Wednesday, November 29, 2006

Catalina&Joy



Los seguidores de My name is Earl sabrán de qué hablamos. Y los que nunca la vieron se pierden de una serie por la que ya pasaron Juliette Lewis como novia abandonada que se convierte en bounty hunter, Burt Reynolds como el dueño de un club de go-go girls y Roseanne Barr como white trash metida a monja o monja devenida white trash (dependiendo el punto de vista).

Y en fin, no deja de ser motivo de legítima envidia que en el Imperio, una revista de caballeros, tenga lugar para estas bellezas; con mucha ropa, es cierto, pero también con mucha clase. Las hermanas mogólicas de Inés Gallo que exhiben sus bombachas en fotologs, deberían saber que el buen gusto está lejos, muy lejos, de niñatos como el de ese sitio Saving the world in style (a.k.a."la amante de Jamandreu"). Y que quede lugar para artículos sobre gente tan interesante como Steve Coogan y Kevin Smith. En la Argentina de la recuperación de la soja y el turismo gay tenemos los pezones photoshopeados en Playboy, los almanaques de gomería de Maxim y las entrevistas de Sandra Russo a gente que no tiene nada muy interesante que decir. Al menos con Menem encontrábamos revistas extranjeras en Tower Records. Él puede no haber hecho todo, pero que hizo mucho nadie puede negarlo, él no hizo todo pero que hizo mucho, por nuestra Argentina, nadie puede negar...

Tuesday, November 28, 2006

A tus amigos (de la NRA)

Aires y Benson y el cine de la nostalgia

Aires y Benson ya vieron las dos últimas películas de dos realizadores que parecían perdidos. Muy perdidos. Perdidos para siempre. Al punto que se interesaron en las mismas no por sus respectivos directores, sino por la presencia de Scarlett Johansson (mientras esperan su disco de covers de Tom Waits, anunciado para principios de 2007). Pero sorpresa. Las dos películas resultaron buenas. Muy buenas. De lo mejor que vieron en el año. Y nada sorprendente. No fueron estrenadas en este horrible país, y hasta donde saben una de las mencionadas siquiera tiene exhibición garantizada.

Los perdidos son Woody Allen y Brian DePalma, y sus filmes Scoop y The black dahlia. Y no pueden ser títulos más diferentes entre sí. El último Woody es una fábula muy ligera, con elementos fantásticos, como aquellas que solía rodar a la hora de tomarse un respiro entre sus trabajos más ambiciosos. Con (buenas noticias) Woody actuando en vez de delegar a un imitador que se puede llamar Kenneth Brannagh, John Cusack o Will Ferrell. Hace de mago. Como Aires y Benson no son Mariana Enriquez, no quieren contar mucho de la película, aunque como indicio dirán que si en Melinda&Melinda la parte de la comedia era lo que Woody sabe hacer tan bien, y la dramático lo que en ocasiones le sale tan mal; Scoop podría pensarse como qué hubiera sido de Match point si se hubiera tratado de una comedia. La respuesta: resultados mucho más felices (y no porque la resolución lo sea) y (mucho) menos exitosos en cuanto a repercusión. Incluso a pesar de que, nuevamente, la ópera reemplaza el dixieland y el swing (aunque esta vez sí está bien utilizada).

Respecto a The black dahlia, antes de verla imaginaron su lucha cabeza-a-cabeza en la próxima edición de los Razzies, en la categoría Peor Película del Año, contra La dama en el agua y Las Torres Gemelas. Luego de verla ratificaron la sensación, no porque la película sea mala sino porque el mundo es un lugar muy injusto. De Palma se desprende de la novela de Ellroy, y una vez más, hace una remake de Psicosis. Elimina subtramas y en donde Ellroy se aparta y rectifica que el culpable no tiene un rostro, De Palma resuelve el misterio desnudando miserabilismo que hacen que los de Chinatown parezcan una ingenuidad de Scooby Doo. Y no porque Ellroy sea lo que se dice un "optimista", sino porque De Palma ya no parece creer en nada más allá del cine (un poco lo que le pasa a la generación post-Nouvelle vague, de Wenders a Spielberg). The black dahlia es absolutamente misógina, terriblemente pajera, tiene una trama completamente intrincada y si cabe un disimulado happy end es más por convención fiel que para sumar espectadores. En concreto, no se le puede pedir más perfección.

La buena noticia es que De Palma promete una precuela de Los intocables, y un film de chambre con psicópata en serie que seduce mujeres y les practica una lobotomía. La mala es que Woody terminó de rodar una tragedia, en la que no actúa. La más que buena inmejorable es que siempre tendremos a Travolta llorando a su novia muerta en El sonido del miedo (una de las diez favoritas de Aires y Benson), y a Woody en el momento más trágico de Crímenes y pecados (una de las veinte o treinte favoritas de Aires y Benson), cuando la mujer que no lo corresponde le devuelve su única carta de amor, y él explica: "estaba plagiada de James Joyce, por eso todas esas alusiones a Dublín."

Sunday, November 26, 2006

A tus amigos III

Friday, November 24, 2006

A tus amigos II

Thursday, November 23, 2006

A tus amigos

Cómo acabar de una vez por todas con la cultura

En un acto de ingenua ilusión, nos dirigimos a la librería amiga con la esperanza de encontrar (y llegado el punto adquirir por una cifra semejante a la del rescate de Axel Blumberg) un par de títulos recientes. A saber: Sexo, mentiras y Hollywood de Peter Biskind, y En picado, de Nick Hornby. El primero es un ensayo sobre Sundance, Harvey Weinstein y el llamado "cine independiente", por el mismo autor que ya trazó una adictiva historia del cine norteamericano de los setenta, en Moteros tranquilos, toros salvajes. El otro puede que sea una tontería, y que Fresán tenga razón en que Hornby cada vez se parece más a Neil Simon; pero la historia de unos suicidas en navidad, que organizan un grupo de ayuda y posponen su muerte hasta el día de San Valentín, es tan tentadora como un whopper (y quién no dedicó una diatriba contra la comida rápida para luego terminar saboreando a escondidas una hamburgueja Skinner -término de Utika).

