Things to do in Mar del Plata when you`re dead
En fin. Se supone que hablar de películas que el interlocutor probablemente no vio, es lo más parecido a mostrar fotos de nuestras últimas vacaciones (que el interlocutor tampoco vivió). Pero dado que la recuperación económica hace más factible acudir al emule o a la copia de dvd (que sacar un pasaje al sitio en el que hayan sido tomadas las fotografías en cuestión), algunas cosas que tuve oportunidad de ver en Mar del Plata:
“A bitter sweet life”: un gangster tiene que seguir por tres días a la amante del jefe. Y en caso de que contemple algún indicio de infidelidad, matarla. Obviamente se enamora. Entretanto, suma problemas cuando otro cabecilla reclama un ajuste de cuentas. Tiros, líos, patadas y entretenimiento puro e inteligente. 10 aires.
“The new world”: no hagan caso a los que no la entendieron y dicen que es antropología “bien filmada”. Aunque el trabajo de puesta es soberbio, destacándose la luz natural del “Chivo” Lubezky (cámara de Alfonso Cuarón); la película es brillante en su totalidad. Sin fisuras ideológicas ni corrección política, a pesar de que aborda un tema como el del choque entre nativos y conquistadores. Si en “La delgada línea roja” el director retomaba a Whitman y describía la naturaleza como amenaza; en este caso la fuente es el espiritualismo de Emerson y la naturaleza es contención. Se estrena. 10 aires.
“The Three Burials of Melquiades Estrada”: supongamos que Clint Eastwood se hace de izquierdas. Y que abandona los procesos de descomposición humana, decantándose por un humor negrísimo y creando por primera vez personajes femeninos muy sólidos, sin la necesidad de que funcionen como hombres en el cuerpo de una mujer. Sólo una lectura muy reducida de este western elegíaco que parece que en este horrible país será un directo a video. También sería muy injusto focalizar un solo aspecto de la película, porque al igual que Mallick, es irreprochable como totalidad. 10 aires.
“A tale of cinema”: mientras las chicas de Buenos Aires se llenan la boca con la última estupidez de Doris Dorrie; ya no en Londres ni en París, sino muy cerca, en Brasil, mi amiga Isabela me habla de Sang-soo Hong. Director de esta película con un giro que podría haber resultado irritante, pero que en este caso pasa desapercibido en el contexto de un triángulo amoroso muy simple, en el estilo del Hou Hsiao Hsien de “Café Lumière”. No gustó nada. Lo cual explica muy bien lo provinciano que es este país en el que las chicas mojan bragas por ese Joaquín Sabines o como se llame. Al otro lado del MERCOSUR, van por Devendra Banhart y Jens Lekman. 9 aires.
“Sympathy for Lady Vengeance”: probablemente, junto a la de Mallick, el film más impactante a nivel visual. Aunque ciertamente un poco tosco en el aspecto narrativo. De hecho, la premisa no escapa al de un unitario de Canal 9: mujer condenada injustamente busca venganza reuniendo a familiares de otras víctimas del verdadero responsable. Y es cierto, también, que el uso grotesco de la violencia no alcanza los resultados satíricos de la película anterior del director, la magistral “Oldboy”. Incluso hasta resulta forzada. Sin embargo, el film cuenta con un humor que redime este énfasis visual. Dudo que se estrene, pero seguro que la dará el BAFICI. 8 aires.
“Caché”: un Haneke más digerible que lo habitual, lo cual no quiere decir que haya traicionado la frialdad y el tono distante de su cine. Una vez más, la descomposición de la familia burguesa se da a partir de una violencia intangible. Básicamente, Daniel Autiel es conductor de programa literario de la TV estatal à la Osvaldo Quiroga, que empieza a recibir videos en los que se registra la fachada de su casa. Nada más. En este sentido es una película in crescendo, a pesar de que las “verdades” que afloran son parte de hechos más bien insignes. Al leer hace ya un año la trama, con un amigo diseñamos el comienzo que nos hubiera gustado ver: Autiel conduciendo un programa de entretenimientos con cara de orto, bailarinas, tribuna y muchas risas. Un chica obesa, con gafas y acné, concursa por dos estadías en algún paraíso fiscal. Autiel le pregunta si tiene novio. La claque ríe. Ella responde que no. Autiel empieza a indagar por qué no tiene novio, si es por su sobrepeso, porque se cree fea, si es timidez, y la claque es aún más cómplice. Mediante un corte vemos a su esposa, en su agencia de publicidad, sonriendo, echando un vistazo al programa desde la tele. Un empleado le deja un video. Ella cree que son unas pruebas. Las pone. Plano de la puerta de la oficina, se oye un grito. Se estrena. 8 aires.
