Thursday, June 30, 2005

La guerra de los mundos

Con el estreno de "La guerra de los mundos" (Steven Spielberg, 2005), probablemente no faltarán las mentes brillantes que encuentren metáforas "encubiertas" del 9-11 y las consecuentes intervenciones de la administración Bush.

Estupidez de la que el director se ríe de antemano, cuando en plena invasión una niña pregunta a su padre: "¿son los terroristas?".

Desde este punto de vista, la película trasciende linealidades del tipo "nosotros/ellos", abordando un proceso de deshumanización en pleno estado de podredumbre. De ahí que pueda sostenerse que "La guerra de los mundos" completa para Spielberg una trilogía en la que funciona como inmejorable reescritura de ejercicios de estilo megalómanos como "Inteligencia artificial" y "Minority report".

De hecho, si la primera fallaba porque Spielberg quería ser Kubrick, y la segunda porque Spielberg quería ser Philip Kindred Dick; en “La guerra de los mundos”, sin renunciar a ser Spielberg, hay algo de Kubrick en el sentido de que lo cerebral y la emoción se funden en un plano que no es irreconciliable, y hay algo de Dick, en la postulación de un working-class hero, la paranoia como enemigo interno y el desenlace irremediablemente apocalíptico (aunque en el caso de Spielberg aparezca disfrazo de concesión –lo cual torna el asunto mucho más angustioso).

También hay algo del espíritu de los movie brat de los 70, y del cine de Spielberg de la época (“Reto a la muerte”, “Loca evasión”) en el correlato de la historia como road movie, o viaje a ninguna parte.

En concreto, mientras los habitués del BAFICI, Malba y Lugones prosiguen en su jactancia por el cine tiraaaaaní, y su ignorancia de la historia del gran espectáculo; los yimis y botas que acudan a la última de Spielberg se limitarán a consumirla como mero fast food, obviando detalles magistrales como el vuelco de espacios abiertos, sobre los que actúan las fuerzas de la naturaleza, a un sótano hitchckoniano en el que tres personajes desnudan los entresijos de la condición humana (convirtiendo en film de chambre una superproducción de 128 millones de dólares).

8 Comments:

At 12:09 PM, Anonymous Anonymous said...

Creo que habría que construir una cateogoría intermedia, de Yimis snobs que intentan estar actualizados y concurren de forma masoquista al Malba (para después, culposos, volver a disfrutar del encuentro con la manguera del auto)

 
At 12:48 PM, Blogger Mundo del Cinismo said...

O sea... ¿una especie de cool proletario? (¿tipo Yaggy de Demonios de Tazmania?)

 
At 2:32 PM, Anonymous Anonymous said...

Che, no cuenten el final...

 
At 2:43 PM, Anonymous Anonymous said...

Ni la Cientología podrá salvarnos...

 
At 3:01 PM, Blogger Mundo del Cinismo said...

jajjaajajjjajaja (por lo de la cientología)

 
At 6:38 PM, Anonymous Anonymous said...

Lo peor es que se pierde todo lo que HG Wells queria mostrarnos sea por a)perioristas complotistas, b)malba maniacs, c)un pesimo director.

 
At 4:06 PM, Blogger Mundo del Cinismo said...

SPIELBERG UN PÉSIMO DIRECTOR?????

Si es lo que cree recomiendo que vea o revea 1) 1941 2) Reto a la muerte 3) Loca evasión 4) Tiburón y 5) Rescatando al soldado Ryan; en cualquier fotograma de cualquiera de estas películas hay más cine que en toda una edición del BAFICI.

 
At 7:36 AM, Anonymous Anonymous said...

Tal cual. Por favor, no hagan la fácil de condenar a Spielberg por haber inaugurado la fase actual de películas pochocleras y cines multisala junto a su amigo Lucas. Más allá de eso es un grosso.

 

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