Monday, January 30, 2006

Una biografía de Fabián Polosecki

Sobre todo en el ámbito de la crítica cinematográfica, se tiende a pensar en términos de “honestidad” como patrón estético (ciertamente dudoso), que nadie sabe muy bien a partir de qué definirlo; aunque se infiera que el adjetivo desliza algo así como una sagacidad para alejarse de la manipulación y los golpes de efecto. Cuando en fin, qué son las lecturas sino ejercicios de manipulación cerebral extremadamente sutiles…

En este sentido, dos tipos de manipulación se desprenden de “Polo – el buscador” (Catálogos, Buenos Aires, 2005): una bastante torpe y vulgar, en la que los autores (blancos, progresistas, universitarios que van tres veces por mes al cine y están al tanto de las novedades literarias de edición nacional) intentan transmitir esa “honestidad” apelando a tesis demasiado conocidas, del tipo “es increíble que un personaje como Polo haya surgido en medio de la decadencia menemista, con alguien tan corrupto como Gerardo Sofovich a cargo del canal estatal…”, “tuvo la osadía de llevar a la tele a personajes que vivían en los márgenes” o “respetaba a sus entrevistados en tiempos en que estaba de moda humillar a la gente con cámaras ocultas”.

Y otra, que gana en sutileza y ambigüedad, en la que a partir de testimonios del propio Polosecki, y de su familia y de amigos y colegas como Rodrigo Fresán o Enrique Sdrech; se reconstruye entrelíneas los días en que las máquinas de escribir, la ingenua fe en el retorno de la democracia y la prensa gráfica como medio de comunicación masiva, cede a los ordenadores, a la llamada “fiesta menemista” y a la televisión por cable, narrando “grandes” acontecimientos como la caída del bloque soviético a partir de detalles más bien banales. Es en estas intrascendencias donde se cifra el verdadero interés de un libro que hubiera ganado más, mucho más., como biografía oral à la George Plimptom. Lástima que el ego de los egresados de nuestras escuelas de periodismo les brinde una seguridad en su prosa y sus juicios, de la que tal vez, contra los pronósticos de sus psicoanalistas, deberían dudar.

En concreto, el libro es una excelente lectura de veraneo. Lástima que algunos lectores no veraneemos.

Friday, January 27, 2006

Steven no funciona con ligues II

Una amiga me cuenta que un niñato ha insistido tanto con invitarla a salir, que ella terminó por acceder. Para dar algún tipo de seguridad que en realidad no tiene, el niñato trazó el plan sin consultarla: "vamos a ver una película que se llama "Munich", ¿tenés idea qué onda?", pregunta mi amiga. Respuesta: "sí, tres horas sobre un escuadrón ultrasecreto del MOSAD que viaja por Europa vengándose de unos fucking palestinos que cometieron un atentado terrorista..."

En un principio, mi amiga pensó en cancelar, o al menos en negociar para ver algo más cercano a un "chick flick". Luego se dio cuenta de que, dado su poco interés en el no-ligue, mejor seguirlo y al pasar las tres horas poner cara de Botas que accedió a ver "la última de Jim Carrey" (y que es un bajón) y decir "bueno, ahhhhhhh, qué cansada estoy... ¡TAXI!".

Munich

Habrá quienes cataloguen de ingenuo el más reciente largometraje de Steven Spielberg: ayudantes de cátedra de la UBA que hojean en La boutique del libro ediciones que su presupuesto no les permite, lectores de Saramago recibidos en TEA o en la UCES, chicas que escriben poesía y que creen encontrar sofisticación en un guardarropas de puta de 20 pesos, iletrados cool que postean en su fotolog frases escritas en lenguaje chat, todas las variantes de aquellos que se oponen a la gestión de George Walker Bush sin saber muy bien por qué.

Suponiendo que fuese de tal manera, quienes descarten la última obra maestra de Spielberg sin haberla visto, en pos de los soporíferos ejercicios de estilo de Rohmer en el MALBA o de Rivette en la Lugones; ignoran de antemano que la pérdida de esa ingenuidad que desprecian es el verdadero punto de inflexión del clasicismo a la grandilocuencia: si la primera "Star wars" no tenía mayor aspiración que la de actualizar los viejos seriales de Buck Rogers; "Episodio 1" justamente pierde esa ingenuidad y su pretensión es ahora pertenecer a la Gran Saga.