No encontramos ninguno de los dos. Estaba, si sirve (pero no, no es lo mismo), El curandero del amor, de Washington Cucurto. El de Inés Gallo de Urioste ya no se encontraba en marquesina. ¿Agotó edición o lo enviaron al depósito? Pensar que hace unas semanas, Gallo se exhibía en las hojas del suplemento "cultural" de un gran diario, muy cerca de un artículo dedicado al último premio Nobel. Y tomen nota todos aquellos que asisten a los talleres literarios de Castillo, Paszkowski y Santi y Santi, cual Edward Norton visitando grupos de enfermos terminales en El club de la pelea: la primera regla del club de la pelea, es no hablar del club de la pelea. La segunda regla del club de la pelea, es que para que te saquen una nota en un suplemento cultural argentino, tenés que ganar el Nobel, o bien exhibir tu vida privada (lo que incluye hacer de tu hija un nuevo Marcelo Marcotte, y humillar a tu novio, o al menos poner en duda su hombría, con tanto culto a los vibradores y fantasías con el plomero).

Eso sí, serás mucho más Tamara Paganini o Lani Hanglin que Gabriela Mistral o Camus.

Historia de la sexualidad

Un día veías a las Trillizas de Oro en la película El tío disparate (con Carlos Balá, rodada en La ciudad de los niños de La Plata, provincia de Buenos Aires), o bien en la franquicia local del club de Mickey Mouse; hasta que de pronto te topás con una de ellas luciendo un tanga, en una posición si no sugestiva al menos sospechosa. Y claro, te das cuenta que no son pocos los años que pasaron. Para ella, ni por ende para vos.



De paso que algún semiólogo o licenciado en comunicación me explique el proceso denotativo-connotativo de la semi-desnudez con un marido que tiene más senos que ella, y la muerte de la princesa de Gales.

Tuesday, November 21, 2006

La muerte de Robert Altman a propósito de lo nuevo de Waits

Murió Robert Altman, y Tom Waits sacó un disco triple. O mejor dicho, la muerte de Altman nos sorprendió escuchando Huérfanos: Camorristas, alborotadores y bastardos. La conexión entre uno y otro es la mejor película en la carrera de ambos, como director y como actor, respectivamente; sobre un terremoto que conectaba a una serie de personajes originalmente escritos por el pobre Ray Carver. Ahí estaba Waits como un chofer de limusinas, sospechoso al espectador de haber abusado de su hijastra, borracho en pleno temblor y bailando la conga y repitiendo "this is the big one".

Uno y otro se reinventaron varios veces. E hicieron filmes y discos de todo tipo: magistrales, decepcionantes, que mejoran con los años, incomprendidos, incomprensibles, que envejecieron; siempre con cosas muy interesantes que decir.

Y es una pena que Altman finalmente no haya contado con Waits y con Lyle Lovett, como adelantó en su momento, para el dúo de cantantes country de su ahora final A prairie home companion. Y es también una pena que se trate de su última película, ya que parece una mezcla de Días de radio y El teatro de Darío Vittori, vista por un director en otros tiempos más sutil en lo combativo, que ahora levanta demasiado su dedo acusador.

Waits podría morirse mañana. Sacó el mejor disco del año. Punto. Y es cierto que tiene más que ver con Raindogs y Black Ryders que con sus años en Elektra (nuestros favoritos), y que por muy bella que sea la balada You can never hold back spring, no se puede no dejar de ser aterrado por el rostro de Roberto Benigni (que la utlizó en un film que podría haberse titulado La vida es bella... en Irak), y a quién le importa, tenemos 56 canciones sobre el amor irrecuperable, las penas infinitas y el bourbon en una noche de lluvia.

Y hablando de bourbon, y considerando que dirigió a Waits en dos ocasiones, en una entrevista pregunté a Héctor Babenco si se había emborrachado con Waits. Respondió que no, que de hecho Waits ya no bebe, "toma leche". Y algo de cierto tal vez haya, Babenco no es lo que se dice un hombre de humor (por algo se decidió por adaptar una novela de Alan "cómo me "olvidé" que prologué la novela de Juan Alberto Badía y critiqué en Badía y compañía Duro de matar 2 - Más duro todavía por lo inverosímil de su argumento" Pauls).

Ah, (nada sorprendente) no habrá edición nacional de Orphans...

Jenna

Le robaron la billetera y el móvil a una de las mellizas Bush. Mientras cenaba en San Telmo, Buenos Aires. Dicen que al enterarse del hecho, la siguiente evidencia llegó al Departamento de Policía. Y que el área científica concluyó que Jenna tampoco es muy cuidadosa.

Monday, November 20, 2006

La muerte como madeleine

Al saber de la muerte del sindicalista de los cerveceros, Saúl Edolver Ubaldini, los recuerdos se disparan: su participación en un sketch del humorista Juan Carlos "Minguito" Altavista, en el que también participaba el locutor de los resultados de la lotería nacional en La danza de la fortuna, Roberto González Rivero (aka "Riverito"); y un presentador de noticias apodado "Fosforito" que de aparecer hoy sería catalogado vintage (y por ahí también estaba "el flaco" García, aka Garcia "el alchuete", aka el partenier de Alfonso Pícaro en la sala de espera de Alvarez y Borges -aquel skecth de No toca botón).