“Les amants regulliers”: respuesta de Phillipe Garrell a “Los soñadores” de Bertolucci, en tanto que el denominado mayo francés no es el final, sino el comienzo de la película, y en tanto que estética y temáticamente retoma “Partner” y “Prima della rivoluzione”, películas de Bertolucci cuando nadie imaginaba que filmaría barrabasadas llamadas “Pequeño Buda” o “Cautivos del amor”. No hay mayor historia que el divagar de unos pocos personajes, en un blanco y negro no demasiado estilizado. Hay canciones de Nico (ex de Garrell) y de Raymond Douglas Davies. 8 aires.
“Salvador Allende”: uno de los puntos más conmovedores del festival, en tanto que sirvió de excusa perfecta para rendir tributo a quien tal vez sea, con Tomás Gutiérrez Alea, el realizador latinoamericano de mayor relevancia: Patricio Guzmán, sí, sí, el mismo que en 1975, con un grupo sin experiencia y equipos rudimentarios, comenzó el rodaje de “La batalla de Chile”. Película que sorprendió hasta a Pauline Kael. Mientras todos corrían tras unos minutos con Winterbottom o Ferrara, aproveché una entrevista de cuarenta minutos con Guzmán. Tipo raro. Un artista que no muestra el menor rasgo de perversión. Todo lo contrario. Un hombre al que se ve muy feliz con su esposa francesa, encantadora, que no es una supermodelo ni tiene treinta años menor que él. Pudimos conversar de los temas más variados: desde las librerías de viejo de Mar del Plata a sus edificios del estado de bienestar. Del suceso y las limitaciones de “Machuca” a su rol marginal entre contemporáneos, pasando por lo pretencioso que suena Solanas al hablar de “ensayos de autor”. Buen material. Necesitaría seis páginas. Dudo que tengamos cuatro. Tal vez llegado el momento suba el blog el director`s cut de la entrevista. ¿Su película? Se estrena. Vayan a verla. Lo vale. 8 aires.
“Edmond”: una de David Mamet que no es de David Mamet. O mejor dicho, se basa en su obra de teatro homónima, estuvo a cargo de la adaptación, aparecen figuras muy recurrentes de su cine (William H.Macy, Joe Mantenga, Julia Stiles, incluso su esposa Rebecca Pidgeon) pero dirige un tal Stuart Gordon (el de “Re-animator”). Incluso la temática es muy afín al autor, pero según dicen es una obra que le trae muy malos recuerdos, a raíz de haberla escrito luego de un divorcio. Lo cierto es que, una vez más, Arthur Miller se cruza con subgéneros serie B (en esta oportunidad, el film carcelario). Edmond es un fracasado al que una tarotista le anuncia que está en “el lugar equivocado”, deja a su esposa con un simple impulso y sale a vagar por las calles. Lo que sigue, una noche que sirve de descenso a los infiernos en un film que deja al de Haneke a la altura de “La novicia rebelde”. 7 aires.
“Thumbsucker”: podía esperarse lo peor del debut de Mike Mills, sobre todo considerando los antecedentes de sus contemporáneos y colegas del videoclip, gente tan sobrevalorada como Spike Jonze o Gondry. Sin embargo, para su ópera prima, el director se aleja de la estupidez non-sense tan afín a los estudiantes de Letras de la UBA, y no acude a Charlie Kauffman sino a una novela de Walter Kirn. Autor, por supuesto, ignorado por snobs como Sarlo, Martín Kohan y tantos otros “demiurgos” en un mercado con demasiados pseudos-escritores y tan pocos lectores. Menos César Aira y más, mucho más, Wes Anderson, cada personaje de la película conserva una característica que lo hace único. Es cierto que tantas ideas en tantos niveles de la película terminan diluyéndose, y es cierto que tiene ese espíritu de película indie en la que la sofisticación se asemeja más bien al plato gourmet de una cadena de comedia rápida, pero una vez más, el todo es logrado. Desde los actores a la puesta, pasando por un cover de Cat Stevens a cargo de Elliot Smith. 7 aires
“La moustache”: ópera prima de Emanuelle Carrère. O sea, el autor de “El adversario” (Anagrama), “Fuera de juego” y “Una semana en la nieve” (Circe ambas). Y de “El bigote”, claro, editada por Atlántida (?). La primera hora es comedia pura, una serie de enredos a partir de un hecho tan insigne como alguien que se afeita el bigote, y nadie que lo nota. Lástima que luego de un giro innecesario comienzan los absurdos, las incongruencias y los cabezazos del espectador. 7 aires.