Pero en el caso de "Munich", la supuesta ingenuidad no es más que un recurso que se va descomponiendo a medida que la narración avanza en un proceso de descomposición humana. Y en un segundo nivel de lectura, un perfecto guiño casi imperceptible a los workaholics de Wilder y Hawks, que de pronto se topan con que su obsesión por un oficio no demasiado salubre se ha convertido en el sentido de su propia existencia (pregunta: ¿qué le sucede a Pat Garret cuando finalmente atrapa a Billy the kid...?).

Más que ingenuo, Spielberg es una suerte de idiota de la familia reencarnado en hijo pródigo. El nerd apático que no se droga ni duerme con supermodelos, mientras Friedkin le grita a Lalo Schifrin que su banda sonora para "El exorcista" es "fuking Mexican marimba!", Copolla tira sus Oscar por la ventana, Scorsese se queda en Cannes sin cocaína y manda a un avión del estudio para que le consigan en París, Bogdanovich cree que puede hacer una gran actriz de Cybill Shepherd y Cimino manda a la ruina a la MGM. Pero lo cierto es que mientras Friedkin filma propaganda para la U.S.army, Scorsese esconde un deseo homoerótico por DiCaprio en su obsesión por conseguir un Oscar que no necesita, Copolla produce vinos y series B y promete una gran película que nunca llega, y Bogdanovich y Cimino filman muy poco y van directo al cable; Spielberg hace lo que quiere, y qué bien que le sale.

Monday, January 23, 2006

Camino a "Los productores"

Mientras subía las escaleras mecánicas del multicine que me prometí no pisar, dado que se encuentra frente a una pequeña sala a la que estoy sentimentalmente ligado, y que es más que probable que la corporación la termine destruyendo; busqué en mi billetera la acreditación que permite ingresar sin cargo, de lunes a viernes, en cualquier horario; y pensé que el verdadero problema no es venderse, sino que haya alguien que te quiera comprar.

Amor, etcétera

A tal punto he decidido concentrar en la expansión de mi dvdteca las expectativas que se suelen dedicar a la posibilidad de construir un hecho amoroso, que de paso por Parque Rivadavia no me enamoré de potenciales mujeres que estuvieran buscando ediciones de Montale en italiano, sino de la carátula de una película china titulada "Percil: the nostalgic swordsman". El sujeto del puesto la tradujo como "Peripecias del espadachín nostálgico" (?).

Lástima que al llegar a casa, el DVD no era de la película china, sino de un thriller con Michael Paré en el que un sujeto cae a un pozo y mientras su mujer va a pedir ayuda es secuestrada por un psicópata que acaba de huir del hospital. Con un argumento así, no puede ser tan mala. Ya quedamos con Antares que me la quedo, y que si realmente es un desastre, la reciclaré como su regalo de cumpleaños. Por lo menos es una rareza, que tal vez sirva para tentar amigos freakies a que abran su colección para la piratería. Lo perturbador es que se haya dado un proceso tan análogo al de las relaciones amorosas: tenés toda tu fé en algo, luego resulta que no es lo que te habían dicho, pero por alguna razón te conformás con lo que hay.

Sunday, January 22, 2006

Una Botas no es una concheta

Antares pregunta si una Botas es el equivalente a lo que en otros tiempos denominábamos "concheta". No. Aunque la mayoría de las conchetas devino Botas, también hay Botas con trayectoria más lúmpen. Incluso de la categoría Botas se derivan dos grados de distinción, Mujerzuelas y Zorras. Así como la Botas es la chica de la recepción en la multinacional, que intercambia miradas con los "jóvenes profesionales" que los viernes le desean "buen fin de semana" (y que la invitarían a salir, de no ser que tienen que ir a Pilar con la familia, por lo cual no van a llevar a una secretaria que con suerte es estudiante crónica de la UBA, o de un instituto terciario). Lo cual no quiere decir que todas las Botas sean pobres, al contrario, lo que diferencia a una Botas de una mujerzuela no es la clase social sino la astucia. Básicamente, la Mujerzuela es una Botas que hace uso de su título universitario (o sea, no basta con recibirse para pasar de Botas a Mujerzuela, sino consolidarse a nivel ejecutivo). Mientras la Botas aspira a Sarkany, y hace Pilates en un gimnasio, la Mujerzuela COMPRA Sarkany y hace pilates en Tamara DiTella.