Recordar a Ubaldini es recordar los años ochenta. O más bien la mediocridad de los mismos y del presidente Alfonsín. La hiperinflación, los cortes de luz programados, Silvia Fernández Barrio, los paros generales de la CGT, los desabastecimientos, el canciller Dante Caputo, el Plan Nacional de Alimentación (aka Caja Pan -de la cual surgió una broma caída en desuso, al ver a una señorita sin curvas y decir "tiene menos carne que la Caja Pan"), el Italpark.

Una vez asumido Menem, y aprobadas por los sindicatos las privatizaciones de los servicios públicos, Ubaldini, como quien dice, "pasó a cuarteles de invierno". Antes, o tal vez después, tuvo un romance con una periodista. Ella escribió un libro al respecto, que tituló Saúl querido (en referencia a aquel cántico sindical de los ochenta, "Saúl, querido / el pueblo está contigo"). Años después regresó en pareja, salió en revista Caras, leyendo en Punta del Este a Henrich Boll. Creo que con el juez que ordenó a los oficiales Diamante y Gerase poner la droga en el jarrón del representante de Diego Maradona.

Lo cierto es que, mientras tanto, Saúl seguía retirado de la vida pública, cual hermano proletario y justicialista de J.D.Salinger.

Si hubiera algún equivalente local de la norteamericana "película de la semana" (telefilmes sobre casos reales, en cuyos repartos coinciden actores que nunca serán famosos con figuras caídas en desgracia -Gary Busey y Brooke Shields, por ejemplo), Gino Reni sería perfecto para interpretar a Ubaldini.

El último magnate

Julio Ramos reunía todas las características necesarias (y más) para resultar al pensamiento medio de extremo desagrado: liaisons dangereuses con hombres notables y predicadores de la libertad de empresa, un diario fundado en tiempos en que las editoriales más bien eran clausuradas por el gobierno, fama (aparentemente merecida) de marido golpeador (a la vez que principal y único patrocinador en hacer una celebridad de su esposa, y fracasar con mayor resonancia -si cabe- que Charles Foster Kane). Si sumamos la muerte de dos de sus hijos en el plazo de poco más de un mes, resultaría automática su comparación con algún personaje del teatro isabelino o de su variante moderna encarnada en la entourage de la gestión Nixon.

Pero como todo hombre de derecha, Ramos sabía vivir. Entre cigarros y Campari, era capaz de una ironía imposible de rastrear entre el populismo acrítico y las derivaciones de un marxismo para escolares. La mejor evidencia son sus charlas de quincho, cuya lectura es recomendada incluso por trotkistas acérrimos como el profesor Carlos Mangone. Publicadas sin firma (aunque la leyenda sostiene que eran escritas por el propio Ramos), siguiendo una estructura en la que se mezclan la columna de opinión tendenciosa à la Walter Winchell y los anuncios de bodas de la alta sociedad del New York Times descritos por David Brooks; durante años hubo lectores que recibían Ámbito Financiero sólo los lunes, para leer las charlas.

Entre bodas en la Sociedad Rural, fiestas de embajadas, cumpleaños en Lola y algún que otro espectáculo musical y ocasionales avant-premieres, desfilaban personajes de la vida pública y no tan pública, siempre ligados a un poder que no tiene nada de virtual. Sería una obviedad agregar que las charlas encontraron su contexto más enriquecedor en los diez años del presidente Menem. De hecho, una vez derrotado por esa alianza de la burguesía del cemento que no llegó a durar dos años; las charlas se volcaron por momentos a una incierta melancolía, al relatar encuentros entre células "neomenemistas", con cenas en el Hotel Presidente. De vez en cuando, también cabía una fugaz aparición del estadista, ahora triste, solitario y final, coincidiendo en un cumpleaños con el no menos muerto en vida ex ministro Domingo Felipe Cavallo, en el que se abrazaban y elogiaban mutuamente.

Es probable que Ramos pase al olvido como el último magnate en tiempos de corporaciones y capital flexibilizado. Una pena, alguna de sus diatribas publicadas en su libro El periodismo atrasado, y especialmente en Los cerrojo a la prensa, todavía funcionan. Especialmente su desprecio por cierto gran diario argentino que (según la leyenda) quitó a Ramos la posibilidad de hacerse con la explotación del hasta entonces estatal Canal 13. Y el resto de la historia es conocida, guiada su cabecilla por el resentimiento de una vieja historia de amor con el entonces actual ministro de defensa, el gran diario traicionó al presidente y se escudó en valores éticos que nunca tuvo a la hora de hacer pública una historia de venta ilegal de armas durante el enfrentamiento entre Perú y Ecuador (en el que todo un pueblo voló debido al estallido de un arsenal, en tanto perfecta tapadera para hacer desaparecer esas armas vendidas que parece que no resultaron de la mejor calidad).

En cambio, Ramos siempre fue fiel a sus ideas y su gente. Queda la imagen de una de sus muchas visitas a TIEMPO NUEVO ("a estas empresas les interesa elpaís..."), entre el general Martín Balza y el economista Juan Carlos de Pablo.

Friday, November 17, 2006

Cecilio, orgulloso egresado de la escuela de payasos

El audaz golpe de los conocidos de siempre

Con la invitación a la nueva edición de un muy elegante festival de cine, también viene el recuerdo de las personas que todos los años están ahí. Y por ende, inevitable no cruzarlas. Caso Horace Lannes (née Horacio Previde Longe-Lannes), vestuarista que fue a Enrique Carreras lo que Paco Jamandreu a Armando Bó (habría que confirmarlo, pero es sospechoso que el auge de la carrera de Lannes coincida con la decadencia de Paco, una vez acaecida la Revolución Libertadora). Horace siempre aguarda en la puerta del cine, a la espera de celebridades. Y cuando no las hay, se acerca a alguien que se parezca, y le pregunta si está seguro de no ser Daniel Miglioranza o Soledad Villamil (famosos de hace, mínimo, una década).

