Las crónicas de Aires y Benson (ep.637)

Una estudiante de diseño de indumentaria a la que su novio diseñador gráfico pidió "tomarse un tiempo", pasó por el videoclub de Aires y Benson y, ante su depresión amorosa, les pidió "algo tipo Los amantes del círculo polar o Cuento de verano". Aunque ninguna de ambas califican en el canon de los muchachos, y ante el pedido explícito de que no se tratara de clásicos, dado que la aburren, Aires y Benson le recomendaron:

-The Wendell Baker Story (2005): ópera prima de Andrew y Luke Wilson con Owen como enfermero de asilo de ancianos texanos que entona el estribillo de Waterfalls (aquel hit de los noventa que cantaba una banda de hip hop conformada por chicas, llamada TLC), y el mismo Luke como falsificador de licencias de conducir para inmigrantes ilegales, de novio con Eva Mendes (a.k.a. "soy una Jennifer Lopez barata"), hasta que es atrapado por la policía, va a la carcel, pìerde a su chica, y una vez en libertad condicional intenta recuperarla. Pero, claro, ella ya está en pareja con Will Ferrell como dueño de un minimercado. Y entonces pide ayuda a unos ancianos del asilo en donde empieza a trabajar, a saber: Seymour Cassell, Harry Dean Stanton y Kriss Kristoferson. Mucha música country.

-Lonesome Jim (2005): tercer largometraje de Steve Buscemi, con un hermano de Ben Affleck como aspirante a escritor que no escribe nada, "infeliz e inseguro", que regresa a casa de sus padres. En donde vive un hermano divorciado y entrenador del equipo de basquet en que juegan sus hijas, al que dice "yo soy un fracasado, pero si estuviera en tu lugar ya me hubiera suicidado hace rato". Y acto seguido el hermano estrella su camioneta contra un árbol y sufre un coma. Endemientras, el tal Jim conoce a una enfermera-madre soltera que no es muy lista pero siendo Liv Tyler se enamora, y como suele suceder es muy lindo pero empelotudece, y hay una subtrama con un empleado de la empresa de los padres utilizando cuenta de FedEx para enviar por correo marihuana. Algo así como Garden State reescrita por un Bukowsky que despertó particularmente jovial.