“El arco”: cruzando a una colega en una fiesta, le comenté lo dificultoso que era conseguir entradas incluso contando con credencial de clase A. Respondió que en su caso tenía la B, y que el festival había rechazado su solicitud de alojamiento y transporte; con lo cual, a la hora de rendir cuentas con superiores, su única opción era cubrir la competencia oficial. Mi comentario: “Herzog está senil…”. Ella: “Kim Ki-Diuk también”. Disintiendo un poco, lo nuevo de KKD dista de su predecesora “Hierro 3”. Es como si el director hubiera encontrado un estilo (tres personajes, casi el mismo número de locaciones, tiempos muertos, ausencia de diálogos), en el que busca ahondar corriendo el riesgo de repetirse. Que es lo que sucede en esta historia de un anciano que cría a una adolescente para casarse con ella cuando cumpla 17 años. 6 aires.
“Shin Sung-il-eui hangbang-bulmyung”: film que hubiera pasado desapercibido, de no ser que al complicarse este año la reserva de entradas, en casos como éste la elección regía mediante el descarte. Película rara. Videoproyección, aunque no parecía haber sido rodada en el formato. Sobre un orfanato en Corea del Sur, con una directora meritócrata y un niño obeso obsecuente. Hay una chica nueva, “troublemaker”. Al público no le gustó nada. Cinco espectadores permanecimos durante los títulos de cierre, en los que al final se anuncian las tramas de dos proyectos de secuela. 6 aires.
“The wild blue yonder”: en sus buenos viejos tiempos, Werner Herzog supo regirse como un gran creador de imágenes y un narrador ciertamente torpe. Hoy, su pretendida locura no es más que un ejercicio de senilidad. La mejor evidencia es este falso documental acerca de una raza alienígena que se instaló en la Tierra luego de abandonar un planeta al que vieja una misión para colonizar (?). Dedicada a la NADA “por su poesía” (?), hay un alienígena que habla a cámara (?), imágenes de archivo (?) y unos buzos que se supone que son astronautas en hielo líquido (?). 4 aires.
“Mary”: el punto de partida no podría ser más interesante. Una sátira que aborde este encuentro entre misticismo y paranoia que se dio con el estreno del Cristo de Mel Gibson y el suceso de “El código Da Vinci”. Lástima que la película viole una de las reglas básicas de la sátira, no tomarse las cosas demasiado en serio. Aunque, claro, de todas formas el problema no es la formalidad, sino que el director es más bien un ser primitivo con dos o tres ideas que se acaban al par de minutos de proyección. Juliette Binoche está insoportable. A Mathew Modine se lo vio mucho mejor en “El transportador 2”, y Forrest Whitaker sigue siendo un amigo de esos que es mejor cruzar muy de vez en cuando. Aunque si siguiéramos el patrón de mi amiga ZV, que es juzgar las películas de acuerdo a cuán apetecibles en lo sexual son sus protagonistas, en este caso Hether Gram. redimiría el fiasco. Pero no. 3 aires.
6 Comments:
Tu blog es una mierda. Pura basura.
También lo es tu cara, y no me quejo. Es un país libre, ¿no?
wow, ups....me meti aca y se ve que se pincho un caño del baño..jajajaja
aunque es bueno que por lo menos el blog sea comparado con algo, en vez de nada.
la nada, es nada.....no?
nada
adios
miau
pd. todos esperamos ansiosos el festival de cine independiente en BsAs!
qué bueno cuando las lolas nos ponemos de acuerdo. je.
en fin. vine en horario libre de laburo. y me encuentro con que soy tu bibliografía obligada (por lo de antropología bien filmada lo digo). Tenés razón: la película no tiene fisuras, TODA ELLA ES UN DESASTRE IDEOLOGICO.
Espiritualismo de emerson?!?!?! vos que criticabas de puan? ehhh no me acuerdo ehhh ehhh ehhhh
sos gracioso.
Caramba, querida Lola que me odia (la original), mucha es la gente que opina eso del último Mallick.
No sabía que habías escrito al respecto, prometo dar un vistazo. De momento, creo que asignar grietas ideológicas a "El nuevo mundo" no es más que disparar al cartero porque trajo malas noticias. Lo único que se me ocurre dudoso, que es cierto desarrollo de la teoría del buen salvaje, se justifica desde el hecho de que es el punto de vista de los personajes, y no un simple enunciador "objetivo" arengando cual Alejandro Biondini (sí, leíste bien, enunciador, bueno, hay que conocer la jerga de nuestros enemigos para poder rebatir sus particulares ideas -igual, no es el caso, ya te dije que yo te quiero y que tengo un ejemplar del libro de Atwood que perdiste para enviarte a través de los chicos).
I'm interested in anything to do with the Civil War and with Cassville, Georgia. Your blog is interesting.
Regards,
A Cassville Heritage Association member, Cassville, Georgia
Bartow County Genealogy
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