Wednesday, October 26, 2005

alternate/deleted scenes

Julian G. tuvo con Maia Bendersky algo asi como una aventura. Si se puede llamar de esta formaa a un par de cogidas que aparentemente ella no termina de disfrutar, mientras él comienza a percibir sentimientos hasta entonces desconocidos.

Lo cierto es que una tarde, Julian llama a Maia y dice que quiere verla. Maia no sólo responde que duda de que sea una buena idea, sino que incluso desliza una rutina de la que no se entiende demasiado, salvo frases sueltas del tipo "no sos vos, soy yo" o "sos un chico maravilloso, yo estoy muy loca".

Él dice que va para allá. Maia Bendersky improvisa, inventa que está saliendo, que no va a estar en casa, pero mentir no es su talento. Tampoco la logística, es decir, sabiendo que él estaba en viaje, podría haber ido a tomar un café, o a visitar a alguien, o hacerle decir a la mucama que no estaba ahí; pero no. Julian G. llega de los Bendersky, Maia en persona lo hace entrar a la cocina, ya no le preocupa demasiado la delicadeza al hacerle saber que no hay un "vos y yo", sino que de hecho nunca lo hubo, y si no termina de comprender el asunto, lo está corriendo.

Acto seguido, Julian G. empieza a dar patadas a un tacho de basura, al mejor estilo Joe Pesci en "Goodfellows". Debió intervenir el doctor Bendersky a la hora de invitarlo a retirarse, amenazas de llamar a la policía mediante (raro, dado que como psicoanalista ha escrito algunos textos sobre el control social, la estimagtización, el panóptico y el aparato represor -pero... si la amenaza se encuentra dentro de tu casa de la Florida vecina al río, tan perfecta y luminosa que parece salida del remanente del set donde filmaban Alf...).

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