Sunday, March 12, 2006

Everybody is a star

Todo empezó en un cocktail. Un amigo señaló a alguien que al inclinarse se le levantaba la musculosa y bajaba el jean, dejando a la vista no sólo su culo sino el tanga azul clavado en su falla de San Andrés. Pensamos que era una travesti, pero no. María Fernanda Callejón. Nada trascendente, considerando que el viernes, mientras pasaba a retirar unos sobres por recepción, escucho a alguien que dice "Sandra Smith" (y sí, era ella, registrándose).

Había barra libre, con buenas bebidas. Casi todo, salvo speed. Whiskie del bueno. Claro que al ir por el segundo, el cocktail hasta entonces sólo para invitados pasa a ser una fiesta a la que puede ingresar cualquier acreditado, entonces la barra dejó de ser libre (y se limitó a la cerveza, seis pesos el litro) y la selección de hits de los ochenta devino en canciones del tipo "Mayonesa".

Decidimos dar un vistazo por otra fiesta. Alguien del grupo se reencontró con la novia de la que supuestamente se está separando, y desapareció. La única chica, productora ejecutiva, se puso a hablar con alguien. Uno de los tres que quedamos creyó hacernos un gran favor "consiguiendo" mujeres, que más que mujeres eran un ratón escuálido y una gorda con tacos altos maquillada a lo "20 bucks hooker". Decidimos ir caminando. O sea, a los diez minutos se había pasado el efecto del alcohol, y el ratón y maquillaje barato pidieron disculpas y tomaron un taxi al punto de partida, argumentando que esta última no sobrellevaba los tacos (le ofrecimos detener un taxi para llegar a la fiesta, pero cuando una mujer quiere hacerse la ofendida, en fin...).

Llegamos. Comparativamente, la fiesta que había dejado parecía año nuevo en Nueva York. Pedimos un daikiri de frutilla, un fenert y un Blenders, brindamos, bebimos y regresamos al Hermitage. Sólo que por una estúpida razón, nadie podía ingresar a la fiesta, salvo huéspedes del hotel. Con mis dos whiskies en el estómago, dije "au revoir". Y me perdí lo peor. Detrás de mis amigos, había otro grupo de gente que quería ingresar. Y detrás de ese grupo, alguien hablando por celular. Que lavanta el rostro y es... Ricardo Darín. Que pide amablemente al botones que deje entrar a los presentes, y el botones insiste con que no puede, y Richard con todo su carisma le pregunta quién es el gerente, y hablan, y se presenta, y a los diez minutos había veinte personas más en la fiesta. En la que Eduardo Noriega no dejaba de desnudar con la vista a Carolina Pelleritti, que o es lesbiana o es histérica. Un amigo fotógrafo le dijo: "el año pasado cada vez que te pedía un retrato eras mía, pero ahora que está Noriega, cómo son las mujeres...".

También estaban Echarri y Nancy Duplaa. Yimi y Botas. Pero, horror, tan agradables ambos. Hasta redimen a las parejas con sonrisas de tiempos difíciles.

Nota: como agradecimiento a Richard, entre los que pudieron entrar gracias a él le compraron una cerveza. Y la compartió.

5 Comments:

At 2:43 PM, Anonymous Anonymous said...

Noo!!! El paraíso de los cholulos! Callejón, Echarri, Dupláa, Peleretti, Noriega, Darín... ¿No les pediste un autógrafo para tus amigos del extranjero?

 
At 6:44 AM, Anonymous Anonymous said...

Nota: el fisico cuantico que dejo el comentario anterior no es el experto en ecuaciones, sino en cuasiecuaciones.

 
At 1:50 PM, Anonymous Anonymous said...

Lástima que desapareció el post sobre la consulta popular. El ibarrismo había llegado a Mundo del Cinismo.

 
At 8:47 PM, Anonymous Anonymous said...

la verdad una gran cagada. tuito el blog!
Tonel de mierda mediante.
se agradece que solo escribas en la gran telaraña mundial y no en un medio nacional, que ya nos. los ignaros lectores estamos hartos de cholulismo y pedanterias.
otra cosa.. si tenes el tel de la pereletti, pasamelo, que yo por mas que sea una puta histerica le hago un tirito!

 
At 8:48 PM, Anonymous Anonymous said...

pd: fe de erratas..

 

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