Y Eduardo "Benigni" Blanco, que no sólo tiene en común el parecido con el creador de La vida es bella, sino la omnipresencia incluso por ausencia. El caso más paradigmático sucedió el año pasado, en la conferencia de prensa del policial El tango de la psicoanalista, donde Eduardo interpreta a un poli de encubierto que trabaja como streaper que imita a Joaquín Sabina. El punto es que la jefa de prensa pide disculpas por la ausencia de Blanco, dice que no pudo llegar de Buenos Aires a raíz de una enfermedad; y en fin, cuando faltan tres minutos para que termine la conferencia, quién ingresa recién llegado de la playa con pantalones cortos, lentes oscuros y chancletas...

Tuesday, November 14, 2006

Homenaje a Polémica en el bar

Un placer culposo surgido de estos comments: qué escritor/a te cogerías. Como somos niños, y los niños besan niñas, Lisa, niñas, en este caso el hit parade es de escritoras.

5-Marjane Satrapi: doble placer culposo en tanto su condición de mujer oriental occidentalmente sofisticada, y además historietista. Dudo que su autobiografía en clave de novela gráfica, Persépolis, inspire siquiera una paja, pero como material literario es muy destacable.

4-Naomi Campbell: Y sí, es un poco mucho considerarla escritora a partir de una novela sobre el mundo de las modelos (Swan) y un libro de fotos de sí misma (Naomi), pero... si nuestros académicos y voceros de la opinión pública consideran escritoras a Inés Gallo, Mariana Enriquez, María Fasce y Florencia Abatte, al menos si te cogés a Naomi podés contárselo a tus amigos no-literatos (ya que sabrán de quién se trata), amén de que en el poscoito por ahí te cuenta anécdotas de Michael Jackson.

3-Candance Bushnell: alguna vez nuestro lector Chinaski (a.k.a. Marcelo), parafraseando una película de Labutte, señaló que "el mejor polvo es por venganza". Pues bien, qué mejor blanco de revancha que la autora de Sex and the city, madre de tantas hermanas mogólicas de su Carrie Bradshawn que andan por ahí lamentando "lo necios que son los hombres"

2-Donna Tartt: lo más parecido a una Sherilyn Fenn/Audrey Horne sureña, autora de dos libros tan dignos y diferentes como el policial erudito El secreto (se encuentra edición de Emecé muy barata en saldos) y la gótica-faulkneriana The little friend (traducida por Lumen, nunca llegó a este horrible país, aunque no es complicado encontrar ediciones pocket en inglés).

1-A.M. Homes: más que cogértela, bien podrías casarte con ella luego, claro, de un ataque de fan à la Annie Wilkes que logre persuadirla para llevar a cabo varias cosas tan bien descritas en sus libros, al punto que parece conocerlas igual de bien. Y si no al menos leerla, El fin de Alice, Sólo una madre, Música para corazones incendiados, Cosas que debes saber, son todos buenos.

Monday, November 13, 2006

Fue primicia del Mundo del Cinismo

Para los que dudaban de la veracidad de nuestros informantes, Perfil devela el nom de guerre de Inés Gallo.

Sunday, November 12, 2006

Por qué nuestros prodigios universitarios deberían conocer un poco más de lo que ocasionalmente hablan

El suplemento dominical del diario fundado por un no tan circunstancial como fracasado documentalista, hoy devenido newsletter del peor presidente en la historia con sus ataques a instituciones supuestamente poderosas (aunque más bien desmanteladas y en un punto de no retorno a lo que supieron ser); nos ofrece un subsubsubsubgénero -ya que las firmas en juego son las de universitarios notables- no tan patético como hilarante. Lo que un amigo denominó con tono de burla, aunque en el contexto tan serio de una monografía, como "deliciosos bocaditos desopilantes".

La ecuación sería así: pongan a un académico incapaz de parpadear mientras lee con demasiada seriedad el último ejercicio de estilo escrito en jerga, de moda en este horrible país a cincuenta años de que lo fuera en Europa, y que escriba sobre una película pretendidamente masiva pero a la vez de prestigio. Hoy fue el turno de una supuesta eminencia nacional en Shakespeare y el lamentable refrito de un Scorsese al que parecería que cada vez le quedan menos cosas (interesantes) que poner en pantalla. Dice la eminencia: "en el cine de Hong Kong, esta irrealidad de trama y personajes se corresponde sin fisuras con un similar esquematismo de puesta en escena, vestuario, locaciones y actuación que por momentos acercan más al cine de animación, y el resultado es coherente y armónico".

¿Hong Kong no fue devuelto a China hace unos años? Ok, en tiempos de "estudios de género", podemos hablar de cine cordobés de Córdoba, España, y de cine cordobés de Córdoba, Argentina. Eso sí, ¿algo más ingenuo que plantear un genérico cuando si existe tal sólo cabe la heterodoxia? ¿O qué tienen que ver Stanley Kwan con Tsui Hark y Benny Chan con Ringo Lam? Evidentemente, el referente de la eminencia (para afirmar tan convencido lo que dice) habrá sido alguna de Jackie Chan que enganchó por la mitad en Telefé, y no de las de Stanley Tong sino de las de Brett Ratner. Y algún afectado podrá objetar que qué hay de Stephen Chuw, pero de ahí a plantear un genérico a partir de tan solo dos casos...

"(...)¿por qué se le ocurrió al genial Marty hacer una remake de una ignota película hongkonesa (Infernal Affairs (2002) de Andrew Law) que es, como mucho, una correcta película de género?".

