Thursday, June 30, 2005

"La fortaleza de la soledad", de Jonathan Lethem

Mientas los suplementos culturales argentinos enuncian debates en torno a literatura comercial versus literatura académica; muy de vez en cuando las cadenas de librerías esconden en sus estantes la traducción de obras que no pierden el tiempo en bipolaridades ciertamente reduccionistas.

Tal el caso de “La fortaleza de la soledad”, novela de Jonathan Lethem disponible sólo en Cúspide, a un precio de rescate de hija de millonario. En un país que se jacta de su miserabilismo y su mediocridad, hay sitio para libros de Aira editados por cartoneros, pero no para los intentos más recientes por concebir “the great American novel”, construyendo un universo a través de la vivisección de un período histórico.

Viene al caso emparentar la obra de Lethem con dos novelas más o menos recientes de Rick Moody y Michael Chabon, en tanto que cada una aborda diversos tramos de la historia americana a partir de la experiencia cotidiana de lectores de historietas.

En el caso de “The amazing adventures of Kavelier and Klay”, de Michael Chabon, el período es la llamada Edad de Oro de las historietas, y el héroe de nuestro tiempo el aventurero y satírico Will Eisner. En cuanto a Rick Moody y “The ice storm”, considerando que la novela se ambienta en 1973, Stan Lee, Jack Kirby y la Marvel sirven como perfecto correlato de tiempos de la contracultura en los que también cabe Vietnam, Richard Nixon y los discos solistas de The Beatles.

Respecto a “La fortaleza de la soledad”, aunque a diferencia de sus predecesoras abarca un período más extenso (que va de los tempranos 70 al nuevo milenio), los nombres, análogos a los de Moody, son la madalena proustiana que conducen a un tiempo y lugar (Brooklyn a años luz de Giuliani), una amistad y la primer conversación de una madre con un amante por el que abandonará a su familia.

Entre tanto, los años transcurren y el tiempo pasado se hace presente con el recuerdo no sólo de las historietas, sino también de “La guerra de las galaxias”, los discos del sello Motown, hits de los Jackson Five y Devo y los primeros artistas del graffiti.

Al terminar las 523 páginas del libro (a un costo de 0,18 centavos la página), dan ganas de más... Claro que para entonces el lector despierta, se da cuenta de que no vive en Brooklyn, sino en Buenos Aires, donde es imposible encontrar libros de Lethem, pero sí mucha mierda auspiciada por Beatriz Sarlo y Puán y Pedro Goyena, o por el Grupo Editorial Planeta. Ninguna, claro, con la capacidad de incentivar la lectura en tiempos sin tiempo, como “La fortaleza de la soledad”.

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