Elogio del amor
MALAS NOTICIAS: confiando en el folleto que el prestador de televisión por cable amigo denomina "revista", las cero horas del viernes eran momento para ver la repetición del episodio de "Entourage" que te habías perdido el sábado pasado. Pero en cambio estaba terminando "Curb your enthusiam", la serie que suele seguirle... Y no, luego de los títulos de cierre no anunciaban a "continuación Entourage"...
BUENAS NOTICIAS: lo que siguió fue "Before sunset" (Richard Linklater, 2004).
Hace poco, un amigo me dijo que en su momento hice verbalmente perceptible todo mi desprecio por “Familia rodante” (de Pablo Trapero), en tanto que se estrenaba en la misma fecha en que había sido cancelada "Before sunset". Dudo que haya sucedido tan así. En primer lugar, porque hay películas (como “Familia rodante”) que de antemano más que nuestro desprecio, merecen nuestra absoluta indiferencia. Luego, nunca terminó de gustarme del todo el primer episodio de la saga de Linklater, “Before sunrise”. De hecho, el director que había hecho tan bien las cosas con “Dazed and confused”, parecía haber perdido el rumbo luego del neoexpresionismo new age de “Waking life” y el teatro filmado de “Tape”. Al margen de que “Before sunrise” era la película de cabecera de los chicos y chicas cool que en el ocaso de la fiesta menemista trabajaban seis meses al año, aprovechando la paridad con el dólar, y se iban de mochileros por Europa. Gente que si no se forzaba a un ligue disfrazado de historia de amor, para luego hacer una aún más forzada identificación con la película; regresaba con historias del tipo “las prostitutas checas son como la chica más linda de tu secundaria, y si les caés bien te las cogés dos veces habiendo pagado una…”. Ah.
“Before sunrise” es la fiesta, “Before sunset” lo que suele suceder luego no sólo de terminada sino de pasado un buen tiempo de aquella noche tan maravillosa. “Before sunrise” es el momento en que dos personas descubren una “conexión”, “Before sunset” el después de… asumir que la afinidad por muy estrecha no basta y que hay una vida “real” a la cual adaptarse a la hora de seguir, sí esa es la elección de ambas partes. En el principio de “Before sunset”, el personaje de Ethan Hawke establece una diferencia entre la perspectiva de una persona romántica y la perspectiva de una persona cínica. “Before sunrise” es la película que odian los románticos (dado que el más escolar de los espectadores sabe que no habrá encuentro, y que si lo hubo ya nada volverá a ser como antes); “Before sunset” la que aman los cínicos (el chico lindo ahora es un infeliz padre de familia casado con una maestra jardinera, a la que es incapaz de abandonar pensando en el hijo que los llevó a casarse; la chica lista una psicótica posesiva que no sabe muy bien lo que quiere, soltera y capaz de un monólogo tan brillante como devastador en el que recuerda a sus novios ahora casados, que le agradecen porque no sabían nada antes de conocerla, ¿entonces por qué no le propusieron matrimonio? Los hubiera rechazado, pero hubiera sido un gesto muy noble…).
En el momento de su estreno, Antares me dijo que era una película que a simple vista parecía improvisada, cuando en realidad tiene un trabajo muy elaborado de puesta, montaje y luz, y un ritmo poco visto en los diálogos. Cuando hacía ya varios meses que estaba en Blockbuster, mi primo la alquiló por decisión de su esposa y me dijo: “una películas de chicas, un embole, demasiado hablada, no pasa mucho…”. Antares es soltero y lleva tarareadas demasiadas canciones sobre corazones destrozados. Mi primo está casado con su novia de toda la vida y serán padres muy pronto.
Hay un momento, cuando el sexo limita con el amor, o bien se trata de amor, o al menos te importa la persona con la que estás. Una coincidencia. Un cigarrillo, una canción en el equipo de música, una persona con la cabeza sobre tu pecho. El humo se disuelve en el aire, la canción termina, ella sigue ahí. Tal vez no por mucho tiempo. Tal vez no vuelva a repetirse. No necesariamente algo con ella o con quien fuere, sino la situación en sí. Tal vez no funcione. Tal vez te rompan el corazón. Pero queda un gran recuerdo. ¿Qué no es insalubre vivir de los recuerdos? ¿Finalmente se trató de una idealización?
A quién le importa. Los buenos recuerdos precisamente no abundan.
5 Comments:
debo decir que tu post llego en un momento demasiado oportuno.
ayer mi ex, el cual está en los mejores recuerdos, me dijo: no voy a discutir más, esto me hace acordar a la pelicula que te regale, y yo detesto ser la chica a la cual le ultrajaron la vida en un libro, la idealizaron y le urgaron el culo... a pesar de ser una hermosa chica. claro... yo seria ethan...
"Antares es soltero y lleva tarareadas demasiadas canciones sobre corazones destrozados. Mi primo está casado con su novia de toda la vida y serán padres muy pronto." Esto fue maravilloso...
igual no sé qué es mejor, si estar solo siempre, desesperado desahusiado, pero capaz de percibir la sensibilidad extrema y saborear el cinismo mas dulce de todos; o... estar acompañado siempre, adormecido, y engañándote en un mundo de presunta felicidad...
no lo sé
¿"Adormecido y engañándote en un mundo de presunta felicidad"? Bueno, la verdad es que la otra opción suena mejor...
El señor blogger se va transformando en un romántico... un romántico del cinismo, quiero decir...
(pregunta al doc) O sea, ¿una mezcla de Graham Greene y Héctor Panigazzi? ¿O de Billy Wilder y César "Banana" Pueyrredón?
(a Aurora) Antares habló por mí.
si la idealización de los profundos solo que tb saben romper el corazón ...
Post a Comment
<< Home