Tuesday, January 10, 2006

Separación de bienes

Cuando llega a su fin una relación, sea de tipo amoroso o simplemente camaraderil, se tiende a suponer que las víctimas principales serán los cds que una de las partes prestó a la otra, y que al momento del romper no fueron devueltos. Lo cual constituye un error, en tanto que recuperar tus cds es lo que hace a un hombre en la batalla, ante la inminente declaración de guerra. Aunque claro, si el hecho realmente lo justifica, siempre cabe ordenar a tus chicos que mueran con las botas puestas, en el caso de que los cds que tienen cautivos sean el equivalente a las minorías étnicas (o sea copias o ningún incunable).

Creo que Sarmiento decía que hay dos clases de imbéciles: los que prestan libros, y los que los devuelven. ¿Pero qué sucede cuando no se trata de un bien tangible? O sea, cuando alguien deja de dirigirte la palabra, pero sigue utilizando tus chistes, tus sobrenombres, tus categorías en general...

Pues la tragedia no es el plagio, dado que si no hay registro, no hay robo; el problema es que reproduzcan tus mejores chistes con tan poca gracia, que empezás a creer que realmente no eran tan buenos.

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