La zorra, en cambio, es el equivalente femenino a la categoría de Canario. Así como se es Canario a partir de los sesenta años, se es zorra a partir de los cincuenta. Si el paradigma Canario es Clint Eastwood, el paradigma Zorra es Carol Bouquet, una ejecutiva tan carismática como fría que encuentra Sarkany demasiado vulgar. Si el Canario usa chombas Lacoste, pantalones naúticos y camisa de manga corta, la Zorra va a la vanguardia con Manolo Blahnik y Louis Vuitton. Antes de los cincuenta sólo se puede otorgar la categoría de proto-zorra, pero al menos desde la experiencia del equipo de redacción sólo se han relevado dos: una jefa de prensa que recientemente rechazó matrimonio con abogado europeo en pos de su carrera, la manager de una celebridad a la que en una cita un ligue le arrancó sin querer un grano de la espalda, a lo que ella respondión preguntando: "¿y si tengo SIDA?".

Respondiendo a Antares, no, una concheta no es una Botas. Las conchetas devinieron Botas, Abortos de Botas (categoría que engloba chicas cool y estudiantes de Letras), Mujerzuelas o Zorras. Cecilio dice que faltan categorías para el caso masculino, que no es suficiente con Yimi, aborto de Yimi o Canario. La novia de mi amigo Gerardo tenía un método muy bueno, que catalogaba a los hombres de acuerdo a personajes de la Disney: Pinocchio, Monsters Inc, uno cuyo nombre no recuerdo pero era para aquellos que a la semana de salir en vez de obsequiar flores llevan siete libros.

Saturday, January 21, 2006

Consecuencias de querer ser una chica Sex and the city

Una diseñadora publicó un libro de poemas que se titula "Contigo, punk y cebolla". En sus versos dice algo así como "hijo de puta / sos tan hermoso / que de deformaría la cara / con una hoja de afeitar".

La televisión destruye cerebros.

Friday, January 20, 2006

Parejas

Se supone que eran los aspirantes
al gran romance del año.
Pero él no volvió a llamarla
y ella mandó a decirle por terceros
que ahora las cosas iban en serio
con el hombre que la había hecho llorar.

Wednesday, January 18, 2006

Libros

En una revista virtual que tiene todo el aspecto de ser un proyecto de gente de Letras (demasiado evidente la ausencia de un editor), preguntan por los cinco libros de autores argentinos más trascendentes de los últimos 25 años.

A sabiendas de lo tan absurdas como adictivas que son estas listas, intenté responder. Pero leo tan poco argentino que de este último cuarto de siglo sólo se me ocurren "Jardines de Kensington" de Fresán o "La era del fútbol" de Sebreli. Nada muy notable de lo poco nacional que leo (no puedo sumar cinco), al punto que pensando en una lista de extranjeros no sólo no hubo problemas sino que quedaron fuera cosas realmente importantes. A saber, mi lista:

-"Complete Stories" (Dorothy Parker)
-"Motherless Brooklyn" (Jonathan Lethem)
-"American visions" (Robert Hughes)
-"City of nets. A portrait of Hollywood in the 1940" (Otto Friedrich)
-"Mauss" (Art Spiegelman)

Tuesday, January 17, 2006

Paul Auster plagió a Sofovich

(Desde el cumpleaños de Cecilio) Discusión en torno a cuál es el mejor título para una obra de teatro de temporada marplatense: alguien dice "Más pinas que las gallutas". Yo defiendo, aunque no haya estado en Mar del Plata, "El champagne las pone mimosas". Preguntan quién etrabaja en ésta última. Respondo: "Silvina Luna, Nazarena Vélez, Adrián "Facha" Martel, el hijo de César Bertrand, Pacotillo...". Un ingeniero recibido en el Politécnico de Milán, de visita por Buenos Aires, pregunta quién es Pacotillo...

La explicación más fácil, apelar a su participación en "La peluquería de Don Mateo". O sea, una creación de Gerardo Sofovich sobre una serie de sketches que transcurren íntegramente en un local... "Como "Blue in the face", de Paul Auster y Wayne Wang...", aporta alguien. La sorpresa no puede ser mayor: acabamos de descubrir que Paul Auster plagió a Gerardo Sofovich.

