de las ESSO en que se detiene a cargar nafta para su 206 o su Escort).

Apocalipsis: ancianos, grupos pares a raíz de que un supermercado (en cuyos uniformes los empleados llevan en una manga un parche con la bandera nacional) por cada compra de 50 pesos regala un pase de "2X1" para ver "Elsa y Fred". Buscan sus butacas numeradas tomándose el tiempo que pensándolo bien no les sobra. Festejan cada chiste de entrevista de programa de entretenimientos del prime time, lloran cuando se descubre al espectador que cuando Elsa dice que va a tomar el té con amigas en realidad se va a someter a un tratamiento de diálisis, no les importa el abuso de primeros planos, ni la partitura mezcla de new age y música de consultorio médico, ni que hayan gastado su dinero en un film de teléfono blanco que llega 70 años tarde, ni se preguntan cómo es que un enfermo de diálisis se traslada sin problemas de Madrid a Roma, ni parecen percibir que la escena final en la Fontana di Trevi es un fotomontaje menos "Forrest Gump" y más homenaje a Gardel del multimedios América, con Roberto Maidana sobreimpreso en blanco y negro en materiales fílmicos de "el mudo". Hacen comentarios elogiosos cuando se escucha un estúpido tema de ese payaso sin talento llamado Serrat.

Consuelo: a la salida encontrás en Cúspide la edición nacional del último de Amis. Y gran noticia, luego de varios pasos en falso, Martin vuelve a la altura de "La información", con una trama que mezcla una merecida paliza en un pub londinense a un alter-ego de Johnny Deep, las perversiones sexuales de la familia real inglesa y las vicisitudes de un reportero de un diario pornográfico llamado Clint Smoker.
Pero eso es otra historia.

Monday, October 17, 2005

Aires y Benson y el Premio Nobel III

Con tanto interés por el último Nobel de Literatura, Aires y Benson armaron un estante temático.

La lista:

-"Freud", de John Huston, con Montgomery Clift y guión no acreditado del Nobel (rechazado) Jean Paul Sartre.
-"Seize the day", de Fielder Cook, bautizada localmente "Desesperado por dinero", con Robin Williams conteniendo sus morisquetas y un cameo de Saul Bellow (Nobel autor de la nouvelle en la que se basa la película).
-"The gathering storm", telefilm de la HBO con Albert Finney como Winston Churchill (Premio Nobel de Literatura 1953)
-Un doble programa de William Faulkner con "Tierra de faraones" de Howard Hawks, y l episodio de los Simpson en que Moe el cantinero recuerda que fue niño actor de un programa en el que Faulkner escribía gags que te hacían pensar.
-"Mad at the moon", un western del marplatense Martin Donovan con la chica de "Tomates verdes fritos", que se parece demasiado a una de las historias de Luigi Pirandello adaptadas por los Taviani en "Kaos".

También pusieron "El diario de Bridget Jones", por el cameo de Salman Rushdie en la presentación de "La moto de Kafka"; pero cuando se enteraron que el autor no era Nobel, la cambiaron a un estante sobre el Islam, donde tienen "Robin Hood, el príncipe de los ladrones" y "Mentiras verdaderas"

Acá y allá II

Tapa del Corriere della sera del domingo 16: en su columna habitual, Enzo Biagi pide disculpas públicas a Adriano Celentano, por declinar la invitación a su programa de entretenimientos, a raíz de sus diferencias de criterio con el director de Rai Uno, en lo que se refiere a la noción de servicio público.

Tapa de Espectáculos de La Nación del mismo día: Tota Santillán desembarca en el canal del estado con su programa de música tropical, y la sentencia "si es lo que le gusta a la gente, por qué se lo vamos a prohibir..."

Sunday, October 16, 2005

Un link perturbador

Hace muchos años confundía a Dolly Parton con Luisa Albinoni y a Luisa Albinoni con Dolly Parton. Supongo que a raíz de que se parecen (al menos en sus bucles platinados, y en que rara vez son enfocadas de cuerpo entero), y a raíz de que ambas se caracterizan por esas malas películas a las que uno sigue atado a través de un irracionalismo más nostálgico que sentimental.

