Friday, December 16, 2005

Dos horas y cuarto más tarde...

Qué mala que es la de Costa Gavras. El marido cornudo de "El restaurant" hace de un ingeniero desempleado que pone un aviso en el diario para un trabajo apócrifo, y hace una selección de los currículums que le envían. Entonces, sigue la lógica de asesinar a los postulantes que están a su altura y luego matar al gerente de una corporación, porque piensa que así va a convertirse en el más idóneo para subplantarlo.

Tendría que haberme quedado hablando con la reportera o invitada chilena...

De todas formas conseguí su msn. O sea, al llegar a la sala de prensa me senté en la computadora donde había estado, abrí el programa y voìla, figura su casilla para agregarla. Cosa que por otro lado nunca haré. Ahora debe estar en una de esas fiestas que hacen en un lugar llamado Deep Blue o Blue Oister o algo de Blue; pero desde hace un tiempo las fiestas me deprimen. De hecho esta ciudad en sí es deprimente. En la esquina de mi hotel hay un boulevard con un árbol de navidad gigantesco. Caminar por sus calles de tierra, en medio de su infierno burgués, ¿qué no se dieron cuenta que no van a ser más felices construyendo casas que parecen remanente del set de Alf? No si tienen de vecinos a los Okmonin. Iría a Tante por una taza de café y un pedazo de torta. Sus camareras adolescentes con aspecto de futuras universitarias ganando un extra con un summer job recuerdan a las hermanas Lisbon de "Las vírgenes suicidas". Lástima que se esté un poco demasiado grande para ser uno de los niños que las observan y que todavía creen en algo.

1 Comments:

At 6:12 AM, Anonymous Anonymous said...

Hagas lo que hagas no te tires del balcón (en este caso podría ser el árbol navideño)para representar el amor por alguna de esas camareras...

 

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