Monday, December 11, 2006

Desde algún lugar de la costa

Ya es casi un lugar común de los festivales de cine el volver por una nueva edición, y enterarse de cosas que sucedieron en la anterior (y que por algún motivo no trascendieron). Caso del colega al que ubicaron junto a un compañero de cuarto abiertamente sodomita, que le dio una mano para descubrir su verdadera identidad, y los ruidos fueron tan molestos que ahora no acreditaron a ninguno de los dos. O el de una colega que llegó a su hotel, le asignaron habitación, y al llegar a la misma encontró a una conocida locutora y ocasional cantante de tangos, alguna vez amante de un magnate del periodismo gráfico, cosa que ya sabía. Lo que desconocía hasta ese momento era que la señora le gritaría "yo no comparto con nadie", antes de cerrar la puerta. O el de otra colega, que supo venir por un medio que la despidió, cuando alguien la llamó al diario para anunciarle que un cierto empresario ya tenía el sobre que le debían de los ocho puntos sobre diez para "una creación de Gerardo Sofovich".

Probablemente, en este preciso instante, estén sucediendo cosas que recién conoceremos el año próximo. Pero lo cierto es que por acá anda la actriz Julieta Díaz, con un novio actor televisivo mucho menos popular, al que supera con un par de tacos. Y el modelo y ahora actor Iván de Pineda, camisa Polo fuera del pantalón, pullover de tweed y gorra de La Dolfina, jurando que de aquí en adelante se dedicará al cine. Más interesante resultó Carmen Maura. Contra lo que dejaba sospechar su más reciente película, se la ve bastante bien considerando sus 62 años. Ella misma lo mencionó riéndose de sí misma. Contó que Agresti es un tipo jodido, aunque volvería a trabajar con él, y que Amos Gitai es un "niño caprichoso", con el que nunca volvería a rodar nada (de paso mencionó que en esa película, que ningún colega parece recordar, Natalie Portman lloró y mucho -en la vida real). También está Awada, luego de que su mujer lo dejara por un amigo recién separado, con el que la pareja salía para consolar. Y la historia es aún más perturbadora, si consideramos que ese "amigo" dirigía a Awada en una obra hasta hace poco en cartel, y que se llama Oscar Martínez pero no es el Oscar Martínez presidente de la AFA (no la Asociación de Fútbol de Argentina sino la Asociación de Física de Argentina).

Y el mundo es tan pequeño que ahora mismo, en la máquina de mi izquierda, hay un blogger. Probablemente actualizando su sitio. Desconoce mi identidad, claro, e ignora que yo conozco la suya. Más feliz es el detalle de que en este lugar sí se puede entrar a un bar y encender un cigarrillo, y poder gozar de cada bocanada, cual transgresión punk adolescente, sí; pero en fin, es un lugar en donde nadie camina, y las adolescentes apetitosas andan junto a sus madres luciendo las mismas ropas.

2 Comments:

At 12:57 PM, Anonymous Anonymous said...

Calixto, quizás?
saludos

 
At 6:38 AM, Anonymous Anonymous said...

Oscar Martínez no es presidente de la AFA!

 

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