Ahí está Dolly, complotándose con Jane Fonda y Lily Tomlin para secuestrar a Dabney Coleman en "Cómo matar al jefe", que en realidad se titula "9 to 5" (en referencia a una canción de Dolly). Y ahí está Luisa, como esposa cornuda de Alberto Olmedo en “Los reyes del sablazo”, con Emilio Disi conduciendo un Citroen 3CV y Doris del Valle un Renault 12. Y los años pasan, y el recuerdo de Dolly se extiende a una película con Burt Reynolds que en el original se llamaba “El mejor de los prostíbulos en Texas”, rebautizada “La mejor casita del placer”, y uniendo hilos con los años se descubre que su director era también el guionista de una gloria tan incomprendida como “Harold y Maud”. Y la universidad te hace jactancioso, y ves “Blue in the face” de Wang/Auster o “Coffe and cigarettes” de Jarmusch, y el deja-vú persiste: es la misma estructura en sketches de “La peluquería de Don Mateo”, donde Luisa Albinoni jugaba a ser una femme-fatalle naive que hablaba por un teléfono público muy surrealista, una caja naranja de las de ENTEL situada a un costado del sillón de peluquería, en el lado opuesto al de Alelí, la manicura que se comunicaba con chillidos.

Gracias a un cover más o menos reciente de los White Stripes, Dolly recuperó cierta celebridad. De hecho, que los White aparezcan en la película de Jarmusch es un link un tanto perturbador entre Luisa y Dolly. Como si una fuese la real, y la otra su reversión freak. Difícil definir cuál es cual. Lo cierto es que yo presencié la decadencia de Luisa. Estuve ahí. Lo juro. Por mediados de los noventa, por la época en que renuncia el ministro Caballo, reeligen al presidente Menem y el hijo de éste último muere en circunstancias no menos extrañas. Por entonces, entablé amistad con un sujeto que vivía enfrente a un chalet menos vistoso que decadente, del que Luisa salía para barrer la vereda o para sacar del garage su Mercedes Benz, souvenier de tiempos mejores. En la esquina trabajaba un verdulero que solía juntarse con nosotros. Contó que había prestado a Luisa aun dinero para montar una comedia con la que salió de gira por teatros de barrios bonaerenses. También contó que Luisa vivía con una mujer.

Un día vendió la casa y se mudó a una zona de countries, lo que no quiere decir que se haya mudado a un country. Más bien a una casa cuyo mayor mérito es sobresalir sin demasiado esfuerzo en un barrio habitado por la servidumbre de los countries. Volví a encontrar haciendo zapping, en un talk show. Defendiendo la unión civil entre personas de un mismo sexo, o algo por el estilo.

Thursday, October 13, 2005

Aires y Benson y el Premio Nobel II

Un psicoanalista retirado, con pipa, gorra y un ejemplar de La Nación bajo el brazo, que urgaba en los estantes de realismo poético francés, escuchó la conversación de Aires y Benson con la estudiante de teatro y mostró su indignación ante el hecho de que los muchachos olvidaran que Pinter escribió algunas películas para Joseph Losey.

Aires y Benson se encogieron de hombros y no dijeron demasiado. La realidad era que no les interesaban demasiado las colaboraciones de Pinter y Losey, porque eran posteriores a la estancia de Losey en Hollywood. Recordemos que para Aires y Benson el cine no-norteamericano es el cine de extranjeros que ruedan en Hollywood, pero no la inversa. Así como de Mathieu Kassovitz prefieren "Gothick" antes que "La haine" y de Vitenbergh eligen "Dear Wendy" por encima de "Festen", de Woody Allen prefieren "Anything else" a "Match point" y de Bian De Palma les gusta mucho más "Los intocables" que "Femme fatalle".

Aires y Benson y el Premio Nobel

Una estudiante de teatro admiradora de Rafael Spelgroum (o como se llame), que pasaba por el videoclub de Aires y Benson buscando películas de Doris Dorrie (para praticar su alemán -dado que en marzo inició sus estudios en el Goethe), preguntó a los muchachos su opinión sobre el Nobel de Literatura 2005 para Harold Pinter.

Todo lo que sabían Aires y Benson sobre Pinter, era que interpretaba al tío Benny en "El sastre de Panamá", aquel desastre financiero con Pierce Brossman en un "tour de force" que le devolvía al Bond más misógino y "savoir vivre", Jamie Lee Curtis pavoneando las tetas, Geoffrey Rush haciendo de nuevo de Geoffrey Rush, el chico de Harry Potter antes de ser Harry Potter y un revolucionario que entonaba como himno una canción de Victor Heredia.

¡Ah!, y que era el padre de Emma Thompson en un telefilm con Emma Thompson calva a raíz de la quimioterapia (que después de todo, era una comedia).

Algo habían escuchado de que era escritor, concluyeron Aires y Benson, pero la noticia del día era que Woody Harrelson será padre.