Coqueteando con la secretaria de la productora

Ella: ¿Puedo ofrecerte algo?
Yo: Si tenés café, café...
Ella: ¿Leche? ¿Azúcar?
Yo: Azúcar...
Ella: Vas a tener que disculparme, tengo tazas grandes...
Yo: Mejor. Si por mí fuese, que sea por vía intravenosa...
Ella (risas): Por mí también...
Yo: Es menos nocivo que el Prozac...
Ella (risas): ...
Yo: Sin mencionar que el Prozac genera impotencia sexual... Dicen...
Ella (risas): Te lo contaron...
Yo: Recurso de "tengo un amigo que..." para contar historias vergonzosas que en realidad son autobiográficas...
Ella (risas): ...

(luego apareció el sujeto al que tenía que entrevistar y el diálogo no fue tan interesante)

Monday, January 16, 2006

Problemas con el juego

Últimamente no puedo dejar de ver los campeonatos de póker que transmiten por televisión. Hay uno especialmente bueno por ESPN, en vivo desde Las Vegas, donde las reglas son cinco cartas tapadas y dos descubiertas. En el margen inferior de la pantalla hay una marcador que analiza las probabilidades y saca estadísticas, mientras los relatores con acento centroamericano narran la biografía de cada jugador. Recuerdo especialmente una partida entre un ex campeón de tenis dedicado ahora al póker, y un tejano obeso que no se quitaba el sombrero.

También hay uno muy bueno en Sony, con cinco celebridades de tercera línea jugando póker clásico. Una vez vi a Dave Navarro con Jerry O`Connel, más el calvo que hace de roommate de Sandler en la película del diablo y una rubia muy idiota que es muy obvio qué hacía ahí. Como se suele decir que los profesionales no cuentan sus fichas en la mesa, Dave Navarro gano la partida haciéndolo, para que el resto creyera que se trataba de un iluso principiante. Luego contó que de niño siempre había preferido lo creativo por encima de la competencia (como si se tratara de bipolaridades), pero que gracias al póker había logrado desarrollar ese tan necesario como postergado perfil competitivo.

Los nudistas cristianos dominan el mundo

Hace ya unos seis meses, hablábamos por msn con Cecilio cuando se suma a la conversación virtual nuestro amigo Antares. Como no entendía de qué estábamos hablando, e insistía con averiguar, le jugamos una broma: Cecilio dijo que me estaba contando de las fotos que le había tomado desnuda a su novia portuguesa. Acto seguido, busqué un sitio de porno amatuer y copié unas fotos que envié a Antares diciéndole que eran de la novia de Cecilio. Como ésta es de familia católica, inventamos que petenecía a un culto de "nudistas cristianos".

Pasada la (insostenible) broma, buscamos en google "nudistas cristianos". Habría nada más que un par de docenas de resultados, pero existían. Y como la broma había quedado entre nosotros, de vez en cuando alguno repetía la búsqueda por simple curiosidad: la cantidad de resultados se multiplicaba y multiplicaba. De pronto Cecilio encontraba menciones en sitios bastante inesperados, como blogs sobre física que lee en inglés... Incluso algún día, leyendo un matutino, alguno encontró una noticia sobre un grupo de nudistas cristianos que protestaban en una playa de Brasil. Y como todo movimiento en auge, no tardaron en aparecer sus opositores, mediante un foro en el que cristianos ortodoxos se quejan de la tergiversación que hacen de su culto los nudistas cristianos, buscando la pureza, el retorno al paganismo de Adán y Eva encarnado (dicen) incluso en sacerdotes que dan misa sin sotana.

Lo cierto es que al día de hoy, al poner en google "nudist christians", el buscador arroja ¡¡¡317.000 resultados!!! Habría que empezar a preocuparse. Los nudistas crisitanos comienzan de a poco a dominar el mundo...

PS: Antares propuso una película titulada "Nudistas cristianos (la película)". Es un documental con Danny Glover y Robert Englund como policías, que empieza con uno diciendo al otro "hey, watch out there!". Y termina con Danny Glover diciendo: "Mi nombre es Danny Glover y tal vez me recuerden por películas como "Depredador 2", "Arma mortal", "Arma mortal 2", "Arma mortal 3", "Arma mortal 4", "El juego del miedo", "Pura suerte" y "Los excéntricos Tenenbauns". Hoy estoy para hablarles de los nudistas cristianos... un nudista cristiano puedes ser tú (señala a la derecha), tú... (señala a la izquierda) o tú... (señala a cámara)".