Sobre "el genial", creí que los adjetivos habían pasado de moda. Pero en fin, se ve que la eminencia vive a destiempo y hace mucho que no va al cine (al menos a ver las de Scorsese), porque más que de "el genial" seria más coherente "el alguna vez genial": no hay que tener una entrevista en exclusiva para saber que mientras rodaba la muerte de Joe Pesci en Casino (lo dice Marty a Richard Snickel), Marty sintió que se dedicaba a la apología de la violencia (cuando la violencia no tiene nada de poético) y que iba siendo hora de un cambio, y quien no le crea que revise su más reciente filmografía: un biopic del Dalai Lama en clave "si Bertolucci ganó el Oscar con una de un nene chino, yo también puedo"; un refrito de Taxi driver con ambulancias en vez de taxis y el supuesto "sublime punk" (????????????) del que habla la eminencia devenido en apología de la gestión Giuliani; un episodio del recital pro Nueva York post-911 con Jon Bon Jovi y Nick Carter en el que Steve Buscemi cuenta que fue bombero; y basta de enumerar, salvo el documental sobre Dylan (en el que, dicho también por el propio Scorsese, la mayoría de las escenas pertenecen a Pennebaker y los Maysles), del resto nada vale demasiado.

Ah, ¿y Andrew Law es algo de Jude Law? Porque el nombre no del director sino del codirector de la trilogía Infernal affairs es Andrew Lau. Y ningún parentezco con su protagonista (y alguna vez actor de Wong Kar Wai), Andy Lau. De hecho, son sus nombres "occidentales": Andrew se llama Wai Keung Lau, y decíamos que tuvo un codirector (su socio en los dos episodios restantes de la trilogía Infernal affairs y en la adaptación del animé Initial D), conocido como Alan Mak y nacido Siu Fai Mak (este año, Wai Keung Lau dirigió por su cuenta un policial à la Rashomon titulado Daisy, con guión del surcoreano Kwak Jae-young, asimismo director de comedias románticas como My Sassy girl y Classic).

"(...)como mucho, una correcta película de género?". También lo era Shane, de George Stevens. Y Johnny Guitar de Roeg. Y cualquiera de Hitchcock y por qué no de James Cameron. Igual no hay que darle demasiada importancia, la eminencia hace la pregunta en el marco de un ejercicio posmoderno para "desnudar el proceso creativo", digno de los aspirantes a artista de Art school confidential. Y olvida, claro, que si hay un lugar que sin serlo se parece al Hollywood de los viejos tiempos, vive entre las producciones de Corea del Sur, Taiwan, China y Japón: películas muy personales y a la vez pensadas para un gran público evidentemente familiarizado con tramas tan oscuras como intrincadas (un director argentino me contaba una vez que al presentar su película a un público de adolescentes coreanos, él les dijo "entiendo que la trama les parezca un poco compleja", a lo que respondieron perplejos que no, más bien todo lo contrario considerando que desde niños les cuentan historias sobre filósofos que sueñan ser una mariposa cuando es la mariposa que sueña con ser un filósofo). De hecho, si alguna vez en las dos grandes épocas de Hollywood hubo lugar para Von Sternberg y William Wellman, o para Bill Friedkin y Antonioni, actualmente entre las cinematografías citadas conviven Hou Hsiao-hsien con Wilson Yip y Kim Ji-woon con Hong Sang-soo o Tsai Ming-liang.

"No es la primera vez que a Scorsese se le da por las remakes (...), ya había puesto en práctica el truco de hacer una buena versión de una mala película o al menos inferior (algo que la mayoría de sus colegas y compatriotas hace muy bien, pero al revés)". Carlitos (¿puedo llamarte así?) dejá por un par de meses de ir al Lorca y a la Lugones, y vas a ver que no sólo hay vida mucho más allá de Haneke, sino que, como dicen las santas escrituras, "hay de todo en la viña del Señor". Hay remakes innecesarias y las hay muy dignas, de filmes no menos dignos. Y, sorpresa, algunos hasta se consiguen en Blockbuster, podés darles un vistazo. Scarface (Brian DePalma, remake de la película homónima de -todos de pie- Howard Hawks), El amanecer de los muertos (Zack Znyder, basada en la que tal vez sea el mejor episodio de la saga de Romero), Elephant (refrito de un telefilme que muy pocos vieron, lo cual no es un obstáculo para admirar la versión de Van Sant); cualquiera de las dos reversiones de Los invasores de cuerpos. Como bien decís, la clave está en dar una "versión". Que en el caso del más reciente Scorsese se acerca al refrito más vulgar, con planos calcados del original (como los encuentros en la terraza) y como bien señalás referencias literarias que parecen sacadas de Dan Brown y el aporte de un objeto amoroso que quita sutileza. Sin mencionar a un Jack Nicholson lejos de sus años con -todos de pie- John Huston y cerca, muy cerca, del profesor Neurus de García Ferré.

Más que de "una buena versión de una mala película", o de una mala versión de una buena película (como fue, por ejemplo, Criminal de Gregory Jacobs -según las Nueve reinas de Bielinsky), Los infiltrados funciona como equivalente "prestigioso" de Vanilla sky, la remake que hiciera Cameron Crowe de Abre tus ojos (Alejandro Amenábar): o cómo creer que para aportar un nuevo punto de vista a la misma historia, basta con sumar metraje y canciones (en ambos casos hay temas de los Beach Boys).

Infernal affairs, de hecho, ya tuvo dos inmejorables versiones, que son sus secuelas, en las que se vuelve a los mismos hechos y personajes aportando puntos de vista y raccontos y resoluciones. Ojalá este refrito made in America sirviera a algunos para descubrir el original, así como las remakes de The ring y Dark water sirvieron para difundir algunas películas de Hideo Nakata. O al menos que le den a Scorsese el Oscar que tanto parece buscar, y recupere el buen pulso como el aparentemente perdido Brian DePalma con The black dahlia (de la que ya hablaremos).