Tuesday, October 11, 2005

Billetera mata galán

Hace unos años, un amigo salió durante poco menos de un mes con una chica lo suficientemente fea como para ganarse el nom de guerre de "la Foca". Nada trascendente, comparado a que gracias al transcurso del Padre Tiempo, la Foca logró consolidarse como un insuperable referente: cuando alguien hace alusión a una mujer más que "poco agraciada", antiestética, la pregunta inevitable es "¿más fea que la Foca?".

No hace mucho, el amigo de un amigo presentó en sociedad a su novia, y alguien dijo, justamente, "es más fea que la Foca". Claro que a diferencia de la Foca, en cuya existencia la palabra glamour se reduce a que liberen por un fin de semana los canales pay per view; la novia del amigo de un amigo contó alguna vez con supuesto orgullo que una tía de su madre la había querido emparentar con el millonario texano pro-Bush que terminó casándose con Lara Bernasconi.

Entonces, una suerte de Vilma de Scooby-Doo develó el misterio: "es más fea que la Foca, sí, pero si no estuviese forrada probablemente no tendría novio, y estaría en Villa Pueyrredón repitiendo sentencias de la Foca del tipo "sólo me queda la literatura" o "en mi próxima vida, quiero reencarnar en un libro".

Monday, October 10, 2005

Aires y Benson eligen 10 canciones para sentirse verdaderamente miserable

1) Guilty (Randy Newman)
2) Valentine (Willy Nelson)
3) Hurt (Elvis Presley)
4) Famous blue raincoat (Leonard Cohen)
5) I think it`s gonna rain today (Nina Simone)
6) Did I blew it baby? (Delfonics)
7) Sitting down by the riverside (The kinks)
8) The only little boy in New York (Simone & Garfunkel)
9) I get along without a you very well (Frank Sinatra)
10)Deathly (Aimee Mann)

Being Marlowe

Ciertas situaciones no demasiado reales (pero lo suficientemente reales como para preferir que no estuvieran sucediendo), parecería que tienen su razón de ser en tanto que nos recuerdan películas no muy trascendentes, que teníamos bastante olvidadas.

Ayer, por dar un caso, pensaba en la versión de "El largo adiós" que filmó Robert Altman. La "gracia" de esta adaptación de Chandler, consistía en trasladar el ambiente noir de la entreguerra al flower power de los 60. De ahí que tal vez el recuerdo no fuera la película en sí, sino el del detective Phil Marlowe de pronto moviéndose entre hippies fumadores de orégano y ninfómanas con el pelo sucio.

El motivo del recuerdo: delivery de comida china entre universitarios jactanciosos que llegada la sobremesa deciden ir a por un trago, y por alguna razón terminan en un sitio habitado por una proporción de seis yimis por cada botas; camareras de metro y medio, cabellos teñidos, musculosas negras y sonrisas de compromiso; ni un puto lugar donde sentarse dada la asistencia en víspera de feriado; demasiado calor a propósito de una cortina muy gruesa que tapaba la puerta de entrada; una música cuya escucha es lo más parecido a esa escena de "La naranja mecánica" en que atan a Alex y lo obligan a ver documentos fílmicos del Tercer Reich; un Jim Bean que no sabía mal, pero que por cómo se derretía el hielo hacía pensar que estaba diluido; represión sexual en tiempos de neopuritanismo encarnada en el hecho de que previo a las 3am no se mezclaran niños con niñas; mujeres con la sofisticación de una botella de lavandina que parecían estar allí buscando un marido, pero que se conforman con unos pocos arrumacos seguidos de una promesa de llamado telefónico que todos sabemos que nunca tendrá lugar.

Por ahí también andaba un viejo amor. Y Marlowe dejó de ser Elliot Gould en "El largo adiós" y tomó el aspecto de Bogart en "Al borde del abismo". Aunque todos también sabemos que Bogart siempre hacía de Rick Blaine, carajeando: "de todos los bares del mundo tuvo que venir acá". El problema no era topársela, sino saber de antemano que Ilsa dejará Casablanca, y no precisamente con Rick, sino con el imbécil de Victor Laszlo.

Wednesday, October 05, 2005

Reencuentros

Un índice de que estamos envejeciendo son ciertos contextos levemente absurdos, en los que uno se reencuentra con personas a las que no veía desde hacía bastante.