La novela de Steve Martin

Leí "Shopgirl" en dos semanas. La empecé al poco de comprarla en un saldo por ocho pesos, mientras esperaba un retraso de mi jefe que se prolongó por poco más de dos horas. Y aunque prometía mucho su prosa de stand up comediam esquizofrénico que encuentra belleza en el mundo luego de una terapia de electrochoques, por alguna razón quedó ahí, hasta retomarla y concluirla en una tarde de domingo habitualmente reservada a los diarios.

Contra cualquier sospecha, "Shopgirl" no es el capricho de una celebridad que se deja llevar por la megalomanía e incursiona en un oficio que no es el que lo hizo célebre. No es la novela de Nick Cave ni los discos de Billy Bob Thornton ni Michael Jordan bateando en los Chicago Cubs. Menos que menos uno de esos caprichos de celebridades locales que tanto fascinan a la gente cool y a los chicos de Letras, permitiéndoles jugar un ejercicio de ironía ciertamente vacío, porque alguien que saca fotos a niños que revuelven la basura en un McDonals de Palermo, o que escribe un poema citando "El erotismo" de Bataille, debe ser mucho más listo que Nicole Neumann escribiendo canciones o Julieta Prandi poemas.

Como guionista, Steve Martin es responsable de al menos dos obras maestras: "¡Three amigos!" (John Landis, 1986) y "Bowfinger" (Frank Oz, 1999). Sendas comedias de un humor nostálgico, por momentos casi naive, que más que pretender una reacción jocoso se cuestionan cómo reír cuando las cosas no son precisamente graciosas. En este sentido, en el caso de la primera, la presencia del finado Phil Hartman resulta hoy menos perturbadora que melancólica. No es casual que el coguionista haya sido Randy Newman. Hay algo de sus primeras canciones, de la ternura en un clima árido que deja al sobrevalorado Tim Burton como un fabricante de maniqueísmos.

Pero "Shopgirl" tampoco es la novela de un guionista que ya piensa en su versión cinematográfica (por más que este año se estrene la película escrita y protagonziada por el mismo Martin). No sólo no hay diálogos excesivos, sino que casi no hay diálogos. Funciona (y muy bien) como una suerte de comedia sofisticada en el lugar equivocado: una vendedora de guantes adicta a los antidepresivos, un millonario excéntrico y un artista de graffitis que vende parlantes, en una Los Angeles que no admite inadaptados. Casi como una adaptación de "Las vírgenes suicidas" a cargo de los muchachos de Saturday Night Live, de vacaciones en la costa oeste.

Steven no funciona con ligues

Sobremesa en la que se tratan las conversaciones más triviales. Desde cómo conducir a bajas revoluciones un motor diesel sin que se ahogue, hasta el por qué de la vanidad de los egresados del Nacional Buenos Aires tan afín a la ingenuidad imaginativa de los estudiantes de Letras que escriben poemas.

Alguien menciona el problema de salir con una chica cool y tener que hablar de cine. O mejor dicho, ¿cómo explicar a alguien que en todo el año ve cinco películas euroasiáticas en el BAFICI (más la última de Woody Allen, claro), lo grandiosa que te parece "Rescatando al soldado Ryan" (particularmente la escena en que Tom Hanks explica a sus hombres el sentido de la cadena de mando)?

Alguien contó que, hace poco, en primera cita su ligue le dijo que estaba ansiosa por ver "El hijo", de los hermanos Dardenne. A lo que él respondió que está ansioso por ver "Munich", la última de Spielberg sobre agentes secretos del Mosad cazando a los terroristas palestinos que asesinaron atletas israelíes en las Olimpíadas de 1972. Ella hizo un gesto raro y no hubo segundo encuentro.

Steven no funciona con ligues. Todavía recuerdo "Atrápame si puedes" en el cine Normandie, con la hija de un escritor de best-sellers algo así como "prestigiosos". Empezó mal desde el vamos: ella llegó tarde,y nos perdimos una de las pocas secuencias de títulos que Steven no puso al final de la película.

La maldición se extiende al punto de que alguien que conozco salió con un pariente lejano de un colaborador habitual del director de "1941". Y no hubo un Oskar Schindler que se lamentara no haber salvado más vidas vendiendo su reloj y su auto.

