The MDQ affaire
Desde la ventana de mi habitación se ve la piscina del hotel. O mejor dicho, dos o tres culos que, si acaso gozaron de mejores tiempos, legítima es la nostalgia dado el lamentable estado de las cosas actual. Para peor, al abrir la ventana para encender un cigarrillo, de pronto las "super-mamás" teñidas de rubio se tapan desesperadas, como si uno fuera un voyeurista gozando con tan lamentable espectáculo. Deberían considerar en todo caso que, si ya no excitan a sus maridos, difícil que logren el cometido con otro hombre.
En viaje, en el asiento trasero estaba sentado Patricio Contreras. Y haciendo fama a los comediantes, tiene un humor del orto. O al menos se acercaban a saludarlo y él gruñía y se quejaba y recomendaba a alguien un artículo sobre la destitución de Ibarra. Y hablando de muertos políticos, también por el Hermitage anda el legislador e interprete Héctor Bidonde; tenía ganas de acercarme a decirle que hasta el martes Ibarra era como Bruce Willis en "Sexto sentido" (estaba muerto ya hace rato, pero nadie se lo dijo), pero, dado que la izquiera tampoco se caracteriza por el humor...
Durante el check in, el crítico de un diario "progre" y de una revista que cuenta con un redactor que es un generoso lector del Mundo del Cinismo (al punto que teme convertirse en uno de sus personajes), fumaba un cigarrillo, pero como si se alejaba a tirarlo perdía su lugar para registarse, miró a los costados y dejó caer la colilla a muy pocos centímetros de una alfombra del cinco estrellas.
Ah... Mar del Plata... lo más parecido a estar enamorado de una mujer alcohólica. Tan vulgar y al mismo tiempo tan rebosante de encante. En lo que va del día, tomé el té en la Boston, compré un helado en Gianelli, y si no estuviera sólo y en un hotel iría directo a por un poster Balcarce. La organización del festival, como siempre, en fin... todavía no llegaron las entradas para prensa, así que hasta mañana o pasado, quien quiera ver algo, debe no sólo pagar de su bolsillo, sino soportar inmensas filas de jubilados. Motivo de indignación, claro, para los cada vez más obesos cronistas. Sobre todo considerando que este año el festival recortó considerablemente el número de acreditaciones e invitados (sólo el transporte de Juliete Binochet, significa un 10% del presupuesto total).
Y a quién le importa. De momento, acabo de huir de la ceremonia de apertura en pos de la ópera prima de Emanuelle Carrere, "El bigote". Y ahora sigue la última de Haneke. Tal vez rompa con mi promesa de volver antes de tiempo para cubrir la instalación audiovisual del Sonar.
2 Comments:
"Ah... Mar del Plata... lo más parecido a estar enamorado de una mujer alcohólica."
sos groso muchacho... sabelo.
gracias doc!!! si algún día necesito un psiquiatra, ya sabe a quién acudiré!!
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