Wednesday, June 01, 2005

Pizzería de los Reyes

Yimi y Dodi se conocieron a finales de los noventa, cuando entraron como pasantes de una empresa multinacional. Yimi en el área comercial, Dodi en la parte de finanzas.

Salían juntos todos los fines de semana. Ambos con el celular apagado, para que nadie pudiera rastrear a “los chicos lindos”. Cuando no estaban en un VIP con rubias falsas, se metían en el cuerpo algún estimulante que los movilizara, o bien discutían minucias sobre sus próximas vacaciones en el norte de Brasil.

Pero no eran precisamente felices.

Dodi Palermo seguía atado a su madre, Gertrudis, una mujer que a poco de enviudar se casó con el medio hermano de su esposo, un empresario dueño de varios estacionamientos para autos llamado Claudio Aparcadero.

Yimi Rico, al margen de un origen del cual no solía hacer mención, seguía sin superar a su primer amor, una botas de Barrio Naón llamada Moni. Todo había llegado a su fin una vez que sin querer, tras cinco años de noviazgo, Yimi le levantó la mano.
Al par de días, el padre de la novia, miembro de la comisión técnica del club Nueva Chicago, citó a Yimi en un bar frente al estadio. Al llegar unos minutos más tarde de lo acordado, Yimi saludó a su suegro con parquedad, y éste dio una orden para que un grupo de mano de obra desocupada que solía frecuentar el club se encargara de él...

Los años fueron pasando. Yimi y Dodi quedaron efectivos en la multincacional, aunque cada uno deseaba a su manera abandonarla: Yimi fundando su propia productora (nunca especificaba de qué), Dodi incursionando en el mundo de la política a través de los manejos de su madre. Ninguno de los dos llegó a mucho.

Pero el destino es una puta vieja...

Una noche, sin querer, Yimi se reencontró con Moni... Nadie sabe muy bien de qué hablaron, pero lo cierto es que al poco tiempo anunciaron su matrimonio.

Al poco tiempo, también, Gertrudis arregló una boda para su hijo, con una modelo de lencería llamada Wanda (levemente celebre a través de las publicidades gráficas de una marca de ropa interior denominada “Los placeres de Gloria”).

Finalmente, Yimi y Dodi renunciaron a la multinacional. Yimi se convirtió en mano derecha de su suegro, Dodi en la de su padrastro.

Necesitaban dinero para pagar las extensiones de la tarjeta de crédito de sus respectivas esposas, abocadas al gasto desmesurado en Botas Sarkany.

Yimi y Moni tuvieron tres hijos: Alexandra, Lautaro y Micaela.

Wanda y Dodi, dos: Luciana y Jazmín.

Al principio los matrimonios intentaron la amistad, pero como una vez terminadas las veladas Wanda decía de Moni “esa negra nueva rica”, mientras Moni decía de Wanda “esa judía frígida”, los esposos se fueron distanciando.

Hoy, Yimi sólo encuentra paz de regreso del trabajo, en los atascamientos del acceso que debe tomar camino a su chalet en Barrio Naón. Hasta que, claro, como ya no puede tener apagado el celular, debe responder a los gritos de su esposa, a raíz de que hace dos horas tendría que haber pasado a buscar a Mica por sus clases de patín.
Ya no tiene mucho sexo con su esposa. A pesar de sus clases de pilates en Nueva Chigaco, Moni se siente fea.

Dodi y Wanda nunca tuvieron gran sexo, al punto de que sus hijos fueron gestados mediante fertilización asistida, por iniciativa de Gertrudis. De hecho, al toparse con las revistas para adolescentes de su hija mayor, en la casa del barrio privado que les compró Gertrudis, Dodi comienza a sentir menos excitación por lolitas en bikini que por surfers fornidos en bermudas.

Hace poco, Yimi y Dodi se cruzaron por el centro. Uno propuso ir por una cerveza, el otro respondió que tenía que pasar por el supermercado porque esa noche iban a cenar sus suegros. Uno dijo que ahora que lo pensaba, de hecho él tampoco podía, el otro no respondió. Ambos se preguntaron por sus respetivas familias, ninguno respondió nada sorprendente. Luego se despidieron prometiendo llamados y salidas con sus esposas, pero no volvieron a verse por el resto de sus vidas.

De la amistad sólo queda una foto de ellos colgada en un sitio que solían frecuentar: la Pizzería de los Reyes.

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