Monday, September 19, 2005

El chocolatero alienado

Sobre Avenida Corrientes, frente al viejo cine Libertador devenido en estacionamiento, hay una casa de chocolates finos, con una marquesina que exhibe cajas con forma de corazón sobre telas color pastel.

Al lado hay un comercio de chocolates mucho más económicos, el típico en el que se detienen turistas del interior del país para llevar a la familia souvenirs de mala calidad. Éste local de chocolates económicos no exhibe cajas sino barras con inscripciones en chocolate del blanco, del tipo "en tu día mi amor", "por más años juntos", "te quiero cielo", sentencias que convierten a un almanaque de gomería en una pieza para el Museo Tissens

Éste local también exhibe a un hombre amasando la pasta de sus chocolates. Se lo ve alienado, con ojeras y sonrisa de compromiso, pero los jubilados se detienen con sus niños y lo observan, como si resultara jocoso.

Se llama Anselmo, nació en Santiago del Estero. Era predicador evangelista, hasta que por alguna razón quemó su iglesia, se dio a la fuga, y la policía lo atrapó en la frontera con el Chaco, bajo los cargos de abuso de menores con dolo eventual. Estuvo un tiempo en prisión peroal tiempo se instaló en Buenos Aires, gracias a un amigo.

El tal amigo trabaja a unos metros de la chocolatería, es mozo en el bar La Giralda. Le dicen Fidel, aunque también se lo conoce como Mangone Torturador. Dicen que en el Pozo de Floresta ningún prisionero con el cual tuvo tratos, se fue sin cantar alguna información. La mayor parte del día, Mangone Torturador lleva sandwichs rancios a una galería comercial ubicada a cien metros, sobre Corrientes.

Más precisamente al local 32, Discos Progresistas, propiedad de Sergio Kruger. Un sádico con sus clientes, que entre sus stock tiene mierda y a precios desquiciados. Cuando la disquería no está cerrada sin mayor explicación, Sergio está comiendo basura, mientras mira videos de bloopers carreras de camiones, y escucha a Stevie Nicks, Lionel Ritchie y Michael Jackson. Hace poco, tanta mierda le produjo escorbuto.

A dos locales hay una franquicia de D`Antuan que atiende Angel Disi, peliquero del ejército, devenido teniende primero en el conflicto de Malvinas, luego estilista. Hace poco cruzó a uno de sus soldados, Rudy Feolla, y recordó una noche en Puerto Stanley, en que un burdel les cedió putas a cambio de que Feolla y dos más jugaran a la ruleta rusa para divertir a los kelpers. Fue un paraíso, comparado a cuando llegaron los gurkas.

En los fondos de la galería está el videoclub de un gangster de poca monta, Joe Pesci Chileno. Lo atienden un dúo de cabezas huecas que dicen llamarse Aires y Benson.

1 Comments:

At 6:08 AM, Blogger Bande à part said...

Para cerrar el cuadro, faltarían las descripciones de los remiseros jodidos, Andy Fresán, la experiencia del chocolatero alienado en el servicio doméstico de Guid y de todos los amigos jodidos de Sergio: Babio, Ernesto, Juan Carlos y las reuniones que organiza en su quinta (una especie de Jonas de Alan Tanner pero en versión neoliberal, haciendo especial hincapié en las enseñanzas estadísticas de Juan Carlos).

Y bueno, también Norb joven en Mar del Plata, con su teclado de sonidos chillones, con su enterito, dando clases a estudiantes descerebrados de la cátedra Biondini (otro canario), etc

 

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