Cada vez que se prende el tocadisco me parece escuchar esta canción
Se sabe que la historia se produce como tragedia y luego se repite como comedia, y que por ende la comedia = tragedia + tiempo transcurrido. Pero los cinco o seis discos de larga duración editados en alrededor de una década por el grupo Los Twist, y particularmente la figura de su autor y mentor, Pipo Cipolatti, sirven de perfecta refutación a la trama. Y si no cómo eludir el triste y anunciado estado de las cosas, en torno al hombre que fue y será un genio, sumido en el olvido tras devenir protagonista de escándalo mediático con suicidio de ex esposa en otros tiempos groupie, embarazada adrede y portadora de un apellido tradicional que en realidad no le pertenecía, en casa de su peluquera o maquilladora. Alguien ya lo dijo: si se dobla es gracioso, si se rompe, no lo es.
Lo que importa es que si la segunda mitad del siglo pasado nos dejó una enseñanza, es que a la hora de transgredir, o al menos de desviar un orden preexistente, nada más efectivo que el pudor. Ahí estaban Ray Davies y los Kinks, mientras los Beatles cantaban a las drogas, al amor libre y al flower power, cantándole a la reina, al Imperio Británico, a la primera novia, a la campiña, a la hora del té y a la camaradería. Y adivinen cuál de los dos terminó musicalizando publicidades de zapatillas...
Algo parecido sucede con Los Twist: mientras hombres notables compran la mentira socialdemócrata luego de hacer gala de un nacionalismo analfabeto, y cantan a todo aquello que por alguna razón prefirieron callar a partir de la víspera del 76, Cipolatti y sus hombres cantan a las películas serie B de Sábados de Superacción, al mito del macho porteño, a Juan Busetich y su sueño de una policía científica. Y adivinen quién de los dos toca actualmente en actos del día de la independencia que dejan como un juego de niños aquellas pesadillas reaganenas del 4 de julio con la resaca de los Beach Boys difundiendo himnos patrióticos.
En este sentido, Cipolatti tal vez sea nuestro Brian Wilson: un hijo que jamás debería haberse convertido en padre, y que promete y promete y promete una gran obra que supuestamente acabará con todas las grandes obras (Wilson con el finalmente editado, y en algún punto decepcionante, Smiley, Cipolatti con el hasta ahora inédito y supuestamente inconcluso Cerebrus –acaso la enciclopedia en la que trabaja Joe Gould, y que el reportero descubre que no existe ni existió más que como mito para hacer de cuenta que ocupa sus horas en algo lo suficientemente megalómano como para vivir de la amabilidad de los extraños).
Cipollati al mismo tiempo se dobla y se rompe. En los días más oscuros de su vida personal puede dar una entrevista y decir “Babasónicos lo pongo y me cae mal, excepto un tema que lo puse para garchar y me encantó”. Es la comedia como tragedia + tiempo transcurrido pero al mismo tiempo la tragedia como comedia + tiempo transcurrido. Fue un movilero de casos apócrifos en tiempos en que no existían los movileros (al menos tal como los conocemos hoy), autor de (parece muy buenos) cuentos policiales, actor de reparto a la ordenes de Sofovich, Hugo en aquel programa humorístico de sketches y señoritas ligeras de ropa titulado Rompeportones, panelista de Sofovich, Gerardo en un nuevo ciclo de Polémica en el bar, más que digno actor “serio” en la nada digna ópera prima del director de Elsa&Fred, autor y interprete de un puñado de canciones que tienen la imperfección de la belleza, conductor de un programa infantil en el que gritaba y daba puntapiés a los niños, relator de catch, séquito del cantante de cumbia (aparentemente asesinado) Rodrigo Bueno, y por sobre todas las cosas, el hombre que lo tuvo todo y no temió perderlo con el tan incomprendido como incomprensible Boro Boro, aquel programa con Cipolatti haciendo de sí mismo y mudándose a una casa ubicada en el 999 de una calle que, al darse vuelta el cartel, se convierte en el 666, y el resto sale solo... aunque en esta ocasión también había viajes en el tiempo a la Revolución de Mayo y la época del Ku Klux Klan, la hoy tan seria Carolina “Cybersix” Peleritti jugándolas de vampiresa en tiempos de su desnudo en Playboy, científicos locos y hasta una de las últimas apariciones en vida de Nathán Pinzón. Deberían editarlo en dvd.
Quién sabe. El tristísimo trailer de Bañeros 3, aparte de una especie de sensei à la Kill Bill otorgando superpoderes cual Morgan Freeman en Todopoderoso, unos nijas más falsos que un billete de tres dólares y un humor lo suficientemente rudimentario como para que Guillermo Francella parezca Groucho Marx, incluye la explosión de una camioneta... de la que resucita Paolo, el rockero (!). Si algún día llega una oportunidad de resurrección para Cipolatti, ojalá suceda en un contexto más feliz. Lo merece.
11 Comments:
si, antologálo a pipo y el mismo se prestará a presentar sus show cuts, con un poxi o 1 criadores lo arreglamo
Y... sí
No se olviden de Rolo Rossini
MP
Exijo información, quiero saber quien sos!!!
Supongo q serás hombre, porque me das acidez, y solo los hombres me producen eso.
Para la acidez, recomiendo Cepita multifrutal (aunque depende del organismo, amigos a los que di la data, hicieron saber de antemano que per se esta marca de jugos dependiente de Coca Cola Argentina, les produce acidez).
Y en fin. No sé qué tipo de información querés. Puedo responder sí, que en el DNI figuro como hombre (¿es el que está tachado, no?)
a MDC sos un capooo mal jajajaj
es el que esta tachado???, creo q tambien soy un hombre!!!
Yo para la acidez tomo taural, aunque la cepita no es mala idea.
mmmm quero tocadiscoooo!!!
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Peter Ostra
si no se olvidan de mi...veanme en www.youtube.com y busquen :
trece,la sensacion de gol
mi nuevo nombre artistico es:roloross
gracias por no olvidarme,los quiero.
ROLO
Gracias por esta reivindicación de uno de los máximos genios que tenemos.
En mi caso, disfruto tanto de Los Twist y su magnífica obra, que no dudé en increparlo a Pipo por su egoísmo al no editar nada en la última década (Explosivo '96), cuando me lo encontré hace poco tiempo en una casa de reparación de celulares:
http://blogudo.blogspot.com/2006/08/charlas-negras.html
Saludos y felicitaciones por el blog, al que caí por recomendación del Sr. Marco Pollock: es excelente (el blog, no M.P.).
P.D.: "Elsa y Fred" no es la ópera prima de Marcos Carnevale, sino su tercera película ("Noche de Ronda", "Almejas y Mejillones" y "Elsa y Fred"). Sí, sí... ya sé: ¿A quién le importa?
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