Wednesday, June 08, 2005

Pinocho de Aires y Benson

Para la vacaciones de invierno, una multinacional dedicada al entretenimiento anunció el estreno de una nueva adaptación musical de “Pinocho”, protagonizada por un preadolescente que había cobrado notoriedad gracias a una telecomedia.

Joe Kruger, un ex montonero que tenía sus inversiones en servicios de seguridad privada, aprovechó el anuncio para incursionar en el negocio del entretenimiento, estrenando una versión “Pinocho” menos ostentosa, dirigida al público que no tenía suficiente dinero para asistir a la puesta de la multinacional.

Entonces, compró los derechos de una adaptación que había escrito un psicopedagogo para una compañía de teatro del interior del país. La idea era estrenarla en los sótanos de la galería comercial en la que funcionaba la disquería de su hermano, Sergio Kruger.

Pero había un problema... a diferencia del espectáculo que anunciaba la multinacional, el “Pinocho” de la galería no tenía canciones. O mejor dicho, sus canciones eran demasiado didácticas, podría decirse anacrónicas.

De ahí que Joe Kruger contratase a dos músicos empleados de un videoclub que también funcionaba en la galería. Así fue como Aires y Benson se lanzaron a la reescritura y puesta en escena de “Pinocho”.

La noche del estreno, nadie supo muy bien qué pensar. “Pinocho de Aires y Benson” era un seguidilla de citas y referencias que duraba tres horas y cuarenta minutos.

En la versión de Aires y Benson, Pinocho era un estafador callejero que servía a un ex combatiente de Vietnam (cuya pesadillas a raíz de la guerra, se incluían en el escenario). Como su sueño era fugarse a Tijuana, la mayoría de las canciones eran country. La trama giraba en torno a engaños, a los que seguían otros aún más retorcidos, y así hasta volver ininteligible. Las subtramas: detalles casi antropológicos en torno de los mundos del bowling, el surf y los vendedores de autos usados.

El psicopedagogo que había adaptado originalmente la obra, aprovechó sus clases en la UCES para hacer pública la perpetración de su original.

Ningún espectador quedó del todo conforme con el espectáculo, pero durante el receso invernal la recaudación funcionó de acuerdo a lo que se esperaba.

Algunos de los niños que estuvieron ahí crecieron; cuando hoy acuden a la zoplicona para poder dormir, recuerdan que todo empezó al ver “Pinocho de Aires y Benson”.

6 Comments:

At 3:24 PM, Anonymous Anonymous said...

Hay que recordar que el Aires ficticio es una mezcla de Wes Anderson y algún integrante de They Might Be Giants; mientras que Benson es una cruza de Joel Cohen y But-Head. Aires escucha soul aniñado, surf y canción francesa anticuada. Benson, por el contrario, es fanático del country, la música de rockola y los soundtracks

 
At 3:41 PM, Anonymous Anonymous said...

Se podría escribir también una comedia sin gracia de sesentones ex marxistas, que sacan a la luz sus recelos juveniles. Sería una pastiche de escenas a lo Bergman, con mucha ópera y referencias a la cultura decimonónica italiana y alemana. Todos estarían gagá.

 
At 1:57 PM, Anonymous Anonymous said...

¿y cómo le pondrías a la peli en cuestión? ya sé, ¿qué tal "las invasiones bárbaras"?

 
At 5:52 PM, Blogger Mundo del Cinismo said...

bueno, para el caso muchos antes que "Las invasiones..." estuvo "Jonás" de Alain Tannen.

Película cuya existencia desconocen Benson y Aires (y a propos de Las invasiones..., de Dennis Arcand sólo vieron "Random", su película norteamericana con Frank Langella)

 
At 7:05 PM, Anonymous Anonymous said...

Sí, y también Grupo de Familia de Visconti. Se podría agregar a la lista algunos films de Marco Belloquio o las últimas películas embolantes de Angelopulus. No tiene nada que ver con las Invasiones Bárbaras, el tono es completamente diferente.

 
At 12:54 PM, Anonymous Anonymous said...

Linda tu nota,alguien te puso una 45 para que asistas? solo que despues de leerla tuve que recurrir al mg me recetaron zicloplona 7,5mg .espero no sea adictiva

 

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