Friday, January 13, 2006

A tus amigos

De paso por Boulevard Charcas (que cada vez se parece más a una replica bajo costo del edificio-shopping de "La tierra de los muertos" -así como peatonal Lavalle bate su propio record asemejándose más y más a un remanente del set de "Blade runner"), me parece ver de lejos a una de las personas que quieren mi cabeza. Jugando con un niño. Una chica de metro y medio, bastante obesa, parafraseando a mi amigo Gerardo, "con cara de niño down". Por si alguien lo pregunta, no, nunca fue un ligue (que Dios y Ganesh no lo permitan). Es amiga de una gente amiga con la que hubo problemas. De hecho, de esas serie de problemas se desprendieron una serie de mails entre los que se sumo uno firmado por lady down pretendiendo algo así como psicoanalizarme.

Mi respuesta: supongamos que lady down se llama Anita Nastase. "¿Nastase? ¿Nastase? ¿Una rubia, alta, con mucha clase, que se quería tirar a mi amigo Galán Calvo? No, eso fue durante el festival de Mar del Plata y era Mimí Ardou. La verdad es que no te ubico. Contame un poco más acerca tuyo..."

Al pasar a escasos metros de lady down, la miré a su cara y asentí con una sonrisa discreta, a manera de saludo. Lady down devolvió la gentileza sin mucho entusiasmo.

Thursday, January 12, 2006

Hablando de citas a ciegas

Un amigo pasa a relatar un caso que en principio no muestra demasiadas variaciones: alguien le dice que tiene que conocer a una amiga que es de lo más interesante, independiente, lista y graciosa, y que debe aprovechar la oportunidad "porque ahora no está con nadie..." (como si se tratara de una carrera contra el tiempo de las del fugitivo Jack Bauer, dado que en 24 horas en vez de atacar terroristas o estallar una bomba de nitrógeno, George Clooney le propondrá matrimonio en su villa de Lago Como, para luego celebrar boda en su casino de Las Vegas con invitados de la talla de Nicole, Brad, Angelina, Matt, Steven, Julia, Michael y Catherine).

Diplomáticamente, mi amigo responde a la oferta con un diplomático "bueno, adelante". Ignorando que de pronto quien le propuso el match se convierte en un gangster jodido que explota todos los artilugios posibles para convencer a un colega retirado de que lleve adelante un último gran delito...

Lo llama todas las semanas para preguntar por qué no llamó a su amiga. Avisa a último momento salidas improvisadas en lugares y horas difíciles de acceder, con la excusa de que finalmente se conozcan. Le da el teléfono del ligue...

Mi amigo se decanta por la siguiente estrategia. Llamar en días y horarios en que una estudiante de Letras seguramente no estará en casa: el lunes a las 19hs si hay una manifestación anti-Bush, el miércoles a las 22hs si la semana pasada estrenaron la nueva obra maestra del director de "El sopor de la aceituna", el jueves a las 20 dado que probablemente estará en el homenaje a un poeta ecuatoriano que organiza en el Centro Cultural Rojas la embajada de ese país (con la presencia de Noé Jitrik y del vicecónsul de Ecuador), el viernes a las 23 mientras toca Rosario Bléfari en San Telmo o estrena su nueva obra de teatro a la gorra este sujeto que pone mujeres desnudas nada apetecibles revolcándose en el barro (convencido de que "el arte es transgresión"). No está. Se deja un mensaje que difícilmente respondan. Él no deja número de teléfono ni de móvil, promete llamar más tarde. Y voìla.

Claro que el martes, mientras mi amigo toma una siesta vespertina, suena el teléfono... el supuesto gran partido al que debe conocer. Demasiado entusiasmada por verse, al punto que ella dispara el programa: lugar, hora, película, detalle de verse una hora antes de la proyección (sin especificar que se trata de un astuto artilugio para el caso de que si no hay atracción, cada uno pueda retirarse por su lado sin sentirse en la obligación de ir a por un café).

Tuesday, January 10, 2006

Institucional

Dicen que "más gente de la que creés" lee el blog (cuenta una amiga que una mañana, en el subte, escucha a dos sujetos hablando del Mundo del Cinismo, cree que escucha mal, se acerca, efectivamente hablaban del Mundo del Cinismo, ella se suma a la charla, uno de los sujetos trata de sacarle el teléfono, ella lo desaira educadamente y él responde "pero mirá que no soy un yimi"), lo cual convertiría técnicamente en peligrosa la difusión de algunos materiales.

Para demostrar que no es así, y que de hecho hay sólo una docena de lectores (pero muy fieles), el equipo de redacción incorpora al sitio un Hit Counter.