-Una noche, haciendo zapping, aparece en un programa de Chiche Gelblum la foto de un compañero del secundario de una división vecina. El informe de Chiche era sobre viajes de egresados y promotores, y mi compañero acababa de ser asesinado a cuchilladas por un promotor de la competencia, con el que se disputaron la salida de nuestro colegio secundario. Y resultaba en algún punto perturbardor observar cómo un futbolista frustrado, que había repetido un par de años, de pronto era percibido como el héroe de una comedia fascista de Suar, que trabaja para mantener el hogar de un padre necesitado de diálisis y brindar a sus hermanos menores los estudios que él no prosiguió a raíz de sus limitaciones.

-Un mediodía, tras comprar mis Acuvue en la óptica amiga, entro por cigarrillos a un kiosko ubicado frente a un cine porno, y a quién encuentro sino a la chica más popular de la primaria, devenida en rubia falsa con aspecto de manicura. Le pregunté si no me reconocía, cosa que en principio no sucedió, refresqué su memoria, a manera de comentario ocasional le dije que debía hacer unos 12 años que no nos veíamos, ella acotó: "sí, entonces yo no era rubia".

-Alguna vez cruzar a Johnny, un sujeto con el que jugabas en el calle cuando no existía el GameBoy ni la TV por cable, preguntarle qué había sido de su vida considerando que hacía tiempo que no se lo veía por el barrio; a lo que él responde que estuvo un par de años en prisión, tras robar un Seven Eleven.

-Hace unos años, leer en la contrapa de espectáculos de Clarín que otro sujeto con el que parabas en la calle devino en VJ de MTV. Y que en el artículo cuente que su padre, que todavía conserva du taller mecánico a la vuelta de casa, a pocos metros del supermercado chino saqueado el 20 de diciembre de 2001, al repetir un año del secundario lo obligó a trabajar un verano cargando pollos congelados en Pollos Alberto (depósito en el que funciona una verduleria, tras la muerte de Alberto hará unos cuatro o cinco años).

Tuesday, October 04, 2005

Acá y allá

Un afiche creo que de Revlon, obviamente una campaña mundial, muestra los rostros de Julianne Moore y de Susan Sarandon, como perfecta excusa para exhibir sus pelirrojos (que en el caso de Julianne, nunca se vieron mejor que en su confesión a Mathew Modine, desnuda de la cintura para abajo, en "Ciudad de ángeles")

Un afiche creo que de Ricky Sarkany, obviamente una campaña nacional, muestra el orto de una modelo con menos sofisticación que el director de arte de "El programa del Diego", como excusa bastante poco eficaz para exhibir un par de zapatos (que en el caso de la modelo, nunca se vieron mejor que en esa frase de Wilde que dice que el crimen no es vulgar, pero que la vulgaridad es definitivamente un crimen).

Elizabethtown

El afiche de "Elizabethtown", la nueva comedia de Cameron Crowe con Kirsten Dunst y Orlando Bloom, es lo más parecido a la foto de una hamburguesa de McDonalds: se ve tan exquisita, a pesar de saber de antemano que se trata de algo ligero, pero al mismo tiempo se sabe que al probarla no habrá más opción que aceptar que se trata de basura, y sin embargo saborearla y esperar ansiosamente la próxima.

Pregunta

Si uno, que más o menos desperdicia bastantes horas en lecturas, no anda diciendo a todo el mundo lo buena que le parece la edición en un solo tomo de la Trilogía Hopkins de James Ellroy (o la novela al año que viene editando Philip Roth), ¿por qué los estudiantes de Letras se empecinan en predicar con la ingenuidad de un testigo de jehová o de un mormón, lo supuestamente brillantes que son exponentes de la mediocridad como Aira, Lamborghini o Cortázar?

Lo más divertido es que al intentar una defensa, los argumentos de esta gente devienen en una suerte de jerga-postestructuralista-incomprensible reescrita por Juan Carlos Mesa.

La peste

Hacer zapping mientras se espera en ESPN un compilado de los mejores momentos del último partido de los "Medias Rojas" de Boston, y toparse con una escena de "Sin código" en que Adrián Suar, vestido de Batman, se encuentra con Nancy Duplaá para ir de encubiertos a una fiesta de disfraces, y oh sorpresa, ella tiene puesto un traje de Gatúbela...