Eso sí, pedir a nuestros académicos que se embarren un poco, e intenten abandonar la jerga y los abusos de metodología comparativa, y no pretendan analizar un frasco de mayonesa con los mismos parámetros estéticos con los que analizan Beowolf, ya es pedir muy mucho. Pensar que en 1974 había ediciones argentinas de Pauline Kael... Hoy en las marquesinas coincide el diario de Inés Gallo (envuelto en plástico para que nadie le eche un vistazo y por ende se de cuenta del desperdicio que significa comprarlo -amén de que en unos meses se conseguirá en saldos) con otro volúmen sobre las novias de Sarmiento y la sexta estupidez anual de Aira y el último premio Nobel y toda la mierda escrita desde Puán y Pedro Goyena, o al menos con un espíritu afín. Pensar que en los últimos meses del 2001 había lugar para la edición pocket de un Amis descatalogado, los ensayos de Gore Vidal y las memorias de Said y novelas tan poco leídas como el Babylon babies de Dantec y las memorias de Mingus. Cierto que ahora somos más honestos y nuestra producción (incluyendo la intelectual) es local. ¿Y si declaramos la guerra a Gran Bretaña y ponemos la bandera de la Union Jack? Cierto, no sólo no funcionó en el 82, sino que sirvió a la eminencia para escribir la novela que lo hizo conocido entre el circuito de meritócratas de la academia (alguna vez hubo un tiempo en que los libros no se escribían y publicaban para conseguir cátedras -ese tiempo, claro, está entre las cosas muertas).

Friday, November 10, 2006

Gacetillas II

Acto de barbarie V.1.3.
LA SANTA SEDE ALBERGARÁ EL ESTRENO MUNDIAL DE “EL NACIMIENTO”.


El Nacimiento, es la primera película cuyo estreno mundial tendrá lugar en el Vaticano.

El Nacimiento narra la ardua crónica del viaje de dos personas, María y José, la Anunciación y el milagro mediante el cual María se convierte en Virgen y Madre –Quomodo fiet istud virum non cognosco? ¿De qué modo se hará esto si no conozco varón? (Lc. 1 ; 34) – y finalmente, el Nacimiento de Cristo que definirá y cambiará la historia para siempre.

Acto de barbarie V.2.2. (a.k.a."Donde van a morir nuestros impuestos"; a.k.a. "Adivinen quién es la ex amante confesada pero no compilada de cuál de los confesados compilados", a.k.a. "¿Qué pasó con mi país?")
Qué es Confesionario-Historia de mi vida privada? .
El libro es la compilación de la primera temporada del ciclo que mensualmente se da en el CCRRojas.
Los autores de las confesiones: Moro Anghileri _ Lola Arias Gabriela Bejerman _ Marcelo Birmajer _ Rosario Bléfari _ Albertina Carri _ Mariana Chaud _ Marcelo Cohen _ Edgardo Cozarinsky _ Washington Cucurto _ Javier Daulte _ Mauricio Kartún _ Anna Kasumi Stahl _ Martín Kohan _ Daniel Link _ Daniel Molina _ María Moreno _ Susana Pampín _ Sergio Pángaro _ Alan Pauls _ Pablo Perez _ Martín Prieto _ Laura Ramos _ Martín Rejtman _ Patricia Suárez _ Maxine Swann _ Cecilia Szperling _ Hebe Uhart.

Gacetillas

Acto de barbarie V.1.1.
Hola, les envío la gacetilla de prensa del nuevo título de Ediciones ryr, "La Herencia, Cuentos Piqueteros", 2º Edición, de Rosana López Rodriguez, que ya ha agotado la primer tirada.
Les agradezco si pueden difundir el libro
Para más información o para hacer una nota con la autora, comuníquense conmigo
Saludos cordiales

Acto de barbarie V.1.2
153 PRODUCCIONES y PACUFILMS
presenta
“La Luz del Bosque”
Una película de Jorge José Pstyga y Ofelia Escasany
Inicio de Rodaje: 13 de noviembre :: Fin de rodaje: 15 de diciembre
Locaciones: Ezeiza y Balcarce (Bs. As.) Fernández (Santiago del Estero)
Cecilia "Caramelito" Carrizo (Sofía, Lucinda)
Fernando Lupiz (Juan, Caballero Luz)
Jorge Dorio (Don Santos)
Esteban González (Manuel)
Kevin Melnizky (Gus)
Micaela Brusco (Anita)
Celeste Harvey (Brunilda)
Betina Kohn (Bruja Gula)

Sinopsis
Tres niños perdidos en un bosque encantado viviendo fantásticas aventuras entre la eterna lucha del bien y del mal. Cazadores furtivos, Taladores indiscriminados, el Fuego destructor, una tarea que cumplir, rescatar a Primavera para que el bosque no muera y reverdezca.

Monday, November 06, 2006

Dos o tres cosas que sé sobre Willie Nelson

1-En la sala de espera de mi dentista, encontré una revista El Federal en la que entrevistaban al folclorista Horacio "Pueblo" Guarany. En el preciso instante en que el pod reproducía el album 2006 de Willie Nelson. El punto es que está la vergüenza ajena, y están los placeres culposos. Una se define por un bien tan escaso en nuestros días como el pudor. La restante... mejor escuchar la balada country Valentine para saber por qué Willie Nelson pertenece (inamovible) a la segunda categoría.

2-Solamente Willie Nelson, y nadie más que Willie Nelson, pudo participar del We are the world de USA for Africa, y con los años aceptar autoparodiarse en una película interpretando a un productor megalómano que convoca al star system para una no menos aborrecible balada, sobre una guerra ficticia en un país que parece ficticio (y cuyo fin es desviar la atención de las acusaciones de acoso sexual por parte del presidente a una niña exploradora). Y tocar con Johnny Cash y en el show mencionar una leyenda que dicta que sus padres se conocieron en prisión, y aparecer como cowboy en un episodio de División Miami que más bien parece de La dimensión desconocida, y en el camino tomar standards ajenos y hacerlos tan propios, como Georgia on my mind.E incursionar como caricatura para tener un dueto de guitarras con Héctor Reyes y acordarse de que hay que pagar deudas y ser el tío Jesse en la versión cinematográfica de Los dukes de Hazzard pero (sorpresa), el señor Nelson es mucho más que el anciano onanista fascinado con el culo de Jessica Simpson, en ese videoclip con bikini rosado sobre el capot del General Lee.

