Thursday, June 02, 2005

Vietnam

Insisto, una Sex and the city argentina estaría muy lejos de Darren Star y muy cerca de Frank Miller. Si hablamos de microfísica del poder, qué mejor callejón sin salida que las relaciones amorosas, esa especie de legitimación de la mentira en la que sólo se sale victorioso adoptando el coeficiente de un escolar.

Viendo tanta gente que cae en una trampa tan básica, me siento un teniente de pelotón que ha perdido a todos sus hombres en una guerra en apariencia tan simple como la de Vietnam. El amor es el ateo y comunista Vietcong, pero en épocas en que está de moda atacar al mundo libre, los rojos siguen lavando cerebros.

Por suerte, todavía “amo el olor del napalm por la mañana”. Es decir, si se ama a alguien es porque amando es como mejor se conoce a las personas, y en fin, hay que conocer muy bien a tu enemigo si lo que se busca es destruirlo...

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