Bruce
Durante su matrimonio devenido en infierno pequeño-burgués, el padre de una amiga desarrolló una especie de fascinación por la figura de Bruce Willis. Como quien dice, "se las vio a todas". Desde "El halcón anda suelto" a esa de la familia de policías corruptos que les gustan las lanchas con Dennis Farina y Sarah Jessica Parker (sí, Carrie de "Sex and the city", tan feminista que alguna vez vistió musculosas y pantalones cortos de jean), pasando por "Cita a ciegas", aquella comedia con Kim Bassinger emborrachándose con bombones de licor.
Su favorita, sin embargo, fue y será "El último boy scout". Especialmente la escena en que el jugador de football americano saca un revólver en medio del campo, dice "sí que la vida puede ser una jodida mierda", y se vuela la tapa de los sesos, o aquella otra en que Bruce llega a su casa, sorprende a su mujer con su mejor amigo y les dice: "ah, sí, déjenme adivinar, él estaba por acá, pasó, se tropezó y dio la casualidad que su pene cayó entre las piernas de mi mujer..."
Luego de divorciarse, el padre de mi amiga decidió asumir su calva, adelgazó, empezó a vestir remeras sin mangas, adoptó un look Willis. Al punto que hace maniobras físicas no muy recomendables para alguien que pasó los cincuenta, pero en fin, si se trata de salvar el mundo... El año pasado, estando en un supermercado en Marsella, cuando le dijeron que no vendían cervezas frías, el otro Bruce asintió sin mayor queja, fue a los estantes de bebidas, tomó una cerveza y buscó la sección de pescados. Metió la cerveza entre los hielos y sigui{o con sus compras.
Ahora es el Willis de los ochenta y principios de los noventa, pero hay que ver qué sucede. El verdadero puede volverse demasiado oscuro. Pensar en "Sin City", cuando cuelga desnudo, con la soga al cuello, dice "es tiempo de morir", fundido en negro, y luego "pero no todavía". O cuando se agarra su corazón enfermo y dice "muere un viejo, se salva una niña... es un buen trato..."
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