3-En un año de regresos, o mejor dicho de regresos a la mejor forma (de Dylan a Henri Salvador pasando por Bert Jansch, Ray Davies y el quinto y póstumo American Recording de Johnny Cash), a falta de un Rick Rubin, Ryan Adams y The Cardinals ayudan con Songbird a que Nelson tenga de una vez por todas el reconocimiento que merece. Y puede que con tantos covers y canciones ya interpretados por Nelson, huela un poco a "ya que tanto vendió la resurrección artística de Johnny Cash y a falta de una nueva resurrección, esta vez del más allá, por qué no buscar a un sustituto entre ancianos a los que nadie recuerda". Pero no. Mientras Cash resucitaba con canciones bien conocidas (desde One de U2 a Personal Jesus de Depeche Mode), el repertorio 2006 de Nelson es mucho más oscuro aunque menos lúgubre: el Hallelujah de Leonard Cohen, Stella Blue de Grateful Dead, más algún tradicional como Amazing Grace. Digámoslo así: si Songbird de Fletwood Mac (y Fletwood Mac en general) daba vergüenza ajena, en la voz de este perro viejo al que se le está cayendo el pelaje, se vuelve y vuelve a escuchar. Los placeres culposos son adictivos.

Thursday, November 02, 2006

And i could show them a real good time

1-Sospechoso, pero no había tantos conocidos del mundillo cool como en otros tiempos. Recambio generacional, matrimonios y noviazgos que hacen de los solteros los últimos habitantes de un planeta ahora dominado por zombies u hombres vampiro o zombies-hombres vampiro con rostro niñato; recortes del aparato promocional que otorga a prensa sólo unas cincuenta entradas para acreditados e invitados; recuperación económica (según datos oficiales) de la que parecería que algunos no participan. Tocaba Devendra Banhart. O mejor dicho, viajaba a Brasil para participar del muy sofisticado TIM FESTIVAL, y en un principio se especuló que luego visitara este horrible país para el BUE. Pero fue captado por la competencia, y como no podía permanecer en Buenos Aires para ninguna de las dos fechas del PERSONAL, se improvisó un show de apertura (?) en la disco-bar Crovar. Sólo Devendra.

2-Y por ahí estaba la chica rubia del reality Popstars, que luego integró el grupo Bandana y protagonizó su película homónima y tuvo un rol secundario en una comedia de telepolicías. Llevaba un vestido negro que no encajaba demasiado con el contexto, incluso a pesar de que había más gente en el vip que no tenía idea de qué hacía allí, pero ahí estaba, que seguidores aguardando frente al escenario. En una excursión al baño de damas, mi amiga encontró a un par de Botas. Nada en particular, salvo que una comentaba a otra: "y lo llamé, y le dije, tengo unas entradas, es gratis, y él me dijo que sí, pero después se le complicó y ahí te llamé, menos mal que pudiste venir". También se vio a la pareja de modelos Dolores Barreiro y Matías Camisani (¿habrán dejado a sus tres hijos con el papá comisario o militar de Dolo?), evidentemente interesados si se considera que una vez iniciado el show bajaron del vip y se mezclaron con el público. Y Juana Molina, sin la compañía de mamá Chunchuna, pero igual sigue siendo la persona más cool (en el buen sentido) sobre la faz de la tierra. Y colegas, por llamarlos de alguna forma: un especialista en rock nacional con programa en TV por cable, un cabecilla del suplemente espectáculos de un supuesto gran diario (ex marido de una no menos conocida jefa de prensa), ¿dónde estaban Dolo Fonzi y Celeste Cid y María Abadi? Me pareció ver a Emanuel Horvilleur. Quizás era un símil.

3-El show estaba anunciado para las 21. Una hora antes para aquellos con invitación al vip. O lo más parecido a un menú de McDonalds: se jura y jura una vez más que mejor eludir esa mierda, pero una vez que se mordió un Big Mac, o que se aguardó al artista entre canapés de salmón y brochetas y Chandón y Heineken (no había gin), resta clavar la estaca al cazador de vampiros.

4-Nuestro hombre se hizo presente con su mezcla de belleza andrógina y aspecto de predicador expulsado de su iglesia y metido al Clan Manson. Pidió disculpas. Crovar está muy cerca de la vía, y por ende la presencia de un tren que pasaba se hacía notar. Pero después de las 23 los servicios de Trenes Metropolitanos se hacen muy esporádicos. Hizo algún chiste sobre el estar tocando en una disco. Pidió que, en caso de que las cosas salieran mal, el público les diera "otra chance" a él y a su banda, y que desde ya prometían volver. Todo en perfecto castellano (Devendra nació en Texas y fue criado en Venezuela). Pidió tiempo para acomodar los instrumentos y empezó con una samba que dijo que acababan de componer con su banda. Al principio fueron sus canciones con reminiscencias de ritmos latinos. Mi amiga, de hecho, se extrañó de que me interesara ese tipo de música.

