La dama dijo no
Recordaba una historia familiar. Una tía de mi madre se iba a morir en cosa de un mes, y al contárselo por teléfono a su hermano, no fue éste quien le ofreció consuelo, como sería lógico; sino que él se largó a llorar y ella (calva y con los dientes podridos) le dijo "ya, ya, no es nada...".
Pensaba en cierto tipo de amor no correspondido. Es claro que la dama dijo no, pero el rechazo le pesa más a ella que al perdedor. A quien al menos le queda el consuelo de saberse infeliz, pero con dinero para CDs que en caso de haber estado en pareja hubiese gastado en cenas y flores.
Y queda, todavía, un proceso más doloroso. No tanto que él tenga que olvidarla, que aceptar las circunstancias; sino el preciso instante en que ella descubre que el tiempo ha pasado y que dejó de ser el objeto de amor no correspondido.
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