alternate/deleted scenes II
El último cumpleaños de Maia Bendersky al que fui invitado, era en la casa que actualmente ocupa el doctor Bendersky, junto a su novia treinta años menor y el hijo que tuvieron (la memoria definitivamente juega sucia, ¿no se habían separado? -nada tarscendente, considerando que el doctor Bendersky tiene cuatro hijos de tres madres distintas). El punto es que, acostumbrado a educar mongolides, el inminente marido de Maia pidió que los invitados se dividieran en tres grupos, para organizar juegos del tipo "dígalo con mímica".
Pidió que los equipos se pusieran nombre. Yo respondí, "¡¡¡el consultorio del doctor Bendersky!!!"*. Silencio sepulcral seguido de reacción en cadena, un sujeto de otro grupo acota "¡los pacientes del doctor Bendersky!", y Aires, que estaba en el tercer grupo, dice "¡las puertitas del doctor Bendersky!".
Maia no se sintió muy cómoda al respecto.
*Durante su segundo matrimonio, el doctor Bendersky tenía un consultorio en zona norte que facilitaba a su hija para evitar el molesto gasto en amueblada, pero también para llevar a sus propias amantes (siendo un hombre casado). Después de la separación, una amiga de Maia con la que salí me contó que había ido a estudiar al consultorio, y que reparó en el hecho de que todos los objetos del lugar eran dos: dos tazas, dos platos, dos vasos; dijo sin querer "¡pero esto es un piso de soltero!". Y Maia asintió resignada.
1 Comments:
Que vuelvan las puertitas del doctor Bendersky...!
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