O sea, si hay una pareja Canario, es la de Celina Kyle (a.k.a. Gatúbela) y Bruno Díaz (a.k.a. Batman). Si alguien lo duda, pues a revisar la novela gráfica "El regreso del señor de la noche", con Bruno Díaz gagá y físicamente venido a menos, renunciando a ser Batman tras la mala publicidad generada por los medios "progres" y los psiquiatras foucaultianos que denuncian "estigmatización" en las reclusiones del Guasón y Dos Caras, y con Celina Kyle baqueta más parecida a Lita de Lázari que a Michelle Pfeifer o Julie Newmar, regenteando una compañía de escorts o "gatos" (mientras Superman se hace agente de la CIA y le da una mano al presidente Reagan en la intervención militar de una isla centroamericana).

Claro que esto no es Nueva York (ni siquiera Ciudad Gótica), y en fin, Batman puede ser un Yimi de metro y medio que suele vestir remeras sin mangas, y Gatúbela una Botas de Villa Urquiza que se maquilla con sombra celeste.

Raro que en "El sodero de mi vida" no hayan puesto a Dady Brieva y a Andrea del Boca como Bruno y Celina. Pero en fin... si alguna vez se dijo que Julián Weich sería Maxwell Smart... (DIOS SE APIADE DE NOSOTROS)

Sunday, October 02, 2005

"Paco Oliva"

"Paco Oliva" era el sobrenombre que pusimos al ligue de una amiga, un niñato de 20 años mezcla de Tom Yorke y Juan Palomino, con el que mi amiga asistió tres o cuatro veces a amebuebladas en las que Paco no sólo no puso un centavo a la hora de pagar, sino que daba la sensación de que resultaba más factible ver fotos de Nancy Reagan en la sección "republicanas calientes" de Playboy, a que Paco consiguiera una erección.

Ayer, en una fiesta, mi amiga se reencontró con Paco. Casi no hablaron. Pero nosotros sí hablamos de él, delante de sus narices. O sea, al ignorar que le decíamos "Paco oliva", se hicieron un par de chistes muy crueles sobre él, protagonizados por una tercera persona llamada, justamente, "Paco Oliva"

Hasta que Paco va al baño y el dueño de casa pide que dejáramos de decir chistes sobre Paco, porque en fin, cree recordar que alguna vez dijo a Paco que le decíamos Paco...

A su regreso, durante el resto de la noche Paco nos miraba con el deseo de un psicópata que te encuentra a solas y tiene entre sus manos un hacha. Ni siquiera dio tregua mientras galanteaba con una obesa cool de bucles.

Tendencia del simpsonmaníaco

Hacer chistes que nadie va a entender.

Por ejemplo, ayer, en una fiesta, una estudiante de diseño de indumentaria mezcla de Heidi y La Chilindrina, comenta que un sujeto ahí presente, delgado, alto, de jeans ajustados y camisa con los tres botonos superiores abiertos, "esperaba a su chico".

Yo dije naturalmente: "¡¡¡a su chica!!! ¡¡¡Él es "chico"!!! ¡¡¡NIÑAS LISA, NIÑAS!!!".

Quedó como un comentario homofóbico, pero se trata de una referencia a un episodio de la familia Simpson en que Lisa lee a Gore Vidal (escritor norteamericano abiertamente gay) y dice "mi único amigo es un ñoño como Gore Vidal, y hasta él besó más niños que yo". Y Marge, claro, dice ¡¡¡NIÑAS LISA, NIÑAS!!!".

Para que el gay no se ofendiera le pregunté su opinión sobre el veto en California del casamiento entre homosexuales, pero por alguna razón tampoco se tomó a bien la pregunta. Luego lo llamó su novio, dijo a un par de mujeres presentes que el próximo fin de semana las llevaría a bailar a América, y partió al encuentro con su amado en Santa Fé y Pueyrredón.

La canción es la misma

Conduciendo de regreso a casa, pasadas las 4 am, comenzó a sonar en la radio "Everybody hurts" de los REM. No se presenciaba un gran caos, más bien todo lo contrario: algunos taxis sin pasajeros bordeaban las veredas a 20 kilómetros por hora, una pareja se besaba en la parada del transporte público, los niñatos aceleraban para no perder el ritmo de la onda verde, un puesto de diarios amanecía, los lúmpenes dormían en una mezcla de plazoleta y boulevard, un Ford Falcon de los años 70 aparecía de la nada como si no estuviera ahí, Mauricio Macri sonreía desde una fiche, entre el anuncio de un nuevo show de Jose Luis "El Puma" Rodríguez y una propaganda de ropa interior en la que un modelo masculino exhibía pectorales mucho más voluminosos que los de una parteneire tan vistoza como bulímica.

Pero la canción seguía manteniendo su misma y triste y hasta cierto punto impostada pero tan efectiva melancolía.