5-Pero a medida que el show avanzó, este artista tan raro con nombre no menos raro, supo exhibir el por qué de las comparaciones tan odiosas y justas con Syd Barret y Nick Drake y Daniel Johnston. Y así sonaron Bluebird, Long haired child, Mama wolf, y el punto más alto, This beard Is for Siobhan con un estribillo tan increíble y minimalista ("A good time / A real good time / Good time / A good time") que hacen pensar que su admiración por Atahualpa Yupanqui va mucho más allá de la pose (que en su caso incluye haber dicho que compró un Mercedes porque es el nombre de su abuela, y le recuerda a ella). Pero a no equivocarse: la pretendida corrección política y prolatinoamericanismo no es suficiente para rebajarlo a la mediocridad de un Drexler. Devendra es muy poco Serrat y muy (mucho más) Bert Jansch (y si caben dudas buscar su reciente participación en el reciente y brillante The black swam).

6-Alguien del público pidió volúmen, y él se encargó de subirlo. Luego preguntó quién de los presentes escribía sus propias canciones. Y subió una chica muy fea, obesa, de no más de metro y medio, brazos cortos y papada (très cool, claro, lo más parecido a un umpa lumpa travestido en un esperpento melodramático de Almodóvar), que acompañada por Devendra en guitarra, cantó (por decirlo de alguna manera) una estupidez que repetía "Me gusta el tenis / A mí me gusta el tenis / Me gusta jugarlo con Sergio Denis". Coca. Dijo llamarse. En el segundo show que dio Devendra esa noche, la escuchamos fantasear con la idea de que él se enamorara y la llevara en su próxima gira. Sí. Hubo un segundo show. Esa misma noche.

7-Una de esas personas, amigo o conocido de amigos y conocidos, de la que nunca serás amigo (nada en particular, sólo que de ambos lados las vacantes de amigos ya están cubiertas), confirmó el rumor: luego del show en Crovar, Devendra tocaba en el bar de Niceto. Gratis. Para 250 personas. Salir a Libertador, y buscar en vano taxi, y caminar hasta el hipódromo y conseguir, y que por una vez el chofer contara con la amabilidad de los extraños y diera un giro en u para tomar directo por Juan B. Justo y llegar en menos de quince minutos (tal vez menos de diez).

8-Una vez en la fila, Antares cruzó a una pareja de groupies a los que conocía, que pidieron sumarse dada la azarosa cercanía a la entrada. El groupie venía de estar en los camerinos. Había leído en una entrevista que Devendra preguntaba dónde conseguir vinilos de Atahualpa Yupanqui, y amabilidad de los extraños (una vez más), los consiguió y se los llevó y Devendra lo invitó al back y le autografió CD con un dibujo tan digno que parecía parte del diseño. La groupie comentó lo importante de la elaboración del autográfo, a propos de que ella tiene un libro firmado por Paul Auster (pronunció Pllll Osstrrrre) que parece un garabato que podría haber hecho cualquiera (por algún motivo, descartó que el autor de Mr. Vertigo tuviera mala caligrafía y/o no supiera dibujar). Antares señaló que era la primera vez en su vida que veía un disco original del artista. Yo también.

9-Tres metros del escenario. Que más bien era una cuerda que aislaba los fondos del bar. Tiempo suficiente para ir a por un gin tonic. Pasada la hora el lugar se llenó. Al punto que cuando empezó a tocar una banda llamada Los Palo borracho, el público de más atrás pedía que los de adelante se sentaran en el piso, y así poder ver. Yo creía que un show era para escuchar, pero en fin. Tal vez porque en esta ocasión no había pantallas. Tampoco había vip. Sólo unas cuantas personas al costado del otro lado del cordón. Mientras tocaban Los palo borracho, Devendra lo cruzó y se mezcló entre el público. Y algunos podrán hablar de populismo, pero el hombre sabe escribir y tocar canciones, y los músicos en general son gente muy extraña así que a quién puede importar el oportunismo circunstancial de alguien que dice que ya no bebe, a excepción de un licor hecho por una reserva aborígen, pero que luego pide una cerveza característica y bebe y se muestra con una Quilmes (la chica que pronunció Pllll Osstrrrre, dijo entre el asombro y la indignación: "¿Una Quilmes?").

10-Prometió tres canciones. Luego cuatro. Fueron cinco. Abrió con The body breaks. Hubo una canción nueva, un cover de Lauren Hill y Oh papa. Ya en el escenario, los de seguridad gritaban para desalojar a los presentes en el improvisado vip. El mundo del rock luego del incendio de República de Cromagnon. Pedían al público ya sentado que se moviera, e hiciera un lugar para los desalojados del vip, pero la pose resultaba lo suficientemente incómoda como para lamentar el haberse reído cuando alguien comentó algo (ahora tan útil) como estar tomando un curso de pilates. Generosidad de los extraños (y van...), Devendra hizo saber que ese show era de telonero de la banda a seguir, Jamones Crudo (o algo por el estilo). Agradeció que les hubieran prestado sus instrumentos y los dejaran tocar. Y pensar que hace unos años, en el lanzamiento de su efímera carrera como cantante, Natalia Oreiro declaraba que no presentaba su primer disco en un estadio, "porque le quedaba chico" (sic).

11-Alguna vez, un colega anciano y probable sodomita, con el que se habla por pura formalidad, me dijo "somos afortunados". El contexto era una fiesta de clausura con banda de Dixieland y barra libre de buen whisky e improvisados sillones de peluquería en donde tomar asiento y someterse (quien gustara) al diseño aplicado a ese arte menor. "En Londres esto no pasa", dijo mi amiga, a propósito de ver dos veces en una misma noche a Devendra, una gratis y en un lugar para 250 personas. De regreso a casa, el taxista resultó músico. Hablamos de cómo en tan pocos años la ceremonia del vinilo dio paso a la pasteurización del disco compacto y ahora a la nada intangible de bytes cargados a través de un puerto USB. Un músico de 40 años, que debe conducir un taxi que no le pertenece. Y no porque tuviera familia...

12-Somos afortunados. A veces. Pero sí lo somos. "Ya cerré el año", dijo mi amiga.