A los chicos del Colegio les falta sentido común

Sábado a la tarde, sentados junto a la piscina de la ex casa de Eliseo Subiela con un grupo de amigos egresados del Colegio Nacional de Buenos Aires: dos editores, una guionista de televisión, un físico de vacaciones de su posgrado en Notthingham y una economista próxima a iniciar su pasantía en la sede newyorkina del Banco Mundial.

La guionista contó una pequeña anécdota en torno a al robo de su celular, y luego, por alguna razón, salió el tema de los identificadores de llamados. Le pregunté si el gasto (aunque mínimo) se justificaba para su oficio, a lo que respondió que no, y luego agregó: "pero si un chico que me gusta me llama y no deja su teléfono..."

Interrupción: "¿creés que alguien que realmente te gusta va a llamar?".

Separación de bienes

Cuando llega a su fin una relación, sea de tipo amoroso o simplemente camaraderil, se tiende a suponer que las víctimas principales serán los cds que una de las partes prestó a la otra, y que al momento del romper no fueron devueltos. Lo cual constituye un error, en tanto que recuperar tus cds es lo que hace a un hombre en la batalla, ante la inminente declaración de guerra. Aunque claro, si el hecho realmente lo justifica, siempre cabe ordenar a tus chicos que mueran con las botas puestas, en el caso de que los cds que tienen cautivos sean el equivalente a las minorías étnicas (o sea copias o ningún incunable).

Creo que Sarmiento decía que hay dos clases de imbéciles: los que prestan libros, y los que los devuelven. ¿Pero qué sucede cuando no se trata de un bien tangible? O sea, cuando alguien deja de dirigirte la palabra, pero sigue utilizando tus chistes, tus sobrenombres, tus categorías en general...

Pues la tragedia no es el plagio, dado que si no hay registro, no hay robo; el problema es que reproduzcan tus mejores chistes con tan poca gracia, que empezás a creer que realmente no eran tan buenos.

Monday, January 09, 2006

El regreso de Maia Bendersky

De nuevo, la comedia y la tragedia en torno a una misma historia: en este caso, la despedida de soltero de Maia Bendersky.

La amiga que pasó a relatar la versión cómica, mencionó que jugaron al "yo nunca...". Cuyas reglas consisten en acomodarse en ronda e ir diciendo cada uno, en el sentido de las agujas del reloj, algo que supuestamente nunca hizo. Por ejemplo, en el caso de este "chick flick", "yo nunca hice el amor con dos hombres...". Quienes sí hayan exprimentado lo que se menciona, deben beber lo que tengan en su copa. El "chiste" es emborracharse.

También contó que vistieron a Maia de conejita playboy y le colgaron galletas de su indumentaria, con el fin de pasearla por Palermo Soho y detenerse en bares cool para que sus parroquianos le "comieran la galletita".

Quien pasó a relatar la versión trágica, no modificó las funcionaes narrativas como el sentido moral de la historia. Hizo alusión al peligro que representa un grupo de mujeres que han bebido de más. Qué sucede si algún parroquiano del bar cool intenta con justa razón algo de más... Recordemos que Thelma y Louise se hicieron fugitivas una vez que el cowboy pasó a sodomizar a Thelma, y Louise le disparó. Y luego escaparon a México, donde nunca llegaron...

Thursday, January 05, 2006

(menos de) seis grados de separación

Privada para medios mensuales. Al buscar a la jefa de prensa con motivo de un saludo diplomático, resultó inevitable no sumarse a una mesa en la que había tres colegas. Y situación común, el que acaba de llegar debe romper el hielo con algún comentario supuestamente ingenioso. Todo lo que se me ocurrió decir, es que acababa de darme cuenta de que había menos de seis grados de separación con las presentes: la cronista del medio progre está casada con el mejor amigo de un camarada que además es primo de mi mejor amiga, la editora de la revista para jóvenes cineastas tiene por correctora a una conocida mía très cool, una celebridad de segunda mano que espera risas de todos sus comentarios (incluso de los que no son graciosos) digamos que trabaja para la misma corporación que un viejo amor onda "Chasing Amy" (no le dije ni de la corporación ni del amor, sino "creo que en tu caso el grado es..." seguido del nombre y el área de la gran empresa).

Hubo un silencio.

La celebridad de segunda mano preguntó si me oficio era establecer grados de separación entre las personas. Luego agregó que en la mesa "teníamos un libro".